Caminada Támesis-Alto de La Raya-Jardín

RUTA DE “LOS CAGAOS”
TÁMESIS-ALTO DE LA RAYA-JARDÍN-ANDES-BUENOS AIRES-JERICÓ
6 y 7 de septiembre de 2014

En ésta oportunidad la idea era hacer dos buenas actividades ése fin de semana: el sábado caminar de Támesis a Jardín (21km) y el domingo montar en bicicleta para cubrir la ruta Jardín-Jericó por el Corregimiento de Buenos Aires (50km).

SÁBADO 6 DE SEPTIEMBRE: Caminada Támesis-Jardín por el Alto del Rayo (21km)

Esta es una caminada grado 5 que une a Támesis con Jardín.

Si bien estos dos pueblos del suroeste antioqueño se conectan con tres trochas diferentes sólo una está transitable, por eso ignoramos la que va por la Leonera y otra, un poco más larga, que va por La Nevada.

Con la compañía y guianza de ACATA, Agrupación de Caminantes de Támesis, tomamos la trocha que nos llevaría a Jardín por El Alto del Rayo.

Muy temprano salimos de “La Tierra del Siempre Volver” como se le conoce a Támesis. Un municipio que debido a su riqueza hídrica ha sido llamado “Emporio Energético del Nuevo Milenio”. Por eso es la futura sede del Megaproyecto Integrado de la Cuenca de Riofrío y del Distrito de Riego más grande del centro de Colombia.

Dejamos el casco urbano y subimos por un hermoso camino de piedra que nos llevó a la Virgen de La Peña. Cada que ganábamos altura se nos abría aún más el extenso paisaje que dejaba ver el valle formado por el Río Cauca, adornado por los Farallones de la Pintada y surcado por los ríos Poblanco y Cartama.

Dos horas después llegamos al Alto del Suicidio en donde coronamos ésta primera montaña. Allí comenzamos a dejar el paisaje sobre El Cauca y nos internarnos en un bosquecito que nos llevó a Guayabal en donde aprovechamos para desayunar.

Seguimos en travesía por un hermoso camino hasta unas partidas que dan la posibilidad de ir a la Escuela de San Antonio o a la vereda San Agustín. Nosotros seguimos por ésta última para luego emprender el descenso a la quebrada El Tacón.

Pasamos el riachuelo y emprendimos un segundo ascenso que nos llevó a la Finca de Fernando Marín, una casita en medio de la montaña, alejada de todo donde el silencio y la tranquilidad son los protagonistas.

Después de un corto descanso seguimos hasta la cima de la montaña. Por ella caminamos unos minutos y bordeamos el sugestivo Cerro de la Teta el cual veníamos viendo desde hacía rato.

Al frente vimos también el exuberante y coposo bosque que debíamos penetrar para ascender una tercera montaña que nos llevaría al famoso Alto del Rayo.
Para ello bajamos a la Qda Juntas en donde están los límites entre Támesis y Jardín. Pasamos el caudal de agua y nos internamos en el bosque que nos llevó a lo más alto de la montaña en lo que se conoce como la cuchilla Támesis-Jardín.

En su cima, llamada Alto del Rayo, hay unas antenas desde las cuales se aprecia el paisaje cercano a Jardín. Allí aprovechamos para recargar energías y para ello abrimos unos gigantescos y suculentos fiambres que habíamos llevado de almuerzo.

Improvisamos cucharas con hojas y, pese a que le sentimos un saborcito a vinagre, no le paramos bolas y nos devoramos ése plato típico antioqueño envuelto en hoja de viao que tiene carnes de res, carne de cerdo, carne en polvo, chorizo, huevo, arroz, yuca, papa y plátano maduro.

Una vez almorzados seguimos en Travesía hasta una abandonada finca llamada La Palestina. Continuamos en travesía otro rato y luego bajamos a la Qda La Linda que es la que, más a adelante, forma la Cueva del Esplendor, uno de los atractivos eco-turísticos de Jardín.

En algún punto se abrió el panorama que nos permitió ver la cadena de montañas de los alrededores del cauce del Río San Juan y un ramal de la Cordillera Occidental. Desde allí apreciamos el Morro de Contrafuerte, el Alto Ventanas, El Alto de la Venada, Santa Ana, Nudillales y Pantanillo. No en vano Jardín es llamada “La Ciudad de los Muchos Cerros”

Más adelante vimos, a lo lejos, el pueblo. Comprendimos entonces que nos esperaba una larga bajada. Sin afanes emprendimos el descenso que en algunos tramos hicimos por otro bello camino de piedra.

Siendo las 5 de la tarde llegamos a Jardín después de caminar 21km por las quebradas montañas del suroeste antioqueño. En el considerado “Pueblo más hermoso de Antioquia”, rematamos con un exquisito café y las famosas mermeladas de la región.

DOMINGO 7 DE SEPTIEMBRE: Montada en bicicleta Jardín-Jericó por Buenos Aires (50Km)

Debo contar primero que la ruta marcada en el GPS de ésta jornada no la publiqué acá en wikiloc pues, muy tarde, me vine a dar cuenta que se le había acabado la batería al GPS y la ruta estaba incompleta y así no me gusta colgarlas.

Pero si quiero reseñar algo de esta jornada pues es ella la que justifica el nombre, algo escatológico, de ésta crónica.

Espero no levantar ampollas con el título del relato pues lo único que quiero es tomar el pelo con éste paseo que se volvió, literalmente, “cagao” de cuenta del fiambre vinagre que nos comimos el día anterior en la caminada.

La historia comenzó desde la noche anterior cuando los estragos de la intoxicación masiva comenzaron a cobrar sus víctimas.

La primera en presentar diarrea fue una compañera quien al otro día, de madrugada, se fue para Jericó en carro con el Señor que había llevado las bicicletas.

Durante el transcurso de la mañana algunos otros compañeros empezaron a presentar los mismos síntomas pero decidieron montar en las ciclas pues sentían que la cosa no era tan grave.

Sin embargo, una vez bajamos de Jardín a Andes por la pavimentada y, en Campamento, cogimos el ascenso por destapada al Corregimiento de Buenos Aires, uno a uno se fueron enfermando a tal punto de detener la pedaliada con el fin de esperar La Chiva (bus de escalera) que de Andes salía a las 12:30 p.m. rumbo a Jericó.

En Buenos Aires, corregimiento de Andes, otros compañeros también se enfermaron y decidieron tomar carro hasta el municipio en donde fueron atendidos en el Hospital.

Si bien sólo 3 de 9 de los comensales del fiambre pudimos completar el recorrido en bicicleta hasta Jericó, debo decir tampoco nos salvamos de la intoxicada pues durante toda la siguiente semana el daño de estómago fue el protagonista en cada uno de nosotros.

Con seguridad ésta amarga experiencia quedará tatuada en nuestra memoria y si bien ésta fue la “Ruta de Los Cagaos”, es puntual destacar que en ningún momento el grupo perdió su sentido del humor pues hasta el último minuto entonamos nuestro grito de batalla, inspirado en una excursión de bachillerato: “6to B, 6to B, 6to B”