CAMINO DEL BESAYA: Etapa 7 Herrera de Pisuerga - Carrión de los Condes

Pintoresca etapa para terminar el Camino del Besaya, sin prácticamente desnivel y que transcurre mayoritariamente por pistas de tierra o gravilla, entre inmensos campos de cultivos, y algún trozo también en bosque de robles y pinar. La califico de difícil por la distancia que puede ser excesiva y extenuante sobretodo en verano, por lo cual no recomiendo hacerla a nadie a no ser que se esté físicamente bien preparado y le guste un punto de sufrimiento. Otro de los handicaps es que no hay servicios intermedios salvo en Barcena de Campos donde hay un bar, que en mi caso pillé cerrado. Así que, a llevarse la comida encima si se quiere comer algo durante el trayecto. La etapa es aconsejable y más sensato dividirla en dos días y hacer 24,5 km hasta Bárcena de Campos un día, y al siguiente los 23 km restantes hasta Carrión de los Condes. Otra de las dificultades es la posibilidad de alojamiento. Por lo que parece, sólo existe un lugar para alojarse entre esos 47 km. En Barcena de Campos, al menos así me informaron, hay una casa rural, "Los volantes", que hace precio especial a los peregrinos en tránsito por el Camino del Besaya según consta en su web, pero conviene llamar con antelación e informarse si continúa abierta y en qué épocas, si no queremos tener sorpresas. Tal vez, además de que la iglesia del pueblo esté dedicada a Santiago Apóstol y altar, bóveda y arco de entrada estén llenos de motivos jacobeos, la existencia de este alojamiento desvele el misterio del porqué, al menos de manera oficial en cuanto a la señalización se refiere, el camino esté señalizado por aquí y no como aparece y se publicita en algunos lugares, por Castrillo de Villavega como población intermedia, ya que en ese caso, al menos a día de hoy, no existe ningún alojamiento en todo el tramo. La señalización oficial es la que me hizo decantarme por esta variante, si se puede llamar así, y no por la que va por Castrillo de Villavega.
Salimos del albergue de Herrera, junto a la terminal de autobuses, saliendo en dirección a la Ermita de la Piedad, que recomiendo visitar sobretodo por sus espectaculares pinturas interiores, a continuación cruzaremos el río Burejo tal y como nos marca uno de los postes señalizadores oficiales y enseguida embocaremos una pista que no deberemos dejar durante unos 6 km para llegar a San Cristóbal de Boedo. Dejamos atrás la población cogiendo los desvíos siempre a la derecha para acabar adentrándonos a una zona de vegetación donde nos sorprende una fuente y una ermita de corte moderno tras su última restauración, aunque su origen se remonta al 1040, la de la Virgen de la Muela. Cruzaremos a continuación la vía del tren, nos iremos a la izquierda y al poco de pasar un puente llegaremos a Santa Cruz de Boedo, otra pequeña población en la que al menos, podemos repostar agua. Salimos del pueblo por la calle mayor hasta la carretera que tomamos a la izquierda y en el siguiente desvío cogemos una pista que sale a la derecha y que nos lleva a pasar por enésima vez bajo la autopista A-67. Seguimos la pista y en la siguiente bifurcación nos vamos a la derecha para acabar llegando a la población de Villaprovedo. A la salida de la población tenemos una curiosa fuente en forma de León de piedra bastante desgastado, todo sea dicho de paso. Seguimos un buen tramo de pista recta hasta dejarla girando a la derecha para adentrarnos en un bosque de robles, jaras, etcétera, en uno de los pocos tramos donde vamos a tener algo de desnivel. Acabaremos saliendo de la zona boscosa para volver a salir a campo abierto y dirigirnos en subida hasta Villorquite de Herrera. Seguramente en este punto ya nos habremos familiarizado con las balizas de madera de superior amarillo que en principio se encuentran siempre en los cruces y bifurcaciones, aunque