Cacela Velha- La Fábrica y Praias de Cacela Velha, do Lacém y de Cabanas. Algarve. Portugal.
near Cacela Velha, Faro (Portugal)
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Itinerary description
CACELA VELHA
Este pueblo histórico —en donde vale la pena apreciar el caserío blanquísimo decorado con el tradicional azul cobalto— se rodea de pomares de secano que se extienden por colinas suaves hasta la ría. La población ha crecido en torno a una noria medieval y ofrece una magnífica vista desde lo alto hacia la Ría Formosa, junto al Fuerte D. Paio Peres Correia.
Cacela Velha es una aldea de postal cuyo paisaje que lo envuelve te deja prendado. Es el mejor mirador sobre el mar y las islas del Parque Natural Ría Formosa, un lugar que admirablemente atesora un gran encanto y serenidad y que por tanto es una visita obligada para cualquier viajero que desee conocer lo mejor y más auténtico del Algarve.
Imagina que te encuentras inmerso en un lugar del mundo en el que el tiempo parece haberse detenido; un paraje natural prácticamente inalterado; un enclave con unas vistas panorámicas deslumbrantes a una ría y al mar; un rincón del planeta salpicado por una suave brisa costera en el que lejanos canturreos de gaviotas inundan el ambiente bajo un radiante y hermoso cielo azul.
Este lugar en el que te encuentras, envuelto por amplios sistemas dunares y bosques de pino piñonero, es uno de esos lugares del Algarve que ha sabido conservar hasta nuestros días su legado natural, su patrimonio arquitectónico y la esencia del pueblo portugués. Hablamos de Cacela Velha, el secreto mejor guardado del Algarve.
Es un pequeño pueblo de no más de cinco calles empedradas cuya estampa más característica son sus casas blancas de una sola planta. Sus puertas y ventanas enmarcadas en tonos azules y adornadas algunas de ellas con bonitas flores nos recuerda su pasado árabe.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO:
Iniciamos esta inmejorable ruta en el aparcamiento de Cacela Velha; muy concurrido en los meses estivales. La visita al pueblecito la dejamos para el final de la ruta.
Como todo el camino está ocupado por innumerables coches, decidimos dejar aparcado el coche en Cacela Velha y dirigirnos andando hasta la aldea cercana de LA FÁBRICA. Según nos vamos acercando a la Fábrica, nos alegramos de haber tomado la decisión de dejar el coche en Cacela Velha, ya que hay coches por doquier, aparcados a ambos lados de la estrecha carretera y en cualquier espacio imaginable donde se pueda aparcar.
Tras unos 700 m. por la carretera, tomaremos un desvío a la izquierda por la ESTRADA DE FORMOSA. Una estrecha carreta, infectada de coches, que desciende suavemente unos 500 m.hasta la aldea del Sitio da Fábrica.
El Sitio de Fábrica, una diminuta aldea de pescadores, tiene poco más de dos decenas de pintorescas casas frente al principio de la Ría Formosa, donde la profundidad del agua es todavía muy escasa y, dependiendo de las mareas, puedes cruzar a la playa en algunos momentos andando o nadando, lo cual es siempre una divertida aventura para grandes y pequeños. Junto a un pequeño aparcamiento masificado de vehículos encontraremos un buen restaurante donde degustar una buenísima Cataplana o algo de marisco.
Nosotros tuvimos suerte y, en la ida, la marea estaba baja pudiendo cruzar la ría a pie; descalzándonos, el agua solo nos llegaba a los tobillos. Durante el recorrido nos sentíamos vigilados por centenares de cangrejos que a nuestro paso desaparecían escondiéndose en sus madrigueras. El regreso, con la marea alta, lo hicimos en uno de los varios barcos-taxi que se dedican a transportar a los veraneantes de una punta a otra. Un trasiego continuo que hace no esperar demasiado tiempo en cola. Las vistas del paseo en barco son preciosas. El pequeño pueblo al fondo, dos grandes mansiones y al lado y, sobre un alto, la pintoresca y anciana Cacela Velha.
