Cabañas de la Sagra - Monte de Magán

Paseo realizado el 29 de Septiembre de 2018
Aprovechando la estancia durante este fin de semana en el pueblo toledano de Cabañas de la Sagra, me propongo realizar este paseo matutino, que describo a continuación.
Se trata de la ascensión al conocido "Monte de Magán", promontorio ubicado en la comarca de la Sagra, dentro del término municipal de Magán, y al cual se puede acceder desde dicho pueblo, o también desde Cabañas de la Sagra, Villaluenga o Villaseca. Desde la parte alta del monte se divisa una buena panorámica de todos estos pueblos manchegos, y dispone de un vértice geodésico del Instituto Geográfico Nacional.

Partimos el paseo desde la Plaza de España de Cabañas, prontito; sobre las 8:15 de la mañana. Cruzamos la carretera nacional N-401a, vieja carretera Madrid-Toledo, y callejeamos por las calles Procesiones y Rosario para cojer la calle que baja hacia la piscina municipal, lugar denominado "El Calamón". En seguida se dejan atrás las últimas edificaciones del pueblo y se transcurre por pista asfaltada, delimitada por acacias, que transcurre entre diferentes eras y tierras dedicadas al cultivo. Se tiene también panorámica directa del monte y de la fábrica de cementos Lafarge, ubicada en las proximidades del monte de Magán, en el cerro del Águila, del cual se ha ido extrayendo material para la fabricación de cementos, y el cual está casi desaparecido.

Avanzamos por la pista, dejando atrás la piscina municipal y cruzando el puente sobre la vía del tren. Mantenemos siempre la misma ruta, sin tomar ninguna pista diferente en las diferentes intersecciones o desvíos que vayan apareciendo. Se pueden apreciar diferentes eras: algunas dedicadas al cultivo de cereales de secano, que ya han sido segados, lógicamente a estas alturas del año; otras dedicadas a hortalizas de regadío, al disponer estos campos de las instalaciones hidráulicas y tomas de agua necesarias para el cultivo de regadío; y por último algunas eras se ve que están en fase de barbecho, sin ningún cultivo, y bien aradas para comenzar en breve la nueva siembra.

Como decimos, seguimos siempre recto, y en un momento dado la pista asfaltada da paso a un camino de arena que avanza en dirección a la fábrica de cemento. De hecho, este camino constituye el límite del terreno de la propia fábrica, como queda reflejado en varios carteles. Este camino de tierra llega hasta una intersección donde por un lado tenemos la carretera que procede de Villaseca y da acceso a la fábrica, y por otro un desvío del camino de tierra, que es el que tomaremos. Es una curva de más de 90º a derechas, y dicho camino bordeará el pequeño montículo aislado, que viendo la cartografía, resulta llamarse "Cerro del Piojo".

Este camino recorre la base del monte hasta un punto donde inicia el camino que asciende a la cima. El desnivel en la subida es de unos 150 metros.Algunos tramos o algunas curvas tienen más pendiente pero la subida se hace muy bien, sin entrañar dificultad alguna. Llegamos a la parte superior del cerro, plana, donde se encuentra el vértice geodésico. Subimos al vértice, hacemos las fotos de rigor y contemplamos el paisaje por los diferentes puntos cardinales. El viento aquí arriba sopla con fuerza, motivo por el cual este momento se utiliza ocasionalmente para vuelos en ala-delta, según tengo entendido.

La bajada la hacemos por el mismo camino, y al llegar a la base tiramos a la izquierda, para regresar por un camino algo diferente al de ida. Se toma un camino con dirección como hacia el cementerio y "los pinos" de Cabañas, pero en la primera intersección giramos a la derecha para llegar al punto donde en la ida arrancaba el camino de arena. Por tanto, desde aquí a Cabañas será nuevamente subir por la calle de la piscina para entrar al pueblo por el mismo sitio y acabar en la plaza de España, punto donde habíamos partido tres horas antes.

En resumen, se trata de un paseo original, agradable si se madruga ya que de lo contrario el sol castiga mucho y que, si bien, no merece la pena venir a realizarlo "ex-profeso", se trata de una forma diferente y sana de conocer y contemplar los paisajes de la región manchega de la Sagra.