Camino de los Charcones cintos Banderillas Fraile Banderillas
near Las Canaleias, Andalucía (España)
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Itinerary description
CAMPO DEL ESPINO – CAMINO DE LOS CHARCONES – LOMA DEL BANDERILLAS – CONTADERO NATURAL – ENTRADA A LA VIÑUELA – PASO DE LA SOGA - BOSQUES DE BOJ Y TEJOS DE LOS CINTOS DEL BANDERILLAS – FRAILE DEL BANDERILLAS – PUNTAL DEL PINAR DE LA ACEITERA – CASETAS Y VERTICE DEL BANDERILLAS.
Había muchas ganas…primero fue buscar el momento idóneo (los cintos del Banderillas no son aconsejables con mucha humedad o hielo), segundo vino la pandemia, finalmente coincidir con varios compañeros para realizar esta ruta y buscar el trazado adecuado. Hemos realizado este trazado más “modesto” dejando alguno más arriesgado y exigente para un futuro próximo.
¡Qué decir!, desde el momento en que tomamos la senda de descenso hacia los cintos intuimos tanto las dificultades que plantea el recorrido como la potencia visual del entorno. Primeramente una zona de derrumbe ha cortado la senda. Después tras pasar por el contadero natural bajo la Piedra del Banderín, donde nos asomamos para ver por donde pasaremos más adelante (impresionante el embudo que baja a los cintos desde esta parte), recuperamos el trazado en una zona de arroyera plagada de boj y piedra suelta con una verticalidad notable…terreno ideal para dar algún culetazo o algo peor, por lo que con mucho cuidado nos situamos bajo el Hoyazo, que nos da entrada finalmente a los cintos. Una vez dentro del cinto que recorre esta emblemática cordillera, que tantas veces hemos visto desde abajo, desde el Calarejo de Los Villares, desde Roblehondo, desde el Mulón o Los Pardales, nuestro disfrute visual es absoluto. Convenimos mientras disfrutamos de los miradores y los pasos en que no es posible atrapar con fotos o videos la inmensidad de esta cordillera segureña. El día también nos premia con la visión de buitres, muflones, ciervos y gamos, el otoño es buen momento para la fauna.
Tras el paso de la soga, las subidas y bajadas de los cintos son tremendas bajo paredes que son murallas gigantes e inexpugnables. Y claro, en lugares tan bien guardados encontramos numerosos tejos, algunos de dimensiones que nos hacen pensar en una longevidad cercana seguramente al milenio. Transitamos por debajo de Piedra Plomera, una roca que desde lejos siempre simula una lápida gigante, y que como no puede ser de otra manera, tiene una altura y una verticalidad que acongoja.
Ya cerca de la parte final nos sorprende la visión de un cinto estrecho por el que estamos convencidos de que no se puede pasar. Sin embargo, una vez en el lugar, el paso existe y disfrutamos de él tanto como de otro inmediatamente anterior (que también nos daba la sensación de no tener salida) donde la pared nos hace pasar agachados unos metros junto al precipicio. Tras llegar a la última parte del cinto nos acercamos al famoso Fraile del Banderillas, un monolito impresionante situado en la falda de la cordillera sobre un pinar conformando un entorno de postal. Son 6 kilómetros desde que salimos de la senda del Banderillas hasta el Fraile de auténtico gozo montañero. Ascendiendo ahora, cerca del Puntal del Pinar de la Aceitera tomamos un bocado a la sombra, ya no tenemos la protección de los cintos y ahora sí, estamos bajo el sol.
Desde aquí nos dirigimos hacia las casetas del Banderillas y el Vértice, desde donde tomamos camino de vuelta a los coches. Ruta inolvidable, emblemática, y posiblemente de las más bonitas que recuerde en nuestro vasto parque. Abstenerse personas con vértigo y que no tengan la suficiente experiencia. Ahora entiendo que haya gente que se haya quedado atrancada en estos lugares. Sobre todo magnífica vuelta a la actividad tras el verano del Club Deportivo Montañeros de La Loma.
