Cala Higuera-Senderos Loma Pelada y Escullos-Pozo de Los Frailes (desde San José)
near San José, Andalucía (España)
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Itinerary description
Ruta de gran belleza por el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, partiendo con la primera luz del día (para evitar pasar penas en la vuelta, sin ninguna sombra y en pleno verano) desde la playa del Sollarete, en la bahía de San José (antiguo pueblo de pescadores y hoy principal enclave turístico del parque); esta bahía la cierra por el sur la Peña de Gálvez, donde se alzaba en el siglo XVIII la batería costera de San José (que dio nombre a la localidad), para, con una guarnición de trescientos hombres, defensa de la costa de los ataques de los piratas berberiscos. A partir de la Guerra de Independencia se fue deteriorando hasta quedar en un estado ruinoso y sobre sus cimientos y su muro basal se construyó en 1973 el actual cuartel de la Guardia Civil.
Me dirijo al otro extremo de la ensenada, cerrado por el Cerro de Enmedio, por el que subo siguiendo la calle Las Olas; ya en las últimas casas del pueblo sale una estrecha senda que recorre el acantilado (en su primer tramo con una valla a la derecha, para proteger al puerto de desprendimientos de rocas, que acaba a la altura de la escollera). No es complicado transitar por este senderito, siempre con precaución y eso sí, no es recomendable para personas con vértigo. Pronto se da vista al Cerro de Cala Higuera, coronado por la torre vigía del siglo XVIll, cuando Carlos III, a través de la promulgación del Reglamento de Defensa del Reino de Granada, instauró un eficaz sistema defensivo del litoral levantino y andaluz desplegando un total de 113 fortificaciones (torres, castillos, baterías y casas fuerte), de las cuales 35 correspondían a la costa almeriense. Esta torre dispuso de una guarnición permanente formada por un cabo y dos torreros.
En Cala Higuera destaca el tono claro de la roca, que corresponde a depósitos de ignimbritas (formada por la consolidación de finos depósitos de cenizas y lapilli procedentes de erupciones volcánicas), en la que se encuentra la Cueva del Tabaco.
Recorro esta bonita cala, antes de subir a la pista de tierra donde comienza el sendero SL-A 103 Loma Pelada, pista que fue proyectada como carretera litoral del levante (afortunadamente no se ejecutó el proyecto por motivos conservacionistas). Loma Pelada es un área de Reserva Marítimo-Terrestre de alto valor ecológico, que acoge la única colonia europea de Camachuelo Trompetero, ave de origen norteafricano, y una bien conservada pradera de Posidonia oceanica bajo el agua, que refugia gran cantidad de especies marinas.
También el sendero tiene un gran interés desde el punto de vista geológico, predominando durante el itinerario las rocas de origen volcánico: riolitas blanquecinas, dacitas rojizas (como las de Punta Caliguera) o las grisáceas andesitas (las más comunes en la Tierra tras el basalto, sobre todo en las formaciones volcánicas de los Andes). La situación del mar de Alborán en el límite de las placas europea y africana originó una gran actividad sísmica y volcánica, generada mayormente en un ambiente submarino, hace aproximadamente entre 16 y 7.5 millones de años, en el Mioceno, sobre todo en dos ciclos: el primero y más intenso entre los 16 y 20 m.a. que dio lugar a formaciones geológicas sumergidas, y el segundo entre los 9 y los 7.5 m.a., con menor volumen de magma (depositándose en el período intermedio sedimentos en el fondo de la cuenca marina); los materiales volcánicos sufrieron un brusco enfriamiento y emergieron con la relativa bajada del nivel del mar y el acúmulo de sedimentos, con lo que, expuestos después a la erosión marina, originaron estructuras de distintas formas y colores: domos, coladas, columnas basálticas, chimeneas, calderas, dunas fósiles y rocas piroclásticas. El mayor macizo volcánico de la península lo encontramos en el Cabo de Gata.