Cruzando el estrecho brazo de ría, el visitante se encuentra con una fina lengua de arena desierta y salvaje en constante mutación por la acción del mar y los vientos. Aunque la zona cercana al desembarco de visitantes está algo concurrida; solo se tiene que andar unos centenares de metros para encontrarse en la más completa tranquilidad; se puede contemplar la rica flora de las dunas de esta barrera arenosa, sólo interrumpida en los lugares donde el mar insiste en sobrepasar la muralla natural y las numerosas aves que en las dunas buscan refugio, como los chorlitejos patinegros, los correlimos, los vuelvepiedras o los charrancitos.
Con aquel mar delante de nosotros, de aguas transparentes y azuladas, no hubo más remedio que postergar la excursión para darnos un esplendido baño. Después llegó el momento de un largo paseo junto al mar, con el propósito de alcanzar el final de una extensa playa, donde se divisaba Monte Gordo a un extremo y el Monte Figo al otro. Con la bajada de la mar la extensa playa se amplió y se hizo todavía más bonita, digna de la mejor portada de una revista de vacaciones.
Comenzamos nuestro largo, precioso y confortante paseo por la fina arena en la PRAIA DA CACELA VELHA, una playa desierta con un inmenso arenal que se abre paso al Atlántico, se encuentra en un gran entorno natural de gran belleza y se sitúa en la Península de Cacela.
Casi sin darte cuenta pasarás de la Praia de Cacela a la PRAIA DO LACÉM. En el punto más oriental de Ilha de Cabanas, una isla arenosa en la costa de Tavira, se encuentra la playa de Lacém, dentro del área del parque natural Ría Formosa. La franja de arena está situada junto al canal de Tavira, cambiando constantemente la forma de las islas e islotes arenosos y proporcionando aguas más tranquilas además de las del mar. Esta es una playa sin supervisión que no falla en proporcionar una atmósfera increíble, y una gran opción para un día más tranquilo en la playa. Playa casi desierta en la que no nos encontramos prácticamente a nadie, salvo otros andarines que investigan, como nosotros, la zona.
La arena es muy fina, con modestas crestas dunares. El hábitat dominante es la marisma y el olor a sal y agua es intenso. Además del ramal estrecho de la ría, está la Ilha de Cabanas, muy fina y baja en este lugar y sólo vegetada con pequeñas hierbas (heno de mar), no ofreciendo gran resistencia al desborde del mar. Aquí se puede observar, con cierta tranquilidad, varias aves playeras, que escudriñan los lodos con sus largos picos en busca de alimento.
Por último llegaremos a la zona más al oeste de esta ruta, la PRAIA DE CABANAS. Una playa maravillosa, limpia, tranquila y con una arena para los que les gusta pasear descalzos junto al mar.
Situada en la isla de Cabanas , frente al mar del pueblo de pescadores que le dio nombre, en los terrenos del Parque Natural de la Ría Formosa . Desde el muelle de la isla, es posible contemplar en la orilla opuesta el Forte da Conceição , también conocido como Forte de São João o Forte de São João da Barra .Como aquí hay otro acceso en barco, desde el pueblo de Cabana, se encuentra más concurrida; aunque como son playas muy amplias y estensas no da sensación de masificación
El retorno lo hacemos desandando el camino y tras pasar una magnífica tarde veraniega en estas deliciosas playas; regresamos, como comentábamos en el principio de la descripción, en barco hasta La Fabrica. Desde aquí hasta Cacela Velha, a la que llegamos con la puesta de sol, lo que hizo que su visita fuese aún más mágica.
acela Velha es una visita imprescindible a incluir en cualquier agenda viajera al Algarve. Este balcón al mar y a Ría Formosa, la mires por donde la mires, está impregnado de encanto, autenticidad y esencia portuguesa. Como ya comentámos anteriormente, Cacela Velha es una aldea de postal envuelta por un paisaje que te deja prendado. Visitar Cacela Velha se traduce en felicidad, una felicidad que no cuesta nada.
Siglos de historia han hecho de Cacela Velha un enclave para navegantes griegos, fenicios y romanos, pero recientemente se han descubierto restos arqueológicos que apuntan a que allí debía situarse la ciudad árabe de Qast'alla Daraj en el siglo X. De hecho, una de sus calles lleva el nombre del poeta Abú Al-Abdarí, que habría nacido en este lugar.
