Camino de Santiago: León - Villar de Mazarife.

Me dispongo a comenzar mi salida primaveral al Camino de Santiago, para lo que escogí hacer el Camino de Invierno. Ya había retrasado una semana el inicio por no encontrarme recuperado de la lesión de espalda que llevaba arrastrando un mes, por lo que decidí empezar en León para ver como me encontraba y no tener que abandonar en medio del Invierno en caso de recaída.

Comienzo pues en la plaza de la Catedral y paso por alguno de los monumentos más importantes de la ciudad. La caminata sigue por el entorno periurbano típico de todas las entradas y salidas de las ciudades del Camino y en este caso, tras dejar atrás los polígonos industriales se concreta en los pueblos de Trobajo del Camino, donde son interesantes sus bodegas bajo tierra y de la Virgen del Camino, con la espectacular fachada de la iglesia de Nuestra Señora del Camino.

Llega ahora una intersección interesante, el Camino "histórico" que va hacia Villadangos del Páramo y San Martín del Camino o la vía alternativa que se dirige hacia Villar de Mazarife y es unos 4 kilómetros más larga. Como ya había hecho el primero de ellos y me pareció extremadamente aburrido, me decidí por el segundo que, al menos hasta Mazarife, es más entretenido (y en tramos coincidente con la ruta de la Plata). Se produce aquí una de las típicas batallas del Camino Francés, pues en este segundo pueblo se quejan del ninguneo que sufren y denuncian que los del otro lado les arrancan los mojones, además de indicar que su alcalde no se ha tomado el interés que el otro sí ha puesto en promocionar el Camino. En cualquier caso, como evidencian las escenas que aparecen en el retablo de la iglesia de Villar de Mazarife, este tiene al menos tanta historia jacobea como el otro (por desgracia la iglesia está cerrada, pero la dueña del albergue Tío Pepe me enseñó una fotografía a gran tamaño del retablo).

El Camino discurre por una pista forestal que pasa por Fresno del Camino, donde doy un largo rodeo para visitar la iglesia y después vuelvo a la carretera para tomar un café y un pincho de tortilla en el bar del pueblo; sigue hasta Oncina de la Valdoncina, donde también doy un corto rodeo y visito el exterior de la iglesia, y continúa hasta Chozas de Abajo, donde hago una parada en el bar para tomar unas cervezas; la verdad es que en esta última parte me sentí extrañamente cansado y me detuve en el bar un largo rato.

Desde aquí sigue por un estrecho andadero paralelo a la carretera que discurre entre campos de colza, cuyo intenso amarillo ofrece un elegante contraste con el blanco de las cimas de la sierra del Teleno que se alzan en el horizonte. Para hacer menos monótona la caminata, durante un tramo tomé un desvío por una pista forestal que me llevó por un bosquete de robles y tras poco más de un kilómetro me devolvió a la carretera, justo antes de una pequeña laguna que hay a la entrada de Villar de Mazarife.

Me hospedé en el albergue de Jesús (10 eur.), donde tuve una entretenida velada con un italiano y una belga con la que coincidiría en tramos de las siguientes etapas; me fui a cenar al bar del albergue Tío Pepe, ya que en el otro la cena era muy tempranera. Después pasé una entretenida noche entre la gente del pueblo que se reunió para ver el partido Madrid-Manchester.