El sendero de Loma Pelada se caracteriza por la presencia de diques, domos y coladas de lava de composición dacítica. Se trata de dacitas de textura porfídica, con alto contenido en cristales de gran tamaño (observables a simple vista) de plagioclasa (color blanco) y anfíbol (color negro) incluidos en una matriz microcristalina o vítrea; la textura de la dacita se va adquiriendo cuando el magma (inicialmente en estado líquido a una temperatura entre 900 y 1000 °C) se va enfriando a medida que asciende, formándose los primeros cristales (fenocristales), que van creciendo a la par que se forman
nuevos cristales, acelerándose el enfriamiento al salir al exterior, lo que origina una matriz vítrea o microcristalina que los engloba. Las dacitas de Loma Pelada afloran en diques, que forman domos cuando el magma asciende a su través y alcanza la superficie del fondo marino, creando un cuerpo en forma de cúpula, cuyos bordes se enfrían y solidifican rápidamente al entrar en contacto con el agua y después se fragmentan de forma no explosiva, formando un caparazón de hialoclastitas (del griego “hyalos”, vidrio), que se removilizan debido al crecimiento del domo; y en coladas de lavas submarinas, de estructura interna muy similar, pero lateralmente más extensas y sin restos de diques de alimentación (en las de gran espesor el proceso de formación de hialoclastitas es similar).
El sendero sube hacia la casa la Torre, llegando a su parte trasera, donde cambia de dirección y aumenta su pendiente hasta alcanzar un pequeño rellano, magnífico mirador desde el que se tiene una panorámica de las ensenadas de San José y Los Genoveses, que se extiende hasta la Vela Blanca. Desde aquí se sigue por una pista de tierra, que coincide con el Camino Argar del Sureste de Almería (un ramal del Camino de Santiago), recorrido seguido antaño por las guardas de la costa para desplazarse por el dispositivo fortificado. A la izquierda se alza el pico del Fraile (máxima altura del parque con 493 msnm), con su cerro gemelo (llamados popularmente Las Gemelas o Las Hermanicas), y a la derecha se encuentran unos imponentes acantilados con pequeñas calas de difícil acceso (la del Tomate, las Hermanicas…); los cerros desde el de Cala Higuera hasta el final del sendero en la Punta del Esparto se corresponden con las paredes de una enorme caldera volcánica de 5 kilómetros de diámetro y que se extiende mar adentro.
Voy atravesando barrancos ocupados por una densa vegetación constituida por palmitos, espartos, albaidas, escobones… paso junto a una buena muestra de disyunciones columnares (estructuras con forma de columna, generalmente de sección hexagonal, originadas por la contracción de la lava al enfriarse -perpendiculares a la superficie de enfriamiento), en un dique de dacitas (pueden aparecer en diques, domos y coladas). Luego, al poco de dejar atrás la Casa del Tomate (ruinas de un antiguo cuartel de la Benemérita) sobre la Punta de la Hoya de la Torre, me encuentro con
la Cantera Los Murcianos, una explotación minera para la obtención de zeolitas y, en menor medida, esmectitas. Su origen se relaciona con la transformación de un depósito de ignimbritas riolíticas por fluidos hidrotermales en un ambiente geotérmico favorable debido al vulcanismo regional: en una primera etapa, se produjo la alteración de las ignimbritas a zeolitas (mordenita) por hidratación del vidrio volcánico y, en otra posterior, parte del depósito se transformó en esmectitas. Las zeolitas tienen una estructura cristalina (con canales y huecos que favorecen su capacidad de actuar como filtro molecular o como medio absorbente para diversos compuestos químicos), también las esmectitas, que favorece su uso en la industria química, farmacéutica y agroalimentaria, para sondeos en prospección minera y petrolífera, en corrección de vertidos y sellado de depósitos contaminantes… en concreto, los materiales de esta explotación se destinaron a usos varios: absorbentes, cargas industriales, filtración, tratamiento de suelos contaminados y como aditivo en la preparación de hormigones ligeros.
Pasado el Barranco del Tollo, se asciende al Collado de los Grajos, con la Punta de Loma Pelada introduciéndose en el mar y cerrando por el sur Cala Grande; queda otra subidita hasta el Collado de Cala Grande, donde una trinchera permite la continuación del carril, que baja hacia el Barranco de Cala Chica, dejando sucesivamente a la derecha esta bella cala, Cala Cortada y la playa de Piedra Galera hasta el fin del sendero en la Punta del Esparto, junto a la playa del Embarcadero. Desde aquí hay una fantástica vista panorámica, con los Escullos y el castillo de San Felipe en primer término, asentado sobre unos acantilados de arenisca, de La Isleta del Moro, La Rellana, la Punta de la Polacra…
Los Escullos deben su nombre a los muchos escollos junto al acantilado que provienen del desplome de las paredes de areniscas, paredes de un antiguo sistema dunar fosilizado, lo que se conoce como oolita: a lo largo de millones de años el avance y retroceso del mar sobre la línea de costa va cubriendo extensiones de tierra o dejándolas al descubierto (progresiones y regresiones marinas); al cubrirse los depósitos de arena provocados por el viento (las dunas), las partículas de arena pueden llegar a cementar con el carbonato cálcico procedente de algunos animales marinos (incluso quedar muchos de estos animales fosilizados en la arenisca), descubriéndose la duna al retirarse el mar. La acción erosiva del viento y del oleaje, más intensa por su parte inferior, origina lo que se conoce como relieve en visera: la pérdida de esa visera al desprenderse las masas rocosas de la parte superior dio lugar a este peculiar paisaje.
