Calas de Roche-Colada de Santi Petri-Las Peñuelas. Cádiz

Empezamos la ruta en el Cabo Roche presidido por su faro construido en 1983 con 20 metros de altura y construido sobre una torre almenara del siglo XVI, que formaba parte de un sistema defensivo con el fin de proteger la costa de los ataques piratas. Hoy en día está destinado a Faro de navegación.

A la izquierda podemos divisar el municipio de Conil que cuenta con un litoral de 14'6 km., con una morfología rectilínea y continua en su conjunto. Se puede observar dos formas distintas de costa, las playas amplias y abiertas y las calas flanqueadas por acantilados de arcilla y piedra ostionera de unos 35 metros de altura aproximadamente. Se tiene una excelente vista del Estrecho de Gibraltar, la Costa de Trafalgar, y en un primer plano, la Costa de Conil y las calas llamadas "de Levante", la primera de las cuál es la Cala del Aceite la más cercana al faro. A sus pies se sitúa el puerto pesquero deportivo de Conil de la Frontera.
Hacia la derecha la costa conileña prosigue con las "Calas de Poniente" también conocidas como Calas de Roche, impresionantes acantilados delimitando recónditas calas a las que se puede acceder por senderos de madera y de tierra. A partir de aquí se presenta un tramo de mil ochocientos metros de longitud, localizado entre el Faro de Roche y la urbanización del mismo nombre, en la que se encuentra un conjunto de siete calas de gran belleza formadas en los entrantes de los acantilados arenosos. Un perfil irregular, erosionado y modelado con entrantes y salientes que convierten este entorno en un paisaje muy singular.

En toda esa zona, la flora más abundante es el enebro marítimo. Este es un arbusto siempre verde, de porte robusto y rastrero aunque puede alcanzar los 10 metros de altura. Vive en arenales y dunas fijadas o en acantilados costeros. En Andalucía, todas las poblaciones de enebro marítimo están en la costa de Huelva y Cádiz. En el término municipal de Conil de la Frontera está casi el 10% de la población andaluza de enebros (más de 2.200 ejemplares), cifra que por sí misma, muestra la importancia de este municipio para la supervivencia de la especie, la cual la Junta de Andalucía declaró en peligro de extinción e incluyó en el Catálogo Andaluz de Especies de Flora Silvestre Amenazada.

El interés geológico de la zona se debe a lo visible de su columna estratigráfica y a la abundancia de fósiles que se pueden observar en el descenso hacia las calas, especialmente en la Cala del Pato. De abajo hacia arriba, se observa primero areniscas y conglomerados con numerosos fósiles de bivalvos incrustados. Posteriormente, hay unos niveles compuestos casi exclusivamente por materiales fósiles, en los que destacan los Rodolitos y Ostrea eulis. Según ascendemos van apareciendo areniscas con estratificaciones cruzadas que no son otra cosa que dunas fósiles.

Esta zona debe su forma actual al proceso geológico de abrasión provocado por la acción del mar y del viento. Los atractivos principales son los paisajísticos, además de sus visibles peculiaridades geológicas. Al ser una planicie batida por los vientos de poniente y levante la vegetación apenas levanta altura sobre el terreno y presenta una alta densidad. La flora está compuesta de aulagas, lentiscos, palmitos, romeros, sabia y como especie principal el enebro marítimo.

Estamos en el corredor migratorio "Playa de La Barrosa-Cabo Roche" situado en la Vía de Vuelo Atlántico Este y concentra el paso de diez mil espátulas comunes. Se puede observar el hermoso espectáculo natural que es su salto hacia África que realizan estas aves, en busca de sus lugares de invernada en Mauritania y Senegal. Este evento ocurre desde finales de julio hasta mediados de noviembre, y aunque las aves pasan hacia África durante todo el día, el mejor horario para observarla es de 10 a 13 horas.

Tras las calas, andamos un buen tramo por la Playa de Roche primero y, después, por la Playa del Puerco hasta llegar a la Torre del mismo nombre. La Torre del Puerco es un ejemplo de las torres almenaras que se levantaron desde la edad media y que sirvieron de puesto de defensa y vigilancia. Situada en un lugar privilegiado, esta torre fue testigo de excepción de la batalla de Chiclana, librada el 5 de marzo de 1811 entre las tropas aliadas españolas y anglo-portuguesas contra el ejército francés.

Desde aquí volvemos por un gran pinar que se alterna con construcciones, la Colada de.Santi Petri hasta Las Peñuelas.

Al final caminaremos paralelos al Río Roche hasta el Puerto de Conil y tras una leve subida por la carretera llegamos al punto de inicio en el faro.