BORAU- San Adrián de Sasabe- Cubilar de las Vacas

Ruta por la Jacetania, desde la localidad de Borau. Con el coche cruzamos todo el pueblo y en dirección Aísa, a unos 400 metros de Borau, junto a una chopera cerca del río Lubierre, dejamos el coche.

Comenzamos andando por el sendero del Agua en dirección a San Adrián de Sasabe, se puede ir también por carretera y comenzar allí la ruta, pero nos pareció más atractivo llegar andando por sendero a San Adrián y volver al final a Borau por el bonito sendero de Troncito.

San Adrián de Sasabe (Km. 2) es un templo románico del siglo XI, para algunos ya de origen visigótico. Se sabe que formó parte de uno de los monasterios más importantes de la historia de Aragón y que fue sede de la Diócesis de Huesca mientras la ciudad estuvo bajo dominio musulmán. Ramiro I reformó el cenobio, cuya ubicación en la confluencia de los barrancos Calcil y Lupán, nacimiento del río Lubierre, ha sido históricamente un foco de problemas para su conservación. Las habituales avenidas del curso fluvial dejaron prácticamente enterrado durante siglos el edificio, que no fue rescatado hasta los años 1957-1961. Cuatro años después fue declarado Monumento Nacional.

Tras visitar el templo, tomamos la dirección de Cubilar de las vacas, cuyo sendero comienza con un fuerte repecho, que poco a poco se va moderando. La ruta es circular y es casi toda ella por buenos senderos y siempre con un esplendido bosque, sobre todo en la parte más cercana al Cubilar. El recorrido lo hacemos en el sentido de las agujas del reloj hay quien dice que es más suave al revés.

El Cubilar de las vacas (Km. 5) es un enclave ganadero, el «plano» del Cubilar de las Vacas, lugar idílico, verde, despejado y protegido por el pinar. Además hay un refugio abierto y vallado y una fuente.

Volvemos por bosque, casi siempre por sendero y algún pequeño tramo por pista hasta muy cerca de San Adrián de Sasabe (Km. 10), donde tomaremos el sendero de Troncito, un sendero que va siempre alto por la parte media de la montaña, muy bonito y con buenas vistas, llegando al pueblo de Borau tras una fuerte bajada y enseguida al coche.