Berral

Ruta desde Navas de Oro hasta el paraje del río Eresma conocido como El Berral. En esta ocasión la iniciamos , tras pasar ante las chimeneas de la antigua fábrica de resinas, por el camino de Picamijo. Antes de adentrarnos en el pinar, pasamos por delante del observatorio astronómico de Teo.
Inmediatamente y durante los próximos 10 kms, hacemos un recorrido a la sombra de los pinos, que esta primavera tienen un sotobosque florido como pocas veces había visto.
En la ruta pasamos por uno de los numerosos pequeños refugios que hay en esta tierra de pinares.( No sé a quién corresponde, pero, un adecentamiento no estaría de más. Luego ya seríamos los senderistas, bikers... etc los que deberíamos mantenerlos limpios).
Siguiendo la ruta, hacemos la bajada hacia el Hoyo de Migueláñez.
El firme del camino está hecho un desastre. Desde que los "quads" y artilugios similares se han popularizado...
Al llegar a la ribera, caminamos junto a ruinas de edificios, en lo que hasta no hace muchos años, o sí, depende de la edad del lector,jejeeje, eran huertas.
Ahora son choperas o campos abandonados. Este año los pozos, ya en desuso y medio derruidos, están desbordantes de agua.
Y aquí comienza un precioso paisaje, con una flora distinta, variada, realmente bella en esta época del año, hasta llegar al Berral.
Un poco antes de llegar, y desde lo alto del camino, podemos ver en el lado sur del río, los restos de un puente. En la orilla hay restos parecidos, y en la cima de la peña de enfrente tambíén hay restos de una construcción rectangular.
La foto en la que aparezco bebiendo es la la que da nombre al lugar. El agua está riquísima, pero los berros son tóxicos: evitad tocarlos.
A unos metros podemos ver la vivienda de las personas que cuidaban de la pequeña central hidroeléctrica, que aún sigue en funcionamiento.
Siguiendo el azud, o por el camino paralelo, llegamos al embalse del que se recoge el agua que ha de producir la electricidad.
De vuelta hacia el camino, subimos la cuesta, con tranquilidad pues pega ya el sol, y volvemos hacia el punto de partida.