Benatae Laguna Hueta Piedra Agujero circular

Salí algo más tarde de las 8, y regresaría de la caminata a las 15:45, harto de andar. He borrado las equivocaciones para que solo sean 26,6 km. Pero yo hice cerca de 30.

La mañana era fresquita, unos 12 grados, pero fue subiendo la temperatura hasta llegar a casi los 30, que no está mal para ser el primero de octubre de año del Señor de 2022. El más cálido que se recuerda... con diferencia.

Primero subí por el camino de Peñalta, hasta dar vista a Segura y el Yelmo. No subí a la cumbre. Seguí desde entonces bajando hasta el Pilarillo, que es una fuente al pie de una casa de antiguos camineros.

Luego subí por la carretera, pasé la desviación a la Hueta y me desvié por el siguiente camino a la izquierda, a un par de km, para no tener que andar por el asfalto.

Tras llegar a una vieja tinada o majada, subí a la derecha por el cauce seco de un arroyo hasta la laguna de la Hueta. Toda seca por el terrible estío de este año. Eché de menos el canto de las ranas, que es estruendoso allí, cuando hay agua.

Después seguí por la pista que transcurre por la falda oeste del Navalperal. Tras cruzar una tinada y un pequeño cortijo, se llega a una bonita fuente, que mana agua por todos los sitios menos por el caño.

A la derecha, siguiendo la pista, se llega enseguida a un viejo cargadero de madera, donde acaba el camino ancho. Hay que buscar la senda estrecha que sube al collado (silla de caballo), donde la maleza desaparece y solo hay pinos. Desde allí se puede bajar al camino de Siles monte a través, porque no hay maleza.

Como quería subir a la Piedra del Agujero, dejé al pie de la peña el camino y la rodeé por el lado oeste. No es fácil y, en ocasiones, hay que trepar. Tras cruzarla se puede volver al camino de Siles, pero yo lo dejé para tomar, a la izquierda, el carril que va a Puente Honda.

En estos parajes se suelen ver cabras, pero este sábado no hubo suerte. Tampoco es fácil tomar la trocha que lleva a Puente Honda, porque hay que abandonar la pista enfrente, para bajar por una pendiente, sin camino aparente, hasta el olivar donde está el castillo derruido de este pueblo. Debería haber un camino más expedito.

Eran las dos de la tarde. Me paré en el pueblo a beber agua, cogí un racimo de uvas en el camino y encontré zarzamoras bien dulces. Y me subí al puerto de Siles, a mitad de camino entre Puente Honda y Benatae. La última subida fue la más dura.

En el puerto, y por la amplia pista, bajé a la fuente de San Miguel, ya cerca de Benatae. Me harté de nuevo de agua y pude alcanzar el pueblo. El cansancio se notaba tras casi ocho horas de camino, 1.300 m de subida acumulada y un sol de justicia.

Pero la excursión merece la pena, por ver los pinos, los helechos, el cielo tan azul, la mole del agujero, las fuentes tan abundantes en el camino y, en especial, la soledad (no encontré a nadie en el camino, ni siquiera en la cortijada de Puente Honda).

Te advierto, caminante, que no debes hacer esta ruta sin gps, porque no todos los caminos están claros. Algunas partes, ni siquiera se desarrollan sobre caminos. Pero no te arrepentirás. ¡Ah...! y échate merienda, que el agua la pone la Sierra de Segura en todas sus fuentes.