Buzarra-Santa Marina-La Monjía-Ribalmaguillo-Oliván

Recorrido uniendo aldeas de Las Alpujarras, evitando en lo posible pistas y carreteras.
Para tomar la senda que sube a Buzarra hay que vadear el río Jubera, no es problema si no lleva crecida. Intenté explorar el casco del pueblo, pero está devorado por las zarzas y espinos, imposible. La zona más limpia es la parte de las eras, desde donde una senda nos saca a una pista más arriba que lleva a la carretera de Santa Marina. Me desvié de la pista para seguir la antigua senda hasta la carretera. En realidad hay poca variación entre escoger una u otra.
Una vez en la carretera fui escogiendo sendas de animales para evitar el asfalto. El último tramo para enlazar con la carretera de El Collado nos lleva por un robledal y prados, pasando por el manantial del Jolancar, un recorrido placentero.
De vuelta en la carretera sigo un camino que a un nivel inferior lleva también a Santa Marina y así me evito el asfalto.
En Santa Marina tomé el viejo camino a La Monjía. El primer tramo atraviesa la Dehesa de Santa Marina y es un paseo agradable. El camino todavía se deja ver y está bastante limpio. No ocurre lo mismo con la bajada a La Monjía. El viejo camino penetra en una finca vallada y está muy abandonado. A pesar de ello pude seguirlo con bastante fiabilidad, aunque lo mío me costó. Gracias a que hay algunos hitos dispersos que indican la dirección a seguir. En los puntos donde se atraviesa la valla hay facilidades.
De La Monjía a Ribalmaguillo traté de seguir el viejo camino. Sin embargo después de pasar un primer altozano el camino presenta un trazado muy sucio, así que hice un recorrido alternativo, un poco más largo, pero más limpio, que nos ahorrará tiempo.
De Ribalmaguillo en adelanté, no descendí al río sino que traté de enlazar con una pista cortafuegos que lleva a las cercanías de Oliván. Al cruzar el cauce de un barranco en las cercanías de Ribalmaguillo observé restos de un puente, lo que me daba a entender que iba en la buena dirección. Luego ascendí sin camino, pero por terreno relativamente limpio hasta dar con el cortafuegos.
Finalizado el cortafuegos, descendí a vadear el barranco, pero en lugar de continuar a Oliván seguí barranco arriba por una senda de animales. Hay que vadear dos veces más el barranco y al final opté por saltar una valla y subir por la ladera de la Cuesta la Guardia. Allí encontré una sendica de animales que me llevó al collado sur y de ahí a la cima fácil.
La bajada hacia Oliván está bastante limpia, únicamente al final habrá que guiarse por diversas sendas de ganado abiertas entre el matorral.
Desde Oliván hasta la carretera ya es muy fácil, pues se sigue una senda marcada.
Para realizar esta excursión imprescindible llevar pantalones largos. El peor tramo, yo creo que está en la bajada a La Monjía, aunque luego encontraremos también pasajes aislados un tanto incómodos.