Cacela Velha es la zona más antigua del concelho de Vila Real de Santo António. Su existencia como centro urbano se remonta por lo menos, según los vestigios arqueológicos encontrados, al tiempo de los Romanos y los Árabes, aunque se cree que es de origen fenicio.
Actualmente es una modesta aldea de agricultores y pescadores con un típico caserío de viviendas blancas agrupadas alrededor de la Iglesia de Nossa Senhora da Assunção (siglo XVI-XVIII), que supone un magnífico mirador sobre el océano y los arenales de la Reserva Natural de la Ría Formosa. La iglesia tiene una hermosa arcada renacentista que presenta los bustos de San Pedro y San Pablo.
De esta localidad, además de la iglesia anteriormente citada, merece la pena visitar su Núcleo Museológico y su Fortaleza. Un fuerte del siglo XVIII construido para proteger la costa del Algarve contra los ataques de los piratas.
El interior del fuerte no está abierto al público ya que se usa como una oficina para la Guardia Nacional Republicana (GNR), pero aún se puede disfrutar de las grandes vistas panorámicas desde sus muros, especialmente durante la puesta de sol.
Junto al Fuerte encontraremos una pintoresca NORIA MEDIEVA y una llamativa cabina de teléfono.
La economía local todavía se basa en la pesca comercial, que abastece a los numerosos y concurridos restaurantes con una variedad de mariscos frescos como almejas, gambas, calamares y ostras. Las colas esperando el turno de comidas en los restaurantes nos disuade de una exquisita cena.
Los eventos más importantes en Cacela Velha son las Noites da Moura Encantada en julio. Cacela Velha es tranquila la mayor parte del año, pero cobra vida con Noites da Moura Encantada, un evento de cuatro días que recrea el período de la ocupación árabe. Durante el evento, hay música, comida árabe y un mercado tradicional mercado del zoco. Otros eventos en el área incluyen la Clássica em Cacela, una serie de conciertos que se llevan a cabo todos los veranos en la iglesia de Cacela Velha.
Ruta muy recomendable en la visita al Algarve.
Este pueblo histórico —en donde vale la pena apreciar el caserío blanquísimo decorado con el tradicional azul cobalto— se rodea de pomares de secano que se extienden por colinas suaves hasta la ría. La población ha crecido en torno a una noria medieval y ofrece una magnífica vista desde lo alto hacia la Ría Formosa, junto al Fuerte D. Paio Peres Correia.
Cacela Velha es una aldea de postal cuyo paisaje que lo envuelve te deja prendado. Es el mejor mirador sobre el mar y las islas del Parque Natural Ría Formosa, un lugar que admirablemente atesora un gran encanto y serenidad y que por tanto es una visita obligada para cualquier viajero que desee conocer lo mejor y más auténtico del Algarve.
Imagina que te encuentras inmerso en un lugar del mundo en el que el tiempo parece haberse detenido; un paraje natural prácticamente inalterado; un enclave con unas vistas panorámicas deslumbrantes a una ría y al mar; un rincón del planeta salpicado por una suave brisa costera en el que lejanos canturreos de gaviotas inundan el ambiente bajo un radiante y hermoso cielo azul.
Este lugar en el que te encuentras, envuelto por amplios sistemas dunares y bosques de pino piñonero, es uno de esos lugares del Algarve que ha sabido conservar hasta nuestros días su legado natural, su patrimonio arquitectónico y la esencia del pueblo portugués. Hablamos de Cacela Velha, el secreto mejor guardado del Algarve.
Es un pequeño pueblo de no más de cinco calles empedradas cuya estampa más característica son sus casas blancas de una sola planta. Sus puertas y ventanas enmarcadas en tonos azules y adornadas algunas de ellas con bonitas flores nos recuerda su pasado árabe.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO:
Iniciamos esta inmejorable ruta en el aparcamiento de Cacela Velha; muy concurrido en los meses estivales. La visita al pueblecito la dejamos para el final de la ruta.
