Benidorm, playa de Levante y punta del Cavall

NOTA IMPORTANTE: Esta información tiene únicamente carácter orientativo, quienquiera que haga uso y seguimiento total o parcial del track y su texto adicional asume la plena responsabilidad ante los riesgos propios de la práctica de la actividad senderista.

Recorrido semi-urbano por la mitad oriental del litoral de Benidorm, localidad alicantina de mundial fama. Buscamos deleitarnos con la paz que reina en esta zona playera al amanecer el día y recorrer después el litoral bajo-costero hasta los acantilados de la sierra Helada, los llamados "farallons" de espectaculares paredes rocosas, conociendo al tiempo la restaurada zona de ubicación de un antigüo torreón de vigilancia costera, el de la punta del Cavall.

Dejamos el vehículo en un aparcamiento municipal disponible a mitad de la playa de Levante y caminamos por el bonito paseo de esta playa cruzándonos con algunos viandantes tan madrugadores como nosotros. Llegados a la zona conocida como Rincón de L'oix, ascendemos por una calle que conduce a las urbanizaciones que se escalonan en estas laderas bajas que conforman las primeras estribaciones de la sierra Helada. Nos llaman la atención artísticas decoraciones de fachadas y esbeltas siluetas de grandes edificios que nos salen al paso.

Cuando llegamos al extremo de la calle y alcanzamos el litoral, tomamos una senda costera que discurre sobre una conducción de obra, posiblemente un acueducto hoy desusado, que bordea una primera cala llamada de la Almadraba, tradicionalmente playa nudista, y contorneando la misma llegaremos a un pequeño alto presidido por un mástil abanderado, señalizador de la localidad de Benidorm.

Caminaremos ahora por una vieja carretera que bordea una segunda cala, la del Tío Tximo, que hace referencia a un huertano que antaño tenía aquí sus tierras y casucha de labor de los que aún pueden verse ruinas y bancales. También se ha habilitado aquí una pequeña playa en la que bien podría facilitarse el acceso con mascotas, algo de lo que está falta esta super visitada localidad turística.

Termina la carretera y arranca una senda que ha de recorrerse con cuidado, pues sortea los salientes costeros con cierta dificultad en algunos puntos hasta que toma altura para desembocar en otra carretera, la que conduce a la punta del Cavall. Por ésta segunda caminaremos ya fácilmente hasta alcanzar este espacio de singular interés.

La Punta del Cavall albergó desde la antigüedad un torreón de vigilancia costero que fue mejorado en sucesivas épocas cumpliendo siempre su misión observadora y defensiva, hasta que fue dinamitado y semi-destrozado por tropas británicas ¡aliadas! en la Guerra de la Independencia (¿qué no habrían hecho de ser "el enemigo"?). Hoy en día se ha recuperado ese entorno histórico con una meritoria excavación y organización del espacio, bien dotado de instalaciones y paneles que ilustran sobre su importancia arqueológica.

Nosotros recorreremos en nuestra ruta primero el asentamiento de la guarnición de la torre, ubicado en un saliente bajo de la costa cercana y del que aún pueden verse lienzos de muro. Ascenderemos luego las laderas de esta punta hasta la ubicación del torreón y nos deleitaremos con las preciosas visiones tanto de los salientes costeros como de los acantilados de la sierra Helada, que se alzan majestuosos dominando este paisaje, con preciosos efectos fotográficos al momento del amanecer.

Tendremos tiempo después de bajar a un pequeño collado donde se ha habilitado un mirador con múltiples paneles informativos e ilustrativos del interés histórico y ecológico del lugar.

El regreso lo haremos por el camino fácil de las carreteras, que discurren por cotas más elevadas hasta adentrarse en zona ya urbanizada, por la que transitaremos tratando de encontrar alicientes visuales hasta retornar a nuestro punto de inicio.