Tras disfrutar de la belleza de este rincón, vuelvo al camino principal del que salgo por otro a su izquierda para conectar con el sendero Pozo de los Frailes-Los Escullos, también bien señalizado. Se dirige por la izquierda hacia la rambla de la Capitana, pasando por detrás del camping Los Escullos y llegando a la Cortijada de Cortijos Grandes, donde destaca la silueta de un molino de viento restaurado (se dice que fue el último activo en la comarca). En este caserío hay una vieja noria de sangre, con una alberca rectangular desde donde se distribuía el agua a las huertas.
Sigo camino, flanqueado por pequeños cerros, hasta llegar a la pequeña pedanía del Pozo de los Frailes, situada en una encrucijada entre La Isleta y San José, sobre una generosa capa freática, de ahí el nombre de pozo, que se encuentra cruzando la carretera. Sobre este pozo se puede ver una noria restaurada (siguió en uso hasta 1982).
Regreso a San José por un carril de tierra junto a la carretera habilitado hace unos años, pasando junto a El Sotillo, antiguo cortijo hoy convertido en un hotel con encanto (manteniendo su estructura original), con restaurante y centro de equitación, donde Sergio Leone rodó en 1964 “Por un puñado de dólares”, primera película de la denominada Trilogía del Dólar.
Ya en el núcleo urbano, cruzando el Parque la Molina (donde predominan los australianos eucaliptos), termino ruta en el Sollarete, disfrutando de un riquísimo zumo natural de frutas y verduras recién exprimidas en la Floridita del Cabo.
Me dirijo al otro extremo de la ensenada, cerrado por el Cerro de Enmedio, por el que subo siguiendo la calle Las Olas; ya en las últimas casas del pueblo sale una estrecha senda que recorre el acantilado (en su primer tramo con una valla a la derecha, para proteger al puerto de desprendimientos de rocas, que acaba a la altura de la escollera). No es complicado transitar por este senderito, siempre con precaución y eso sí, no es recomendable para personas con vértigo. Pronto se da vista al Cerro de Cala Higuera, coronado por la torre vigía del siglo XVIll, cuando Carlos III, a través de la promulgación del Reglamento de Defensa del Reino de Granada, instauró un eficaz sistema defensivo del litoral levantino y andaluz desplegando un total de 113 fortificaciones (torres, castillos, baterías y casas fuerte), de las cuales 35 correspondían a la costa almeriense. Esta torre dispuso de una guarnición permanente formada por un cabo y dos torreros.
En Cala Higuera destaca el tono claro de la roca, que corresponde a depósitos de ignimbritas (formada por la consolidación de finos depósitos de cenizas y lapilli procedentes de erupciones volcánicas), en la que se encuentra la Cueva del Tabaco.
Recorro esta bonita cala, antes de subir a la pista de tierra donde comienza el sendero SL-A 103 Loma Pelada, pista que fue proyectada como carretera litoral del levante (afortunadamente no se ejecutó el proyecto por motivos conservacionistas). Loma Pelada es un área de Reserva Marítimo-Terrestre de alto valor ecológico, que acoge la única colonia europea de Camachuelo Trompetero, ave de origen norteafricano, y una bien conservada pradera de Posidonia oceanica bajo el agua, que refugia gran cantidad de especies marinas.
