Bejarano

En esta ruta pasaremos por algunos de los lugares más señeros de nuestra sierra. Desde la entrada a Torrehoria más cercana a Santa María de Trassierra, cruzamos un paso canadiense y seguimos por el Camino del Caño hasta el cortijo del mismo nombre y luego continuamos por el camino central. Tras una suave subida, continuamos en descenso hacia el este pasando junto a las ruinas de la Casa del Coronel, donde nace el arroyo del mismo nombre (aquí no veremos agua). Entre alcornoques y encinas, llegamos a una bifurcación: el camino de la izquierda lleva a Santa María de Trassierra; seguimos por el que llevamos (Camino 29 o del Bejarano de las Ordenanzas Municipales de 1884), cruzando el paso canadiense, y pronto llegamos a un pasal, con sendas cancelas a los lados. La de la derecha lleva al primer Venero del Bejarano, por donde volveremos, continuando el camino 29 y conectando con el Camino 28 o del Bejarano a Las Ermitas. Por la de la izquierda continuamos por el margen del arroyo Bejarano, viendo los troncos talados de los magníficos olmos que hubo aquí hace unos años, muertos por la grafiosis; luego, en el otro margen, los restos de una antigua Fábrica de Paños, invadidos por la vegetación; una pequeña caída de agua, junto a una higuera, una planicie de dehesa , con magníficas encinas... volviendo al camino, llegamos a una cancela; tras pasarla, de nuevo bajamos junto al arroyo, descubriendo rincones tan bellos como el Rincón del Duende. Aquí encontramos bosques en galería de los mejores conservados de Sierra Morena. Después, a lo lejos vemos el Alto de las Cabreras y, tras vadear el arroyo, seguimos por una senda que atraviesa un barranquete y continúa bajando por su margen izquierdo, muy cerrada de vegetación y en su final muy pronunciada. Nos desemboca frente a las minas romanas, de cobre, al otro lado del arroyo: hay una en la parte superior de la senda y otra al lado mismo, con una boca horizontal. Ascendemos por esta senda remontando el curso de agua, encontrando saltos muy bellos. Completada la subida, nos desviamos un poco para buscar, casi oculto por la vegetación, el Molino del Martinete, de origen califal y usado para batir cobre, con arcos ojivales y de herradura. Volviendo al camino, lo seguimos de vuelta, cruzando de nuevo la última cancela que pasamos y, sin desviarnos del mismo, vamos a encontrar otra cancela con un portillo lateral, que se puede abrir, junto al arroyo San Juan o del Desierto. Salimos al camino (camino 30, de El Bejarano a la Alhondiguilla), teniendo sobre la loma a nuestra derecha las ruinas del Cortijo del Bejarano. Pero tomamos la cancela que tenemos enfrente, continuando por una senda umbría junto a este arroyo, que desemboca en una calle de tierra de la Urbanización Las Siete Fincas: la Umbría. La seguimos a la derecha, en fuerte subida. El camino, ya arriba, gira a la izquierda, con otra calle más a la izquierda, la del Águila, confluyendo en la Plaza de Los Halcones; pero nosotros seguimos de frente hasta encontrar una veredilla, que comunica con la vereda que lleva al Venero del Bejarano, captación del acuífero y principio del acueducto de Valdepuentes, del siglo I a.C. (Aqua Vetus Augusta), principal aporte de agua durante siglos de la ciudad y, en época califal, de Madinat al-Zahra. Este venero nunca ha dejado de manar.
Después nos incorporamos de nuevo al camino de ida, con una pequeña variación al llegar a la Casa del Coronel, abriendo la puerta de la malla metálica y continuando por el otro lado hasta el Cortijo del Caño