a veces cuesten de encontrar por o bien estar caídas, o lo más habitual, estar tapadas por la vegetación. Saldremos por la carretera para dejarla a la izquierda y más adelante volver a girar a la izquierda para acabar entrando en el pueblo de Santa Cruz del Monte. Siguiendo recortando pistas acabaremos entrando a otro tramo de bosque, en este caso sobretodo pino, para después volver a salir a campo abierto y llegar a Barcena de Campos, lugar que como comentado, podría servir como punto para dividir la etapa. Allí nos recibirá una abundante fuente y luego la iglesia parroquial dedicada a Santiago junto al ayuntamiento que puede servir como punto de descanso. Dejamos atrás el pueblo pasando ante un par de casas blasonadas por la carretera, por la que deberemos de caminar durante aproximadamente un kilómetro antes de coger una pista que sale a la izquierda. Llegan ahora 6 largos kilómetros entre campos de cereal hasta llegar al pueblo de Itero Seco, cuyo campanario de la Iglesia vemos kilómetros antes pero que parece no llegar nunca. Dejamos a la derecha la iglesia de la Santa Cruz, tenemos también una fuente al lado, y seguimos por la calle de la Rinconada saliendo por un sendero que sale a la izquierda. Atención porque aquí llega el punto que requiere más paciencia del día y sin duda el que presenta mayor dificultad. Es un tramo corto, pero incómodo sin duda. Si seguimos la pista llega un momento en que desparece en el campo sin llevar a ningún sitio, sin embargo si nos fijamos bien, girando a la derecha tal y como efectivamente pudimos comprobar en los mapas, sale un sendero muy tapado por la vegetación al margen de los campos de cereales, que seguramente a que hacía meses que no pasaba nadie por allí, más que verse se intuye. Las dudas de que sea por allí, a esa altura ya estaba lleno de rastrojos, espina y mies de cereal seco por todos lados, se disipan cuando debo pasar un pequeñísimo puente de maderas sobre un río intermitente que pasa por allí. De eso me había hablado un señor un rato antes mientras reponía fuerzas en la iglesia. Pasado ese puente entre la maleza y con vegetación hasta arriba, como los bueyes, siempre recto hasta que por fin salimos a otra pista y volvemos a encontrar otra señal, otra baliza de madera señalizadora. Hemos superado el tramo más peliagudo de la etapa. Tomamos la pista a la derecha y seguimos entre campos hasta acabar saliendo la carretera P-240 previo paso de unas naves, seguimos por la carretera P-242 y dejamos a la derecha el pueblo de Bahillo, que sólo tocamos tangencialmente. Ojo, porque este es el último pueblo antes de llegar a Carrión de los Condes y no vamos a encontrar ni puntos de agua y apenas un punto de sombra en ni más ni menos que 12 km, así que cada uno considere la posibilidad de entrar al pueblo para aprovisionarse de agua. La carretera nos lleva a cruzar por un puente el río Ucieza y la abandonamos saliendo por una pista a la derecha. Pocos metros después cogemos la pista a la izquierda y a partir de ahí el larguísimo trecho recto entre campos de cereal hasta Carrión de los Condes. Durante todo el tramo solo existe un punto de sombra a la altura del puentecillo por encima del Arroyo de la Cárcana, gracias a un par de chopos solitarios. Este tramo puede hacerse especialmente tedioso si, como fue el caso, lo hacemos coincidir con la época de la siega y el trajín de camiones y tractores a cada poco hace que tengas que apartarte y pararte a su paso y luego esperar a que pase la polvareda. Llegamos por fin a Carrión de los Condes pasando primero el puente sobre la Autovía del Camino de Santiago, la A-231, y luego la N-120 concluyendo el larguísimo trayecto ante la iglesia de San Andrés. Carrión de los Condes es una de las poblaciones importantes del Camino Francés que dispone de todo tipo de servicios incluyendo albergues.