BENAGÉBER : CAÑÓN DEL RÍO TÚRIA - CASERÍO BERCUTA - CHORROS DE BARCHEL

Esta interesante ruta comienza en el pantano de Benageber , que comenzó a construirse en 1931 y finalizó en 1955, siendo utilizados represaliados por el franquismo como mano de obra barata. Se inauguró con el nombre de Embalse del generalísimo y ese siniestro nombre aún se puede ver en la pared de la casa del pantano junto con el anagrama de viva cristo rey . Esperemos que la Ley de Memoria Histórica llegue pronto a este hermoso lugar, desaparezca todo vestigio del dictador y en su lugar se recuerde a los presos políticos.

Tras dejar al coche cruzamos el túnel de la carretera que va a Tuéjar y al poco cogemos una senda a la derecha con el poste señalizador caído en el suelo. Esta zona está calcinada desde que el incendio de junio de 2012 quemó el margen izquierdo del pantano y del río hasta el Barranco de Peñafiel. Una pena pues probablemente este tramo era uno de los más hermosos del recorrido. Esperemos que poco a poco se recupere bien y en unos años los árboles se sumen a los matorrales que van ocupando las laderas.

Poco antes del ya mencionado Barranco de Peñafiel la senda se transforma en camino y tras sucesivos cruces llegamos al Caserío Bercuta. Encontramos una pequeña y curiosa ermita, unas cuantas casas medio derruidas y algunas rehabilitadas como segundas residencias. En los campos cercanos, un señor con el que tuve la oportunidad de hablar estaba injertando los almendros con una variedad más resistente al frío, pues curiosamente al haberse ido cerrando el bosque sobre los campos habían bajado un poquito las temperaturas y provocaba heladas más a menudo. Siempre se aprende algo hablando con las gentes del lugar.

Dejamos el caserío y comenzamos a descender buscando el río, primero por pista hasta llegar a una senda donde volvemos a ver el cañón fluvial . Sus lazadas hacen el descenso cómodo y nos permiten unas vistas preciosas, pudiendo en algunas curvas ver enfrente a lo lejos la cascada de Barchel. Llegamos al río , recorremos unos centenares de metros rodeados de exuberante vegetación de ribera, lo cruzamos por el puente colgante y comenzamos a remontar por un camino cementado hasta llegar a los Chorros de Barchel.

Las fuertes lluvias y nevadas del invierno propiciaban una cascada hermosa, nada que ver con la anterior vez que la visitamos, cuando apenas caían unos hilillos de agua. Un lugar con mucho encanto donde pasar un buen rato y donde dimos buena cuenta del bocata. Desde aquí remontamos poco a poco por el camino, pasamos una fuente que sale de la misma pared y nos asomamos a varios miradores que nos dan unas vistas estupendas del cañón del río , cuyo cauce vemos cada vez más abajo.

Siguiendo este camino llegamos al lugar de inicio, finalizando esta bonita ruta, que cuenta con varios paneles explicativos y que a pesar del incendio que afectó a unos 3 km. del recorrido, merece mucho la pena.