Había muchas ganas…primero fue buscar el momento idóneo (los cintos del Banderillas no son aconsejables con mucha humedad o hielo), segundo vino la pandemia, finalmente coincidir con varios compañeros para realizar esta ruta y buscar el trazado adecuado. Hemos realizado este trazado más “modesto” dejando alguno más arriesgado y exigente para un futuro próximo.
¡Qué decir!, desde el momento en que tomamos la senda de descenso hacia los cintos intuimos tanto las dificultades que plantea el recorrido como la potencia visual del entorno. Primeramente una zona de derrumbe ha cortado la senda. Después tras pasar por el contadero natural bajo la Piedra del Banderín, donde nos asomamos para ver por donde pasaremos más adelante (impresionante el embudo que baja a los cintos desde esta parte), recuperamos el trazado en una zona de arroyera plagada de boj y piedra suelta con una verticalidad notable…terreno ideal para dar algún culetazo o algo peor, por lo que con mucho cuidado nos situamos bajo el Hoyazo, que nos da entrada finalmente a los cintos. Una vez dentro del cinto que recorre esta emblemática cordillera, que tantas veces hemos visto desde abajo, desde el Calarejo de Los Villares, desde Roblehondo, desde el Mulón o Los Pardales, nuestro disfrute visual es absoluto. Convenimos mientras disfrutamos de los miradores y los pasos en que no es posible atrapar con fotos o videos la inmensidad de esta cordillera segureña. El día también nos premia con la visión de buitres, muflones, ciervos y gamos, el otoño es buen momento para la fauna.
Tras el paso de la soga, las subidas y bajadas de los cintos son tremendas bajo paredes que son murallas gigantes e inexpugnables. Y claro, en lugares tan bien guardados encontramos numerosos tejos, algunos de dimensiones que nos hacen pensar en una longevidad cercana seguramente al milenio. Transitamos por debajo de Piedra Plomera, una roca que desde lejos siempre simula una lápida gigante, y que como no puede ser de otra manera, tiene una altura y una verticalidad que acongoja.
Ya cerca de la parte final nos sorprende la visión de un cinto estrecho por el que estamos convencidos de que no se puede pasar. Sin embargo, una vez en el lugar, el paso existe y disfrutamos de él tanto como de otro inmediatamente anterior (que también nos daba la sensación de no tener salida) donde la pared nos hace pasar agachados unos metros junto al precipicio. Tras llegar a la última parte del cinto nos acercamos al famoso Fraile del Banderillas, un monolito impresionante situado en la falda de la cordillera sobre un pinar conformando un entorno de postal. Son 6 kilómetros desde que salimos de la senda del Banderillas hasta el Fraile de auténtico gozo montañero. Ascendiendo ahora, cerca del Puntal del Pinar de la Aceitera tomamos un bocado a la sombra, ya no tenemos la protección de los cintos y ahora sí, estamos bajo el sol.
Desde aquí nos dirigimos hacia las casetas del Banderillas y el Vértice, desde donde tomamos camino de vuelta a los coches. Ruta inolvidable, emblemática, y posiblemente de las más bonitas que recuerde en nuestro vasto parque. Abstenerse personas con vértigo y que no tengan la suficiente experiencia. Ahora entiendo que haya gente que se haya quedado atrancada en estos lugares. Sobre todo magnífica vuelta a la actividad tras el verano del Club Deportivo Montañeros de La Loma.
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Comments (8)
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Muy buenas, una consulta.
¿Las dos casetas de vigilancia en él Banderillas, están abiertas, en qué condiciones están para pasar una noche?.
Muchas gracias
Hola, una de ellas está en mal estado aunque bueno se podría pasar una noche. La otra la utilizan los vigilantes está en buenas condiciones,aunque no te garantizo que la dejen abierta.
¿En la que está abierta, nos podemos resguardar bien del frío, tiene las ventanas con sus cristales y demás?
No tendréis problema,no es muy cómoda la caseta pero puede protegete.
Ok
Muchas gracias
Como dice el compañero Manu, es aprovechable... pero desde que le cayó el rayo hace tres años está algo deteriorada. Abrigarse bien
El grande está cerrado?
La caseta grande la utilizan los vigilantes como te he dicho. Como cosa normal estará cerrada.