Como todo el camino está ocupado por innumerables coches, decidimos dejar aparcado el coche en Cacela Velha y dirigirnos andando hasta la aldea cercana de LA FÁBRICA. Según nos vamos acercando a la Fábrica, nos alegramos de haber tomado la decisión de dejar el coche en Cacela Velha, ya que hay coches por doquier, aparcados a ambos lados de la estrecha carretera y en cualquier espacio imaginable donde se pueda aparcar.
Tras unos 700 m. por la carretera, tomaremos un desvío a la izquierda por la ESTRADA DE FORMOSA. Una estrecha carreta, infectada de coches, que desciende suavemente unos 500 m.hasta la aldea del Sitio da Fábrica.
El Sitio de Fábrica, una diminuta aldea de pescadores, tiene poco más de dos decenas de pintorescas casas frente al principio de la Ría Formosa, donde la profundidad del agua es todavía muy escasa y, dependiendo de las mareas, puedes cruzar a la playa en algunos momentos andando o nadando, lo cual es siempre una divertida aventura para grandes y pequeños. Junto a un pequeño aparcamiento masificado de vehículos encontraremos un buen restaurante donde degustar una buenísima Cataplana o algo de marisco.
Nosotros tuvimos suerte y, en la ida, la marea estaba baja pudiendo cruzar la ría a pie; descalzándonos, el agua solo nos llegaba a los tobillos. Durante el recorrido nos sentíamos vigilados por centenares de cangrejos que a nuestro paso desaparecían escondiéndose en sus madrigueras. El regreso, con la marea alta, lo hicimos en uno de los varios barcos-taxi que se dedican a transportar a los veraneantes de una punta a otra. Un trasiego continuo que hace no esperar demasiado tiempo en cola. Las vistas del paseo en barco son preciosas. El pequeño pueblo al fondo, dos grandes mansiones y al lado y, sobre un alto, la pintoresca y anciana Cacela Velha.
Cruzando el estrecho brazo de ría, el visitante se encuentra con una fina lengua de arena desierta y salvaje en constante mutación por la acción del mar y los vientos. Aunque la zona cercana al desembarco de visitantes está algo concurrida; solo se tiene que andar unos centenares de metros para encontrarse en la más completa tranquilidad; se puede contemplar la rica flora de las dunas de esta barrera arenosa, sólo interrumpida en los lugares donde el mar insiste en sobrepasar la muralla natural y las numerosas aves que en las dunas buscan refugio, como los chorlitejos patinegros, los correlimos, los vuelvepiedras o los charrancitos.
Con aquel mar delante de nosotros, de aguas transparentes y azuladas, no hubo más remedio que postergar la excursión para darnos un esplendido baño. Después llegó el momento de un largo paseo junto al mar, con el propósito de alcanzar el final de una extensa playa, donde se divisaba Monte Gordo a un extremo y el Monte Figo al otro. Con la bajada de la mar la extensa playa se amplió y se hizo todavía más bonita, digna de la mejor portada de una revista de vacaciones.
Comenzamos nuestro largo, precioso y confortante paseo por la fina arena en la PRAIA DA CACELA VELHA, una playa desierta con un inmenso arenal que se abre paso al Atlántico, se encuentra en un gran entorno natural de gran belleza y se sitúa en la Península de Cacela.
Casi sin darte cuenta pasarás de la Praia de Cacela a la PRAIA DO LACÉM. En el punto más oriental de Ilha de Cabanas, una isla arenosa en la costa de Tavira, se encuentra la playa de Lacém, dentro del área del parque natural Ría Formosa. La franja de arena está situada junto al canal de Tavira, cambiando constantemente la forma de las islas e islotes arenosos y proporcionando aguas más tranquilas además de las del mar. Esta es una playa sin supervisión que no falla en proporcionar una atmósfera increíble, y una gran opción para un día más tranquilo en la playa. Playa casi desierta en la que no nos encontramos prácticamente a nadie, salvo otros andarines que investigan, como nosotros, la zona.