También el sendero tiene un gran interés desde el punto de vista geológico, predominando durante el itinerario las rocas de origen volcánico: riolitas blanquecinas, dacitas rojizas (como las de Punta Caliguera) o las grisáceas andesitas (las más comunes en la Tierra tras el basalto, sobre todo en las formaciones volcánicas de los Andes). La situación del mar de Alborán en el límite de las placas europea y africana originó una gran actividad sísmica y volcánica, generada mayormente en un ambiente submarino, hace aproximadamente entre 16 y 7.5 millones de años, en el Mioceno, sobre todo en dos ciclos: el primero y más intenso entre los 16 y 20 m.a. que dio lugar a formaciones geológicas sumergidas, y el segundo entre los 9 y los 7.5 m.a., con menor volumen de magma (depositándose en el período intermedio sedimentos en el fondo de la cuenca marina); los materiales volcánicos sufrieron un brusco enfriamiento y emergieron con la relativa bajada del nivel del mar y el acúmulo de sedimentos, con lo que, expuestos después a la erosión marina, originaron estructuras de distintas formas y colores: domos, coladas, columnas basálticas, chimeneas, calderas, dunas fósiles y rocas piroclásticas. El mayor macizo volcánico de la península lo encontramos en el Cabo de Gata.
El sendero de Loma Pelada se caracteriza por la presencia de diques, domos y coladas de lava de composición dacítica. Se trata de dacitas de textura porfídica, con alto contenido en cristales de gran tamaño (observables a simple vista) de plagioclasa (color blanco) y anfíbol (color negro) incluidos en una matriz microcristalina o vítrea; la textura de la dacita se va adquiriendo cuando el magma (inicialmente en estado líquido a una temperatura entre 900 y 1000 °C) se va enfriando a medida que asciende, formándose los primeros cristales (fenocristales), que van creciendo a la par que se forman
nuevos cristales, acelerándose el enfriamiento al salir al exterior, lo que origina una matriz vítrea o microcristalina que los engloba. Las dacitas de Loma Pelada afloran en diques, que forman domos cuando el magma asciende a su través y alcanza la superficie del fondo marino, creando un cuerpo en forma de cúpula, cuyos bordes se enfrían y solidifican rápidamente al entrar en contacto con el agua y después se fragmentan de forma no explosiva, formando un caparazón de hialoclastitas (del griego “hyalos”, vidrio), que se removilizan debido al crecimiento del domo; y en coladas de lavas submarinas, de estructura interna muy similar, pero lateralmente más extensas y sin restos de diques de alimentación (en las de gran espesor el proceso de formación de hialoclastitas es similar).
El sendero sube hacia la casa la Torre, llegando a su parte trasera, donde cambia de dirección y aumenta su pendiente hasta alcanzar un pequeño rellano, magnífico mirador desde el que se tiene una panorámica de las ensenadas de San José y Los Genoveses, que se extiende hasta la Vela Blanca. Desde aquí se sigue por una pista de tierra, que coincide con el Camino Argar del Sureste de Almería (un ramal del Camino de Santiago), recorrido seguido antaño por las guardas de la costa para desplazarse por el dispositivo fortificado. A la izquierda se alza el pico del Fraile (máxima altura del parque con 493 msnm), con su cerro gemelo (llamados popularmente Las Gemelas o Las Hermanicas), y a la derecha se encuentran unos imponentes acantilados con pequeñas calas de difícil acceso (la del Tomate, las Hermanicas…); los cerros desde el de Cala Higuera hasta el final del sendero en la Punta del Esparto se corresponden con las paredes de una enorme caldera volcánica de 5 kilómetros de diámetro y que se extiende mar adentro.
Voy atravesando barrancos ocupados por una densa vegetación constituida por palmitos, espartos, albaidas, escobones… paso junto a una buena muestra de disyunciones columnares (estructuras con forma de columna, generalmente de sección hexagonal, originadas por la contracción de la lava al enfriarse -perpendiculares a la superficie de enfriamiento), en un dique de dacitas (pueden aparecer en diques, domos y coladas). Luego, al poco de dejar atrás la Casa del Tomate (ruinas de un antiguo cuartel de la Benemérita) sobre la Punta de la Hoya de la Torre, me encuentro con
la Cantera Los Murcianos, una explotación minera para la obtención de zeolitas y, en menor medida, esmectitas. Su origen se relaciona con la transformación de un depósito de ignimbritas riolíticas por fluidos hidrotermales en un ambiente geotérmico favorable debido al vulcanismo regional: en una primera etapa, se produjo la alteración de las ignimbritas a zeolitas (mordenita) por hidratación del vidrio volcánico y, en otra posterior, parte del depósito se transformó en esmectitas. Las zeolitas tienen una estructura cristalina (con canales y huecos que favorecen su capacidad de actuar como filtro molecular o como medio absorbente para diversos compuestos químicos), también las esmectitas, que favorece su uso en la industria química, farmacéutica y agroalimentaria, para sondeos en prospección minera y petrolífera, en corrección de vertidos y sellado de depósitos contaminantes… en concreto, los materiales de esta explotación se destinaron a usos varios: absorbentes, cargas industriales, filtración, tratamiento de suelos contaminados y como aditivo en la preparación de hormigones ligeros.
