Barranco del Fontanar - El Azbulnel

Para llegar al inicio de la ruta NO hacer caso de las indicaciones de Google Maps. Lo mejor es tomar la carretera que sube a Sierra Espuña desde Alhama y un poco más alante de la fina Moriana está el camino de servicio del canal del trasvase. Tomarlo hacia la izquierda y unos cientos de metros más adelante está el inicio de la ruta. Hay sitio para 4 ó 5 coches.


La ruta comienza con un paseo junto al canal del trasvase ya que los coches los hemos dejado allá donde acabaremos la ruta. Avanzamos hasta que encontramos el Barranco del Fontanar, que lo encontramos bajando una pista de tierra en la que nos recibe una puerta metálica que impide el paso de vehículos pero que caminando se puede cruzar por el lateral. Un poco más adelante hay un sendero que baja a derecha buscando el paso bajo un impresionante acueducto que da inicio a la subida del la rambla.

El tránsito por la rambla es bastante complicado por la cantidad de vegetación que hay y encontramos varios puntos en los que, o bien hay que echar las manos a la piedra para saltar los obstáculos o hay que echar mano de la intuición saliendo del cauce para buscar el mejor paso. Todo esto fue muy fácil sobretodo a @Diego_Chikitin que hizo de guía. Excelente, por cierto. Espero hacer más rutas con él cuando tenga un hueco libre.

Al llegar al final del barranco enlazamos con una pista a derecha que nos lleva al sendero de “El Azbulnel”. Al principio vamos sorteando el cauce de otra rambla subiendo y bajando sendero hasta que andamos unos cuantos metros por una pista forestal. Al poco tomamos un desvío a derecha (un atajo) que nos lleva por sendero zigzagueante y en sombra que nos aparta, menos mal, de la calurosa y aburrida pista forestal.

Seguimos ese sendero unos kilómetros hasta que volvemos a retomar la pista. En estos últimos metros probamos otro atajo que desaconsejo porque no tuvo el efecto deseado y fue más un rompe piernas que otra cosa.

Enseguida llegamos a los coches donde los compañeros de ruta prepararon un pequeño refrigerio. Nuevas sendas y nuevas compañías. El madrugón mereció la pena.

Marcó la ruta como difícil por la cantidad de vegetación que tuvimos que atravesar y el calor de agosto. Que aunque a las 7 am ya estábamos caminando nos demostró, en el último kilómetro, que en Murcia el jefe es el sol.