Caldera de Bandama

Ruta muy fácil y con desnivel muy llevadero, ideal para hacerla en familia, pudiendo además dividirla en dos rutas independientes (pensando en los más pequeños…). Discurre siempre por senderos y pistas bien marcados y sin dificultad.
Supongo que verano o en días de mucho sol no conviene bajar al interior de la caldera.
Empezando junto a la parada de autobús de las casas de Bandama nos vamos a la carretera que sube al pico y caminamos por ella un pequeño tramo.
Foto 1: en la primera curva un cartel indicador nos saca por una senda bien marcada que nos lleva al borde del cráter, por donde discurre esta parte de la ruta, en continuos sube-bajas. En algún tramo la subida se hace algo dura debido al tipo de terreno (lapilli o picón) pero son siempre subidas cortas.
En el caso de las bajadas ese mismo terreno puede convertirse en zona “esquiable”, haciendo que la bajada sea más divertida y emocionante.
Foto 2: la senda avanza siempre por el borde. En la imagen una vista de su tramo más estrecho y “expuesto” (por decir algo). La bajada que se intuye a continuación es nuestra “pista de esquí”.
Foto 3: justo al llegar al campo de golf, una mirada atrás.
Foto 4: en poco menos de una hora yendo despacio cerramos el círculo y nos vamos ahora por las casas del pueblo a buscar la entrada al camino que nos baja al fondo de la caldera, al principio empedrado y luego ya de tierra.
Foto 5: en unos minutos llegamos a un mirador desde el que se ve bien el fondo y el camino que haremos por él.
Recorremos la caldera, verde en invierno (supongo que infernal en verano), una especie de Mundo Perdido, increíblemente solitario (en el borde de la caldera siempre hay senderistas y turistas), silencioso, bello y salvaje, un lugar remoto a apenas 20 minutos del bullicio de la capital.
Foto 6: ya casi cerrando este segundo círculo vemos por donde baja el camino. Ahora toca subirlo, así que hay que evitar días de calor excesivo.