La arena es muy fina, con modestas crestas dunares. El hábitat dominante es la marisma y el olor a sal y agua es intenso. Además del ramal estrecho de la ría, está la Ilha de Cabanas, muy fina y baja en este lugar y sólo vegetada con pequeñas hierbas (heno de mar), no ofreciendo gran resistencia al desborde del mar. Aquí se puede observar, con cierta tranquilidad, varias aves playeras, que escudriñan los lodos con sus largos picos en busca de alimento.
Por último llegaremos a la zona más al oeste de esta ruta, la PRAIA DE CABANAS. Una playa maravillosa, limpia, tranquila y con una arena para los que les gusta pasear descalzos junto al mar.
Situada en la isla de Cabanas , frente al mar del pueblo de pescadores que le dio nombre, en los terrenos del Parque Natural de la Ría Formosa . Desde el muelle de la isla, es posible contemplar en la orilla opuesta el Forte da Conceição , también conocido como Forte de São João o Forte de São João da Barra .Como aquí hay otro acceso en barco, desde el pueblo de Cabana, se encuentra más concurrida; aunque como son playas muy amplias y estensas no da sensación de masificación
El retorno lo hacemos desandando el camino y tras pasar una magnífica tarde veraniega en estas deliciosas playas; regresamos, como comentábamos en el principio de la descripción, en barco hasta La Fabrica. Desde aquí hasta Cacela Velha, a la que llegamos con la puesta de sol, lo que hizo que su visita fuese aún más mágica.
acela Velha es una visita imprescindible a incluir en cualquier agenda viajera al Algarve. Este balcón al mar y a Ría Formosa, la mires por donde la mires, está impregnado de encanto, autenticidad y esencia portuguesa. Como ya comentámos anteriormente, Cacela Velha es una aldea de postal envuelta por un paisaje que te deja prendado. Visitar Cacela Velha se traduce en felicidad, una felicidad que no cuesta nada.
Siglos de historia han hecho de Cacela Velha un enclave para navegantes griegos, fenicios y romanos, pero recientemente se han descubierto restos arqueológicos que apuntan a que allí debía situarse la ciudad árabe de Qast'alla Daraj en el siglo X. De hecho, una de sus calles lleva el nombre del poeta Abú Al-Abdarí, que habría nacido en este lugar.
Cacela Velha es la zona más antigua del concelho de Vila Real de Santo António. Su existencia como centro urbano se remonta por lo menos, según los vestigios arqueológicos encontrados, al tiempo de los Romanos y los Árabes, aunque se cree que es de origen fenicio.
Actualmente es una modesta aldea de agricultores y pescadores con un típico caserío de viviendas blancas agrupadas alrededor de la Iglesia de Nossa Senhora da Assunção (siglo XVI-XVIII), que supone un magnífico mirador sobre el océano y los arenales de la Reserva Natural de la Ría Formosa. La iglesia tiene una hermosa arcada renacentista que presenta los bustos de San Pedro y San Pablo.
De esta localidad, además de la iglesia anteriormente citada, merece la pena visitar su Núcleo Museológico y su Fortaleza. Un fuerte del siglo XVIII construido para proteger la costa del Algarve contra los ataques de los piratas.
El interior del fuerte no está abierto al público ya que se usa como una oficina para la Guardia Nacional Republicana (GNR), pero aún se puede disfrutar de las grandes vistas panorámicas desde sus muros, especialmente durante la puesta de sol.
Junto al Fuerte encontraremos una pintoresca NORIA MEDIEVA y una llamativa cabina de teléfono.
La economía local todavía se basa en la pesca comercial, que abastece a los numerosos y concurridos restaurantes con una variedad de mariscos frescos como almejas, gambas, calamares y ostras. Las colas esperando el turno de comidas en los restaurantes nos disuade de una exquisita cena.
Los eventos más importantes en Cacela Velha son las Noites da Moura Encantada en julio. Cacela Velha es tranquila la mayor parte del año, pero cobra vida con Noites da Moura Encantada, un evento de cuatro días que recrea el período de la ocupación árabe. Durante el evento, hay música, comida árabe y un mercado tradicional mercado del zoco. Otros eventos en el área incluyen la Clássica em Cacela, una serie de conciertos que se llevan a cabo todos los veranos en la iglesia de Cacela Velha.
Ruta muy recomendable en la visita al Algarve.
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