Calahorra 2018. La María Eugenia por el Pico de La Mesa y los senderos de los Agudos

Asfalto 0%
Pista 10%
Camino 25%
Sendero 75%


En esta ruta me subí con la María Eugenia a Los Agudos desde el Embalse del Perdiguero. Aprovechamos los cauces de las diferentes yasas para andar alejados de los caminos y así poder disfrutar del magnífico paisaje de Los Agudos, una vez en lo alto subimos a La Mesa para ver el Valle del Cidacos, Autol y el Monte Yerga, un paseo impresionante que no os podéis perder. La pongo como difícil porque se camina por el cauce de las yasas en muchos tramos, por lo que no es cómodo, cansa bastante pero no es difícil, vamos que no os voy a hacer que os deslicéis por cantos rodados ladera abajo como en otras rutas ni os voy a meter a bajar por el campo a través o atravesar zarzales. La dificultad es por que cansa mucho andar por esta zona no porque tengáis que llevar cuerda.

De todas las rutas que he hecho por Los Agudos, sea a pie o en burra, esta es la más bonita e interesante de todas. Al andar Los Agudos de arriba a abajo metidos por las yasas el recorrido es impresionante y se aprecia toda la belleza de su paisaje, además de poder ver la fauna porque como pasamos por las zonas con agua vamos a ver jabalíes y corzos con toda seguridad, corriendo libres y vivos por donde no entra ningún cazador así que no tendréis malos encuentros. También disfrutareis de la flora del lugar, pasareis por ecosistemas de río intermitente, bosques de pinos y zonas de estepa. Los aficionados a la entomología disfrutareis observando por el suelo especies que no se pueden ver tan cerca de las zonas pobladas y si vais en verano cuidado con los mosquitos en las zonas encharcadas, hay si que vais a flipar con su variedad de especies!!! Si vais en otoño hay setas. Bueno la zona es la leche en cualquier momento del año.

Aparcamos en el Embalse del Perdiguero para evitar el tramo que hay hasta Calahorra porque carece de todo interés. Una vez allí cogimos el sendero entre los pinos que nos lleva a la Casa de Veriaín y andando por el camino recorrimos el Plano de la Estanca al descubierto.

Al llegar a la Cañada Real de Ganados nos metimos dentro de la Yasa de La Degollada y caminamos por ella entre sus impresionantes paredes, este paisaje de cauce seco erosionado y los pinos dominarán toda la ruta.

en vez de salir a la centenaria Cañada Real de Ganados en el último cauce que desemboca en la Yasa de La Degollada giramos a la derecha rumbo sur para comenzar a subir por Los Agudos. Nos adentramos en la Yasa de La Tinaja y subimos dos kilómetros y medio por ella, encontrando pequeñas lagunas que habían quedado de las últimas lluvias. Después salimos al Camino de Los Agudos porque la cascada nos impedía subir.

Desde aquí volvimos a la Yasa de La Tinaja tras rodear la cascada y nos cambiamos de lado de cauce para seguir subiendo, siempre por sendero a La Mesa. Continuamos andando por los pinares mientras la María Eugenia olisqueaba jabalíes y corzos hasta el cortafuegos de la línea eléctrica que muy inteligentemente atraviesa Los Agudos, pero rápido nos desviamos por el sendero y atravesamos la Yasa de La Mesa para salir al camino que sube hacia el Monte del Espartal.

Lo recorrimos unos metros pero rápido lo dejamos a la derecha para continuar por sendero, con una buena pendiente, que no llevo directos a La Mesa, donde dimos una vuelta para contemplar las tremendas vistas que hay desde allí. Tomamos el camino que va cresteando hasta el Monte del Espartal y desde allí descendimos por el sendero que baja serpenteando por el cortafuegos.

Continuamos bajando por una yasa pero había mucho barro y zonas encharcados, por lo angosta que era tuvimos que salir al camino de La Mesa y recorrerlo unos pocos metros para poder volver a ella otra vez y seguir andando entre las yasas por ese paisaje tan magnífico que forman.

el camino de bajada lo hicimos siguiendo la yasa, pasando por una zona donde se convertía en laguna, disfrutando de los colores rojizos de sus paredes, los estratos de caliza, el pinar que nos rodeaba y así bajamos toda la Planilla Pequeña hasta que salimos al camino de La Mesa en la zona baja.

Ya solo nos quedaba volver a cruzar la Yasa de La Degollada y desandar el camino hasta la Casa de Veriaín para volver a meternos por el sendero que empezamos, con el calor que hacía ya, que pasábamos del medio día, se agradecía la sombra de los pinos. La María Eugenia que es muy negra iba de sombra en sombra así que agradeció el sendero y cuando desembocó en el Embalse del Perdiguero pasó de largo el coche y se metió a darse un baño y nadar un poco.

Espero que os guste
Un saludo