Pasado el Barranco del Tollo, se asciende al Collado de los Grajos, con la Punta de Loma Pelada introduciéndose en el mar y cerrando por el sur Cala Grande; queda otra subidita hasta el Collado de Cala Grande, donde una trinchera permite la continuación del carril, que baja hacia el Barranco de Cala Chica, dejando sucesivamente a la derecha esta bella cala, Cala Cortada y la playa de Piedra Galera hasta el fin del sendero en la Punta del Esparto, junto a la playa del Embarcadero. Desde aquí hay una fantástica vista panorámica, con los Escullos y el castillo de San Felipe en primer término, asentado sobre unos acantilados de arenisca, de La Isleta del Moro, La Rellana, la Punta de la Polacra…
Los Escullos deben su nombre a los muchos escollos junto al acantilado que provienen del desplome de las paredes de areniscas, paredes de un antiguo sistema dunar fosilizado, lo que se conoce como oolita: a lo largo de millones de años el avance y retroceso del mar sobre la línea de costa va cubriendo extensiones de tierra o dejándolas al descubierto (progresiones y regresiones marinas); al cubrirse los depósitos de arena provocados por el viento (las dunas), las partículas de arena pueden llegar a cementar con el carbonato cálcico procedente de algunos animales marinos (incluso quedar muchos de estos animales fosilizados en la arenisca), descubriéndose la duna al retirarse el mar. La acción erosiva del viento y del oleaje, más intensa por su parte inferior, origina lo que se conoce como relieve en visera: la pérdida de esa visera al desprenderse las masas rocosas de la parte superior dio lugar a este peculiar paisaje.
Tras disfrutar de la belleza de este rincón, vuelvo al camino principal del que salgo por otro a su izquierda para conectar con el sendero Pozo de los Frailes-Los Escullos, también bien señalizado. Se dirige por la izquierda hacia la rambla de la Capitana, pasando por detrás del camping Los Escullos y llegando a la Cortijada de Cortijos Grandes, donde destaca la silueta de un molino de viento restaurado (se dice que fue el último activo en la comarca). En este caserío hay una vieja noria de sangre, con una alberca rectangular desde donde se distribuía el agua a las huertas.
Sigo camino, flanqueado por pequeños cerros, hasta llegar a la pequeña pedanía del Pozo de los Frailes, situada en una encrucijada entre La Isleta y San José, sobre una generosa capa freática, de ahí el nombre de pozo, que se encuentra cruzando la carretera. Sobre este pozo se puede ver una noria restaurada (siguió en uso hasta 1982).
Regreso a San José por un carril de tierra junto a la carretera habilitado hace unos años, pasando junto a El Sotillo, antiguo cortijo hoy convertido en un hotel con encanto (manteniendo su estructura original), con restaurante y centro de equitación, donde Sergio Leone rodó en 1964 “Por un puñado de dólares”, primera película de la denominada Trilogía del Dólar.
Ya en el núcleo urbano, cruzando el Parque la Molina (donde predominan los australianos eucaliptos), termino ruta en el Sollarete, disfrutando de un riquísimo zumo natural de frutas y verduras recién exprimidas en la Floridita del Cabo.
Waypoints
Information point
282 ft
Panel informativo Disyunciones columnares de Loma Pelada
Disyunciones columnares en sección transversal (eje longitudinal de las columnas perpendicular a las paredes del dique) y en sección basal
Information point
269 ft
Panel informativo Vulcanismo explosivo submarino
Depósitos piroclásticos originados por erupciones explosivas submarinas desencadenadas e impulsadas por gases magmáticos
Panorama
132 ft
Cala Cortada y Playa de Piedra Galera; al fondo La Isleta del Moro y el Cerro de los Lobos
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