Barranco de La Cimbra-Puntal del Trompillo 1621 m.-La Cañadilla 1625 m.-Los Agustinos-Arroyo del Tocón. Tocón de Quéntar.
near Agustinos, Andalucía (España)
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Itinerary description
Tocón (también conocida como Tocón de Quéntar) es una pedanía perteneciente al municipio de Quéntar que no llega a los cien habitantes. Perdido entre Sierra Nevada y la de Huétor, entre Guadix y Granada, es lugar poco accesible y remoto, hasta no hace excesivos años no tenía siquiera carretera asfaltada. . Se ubica en la solana, para huir del frío. Su posición es estratégica pero rodeada de montes desolados. Por eso de siempre ha sido terreno fácil para las gentes rebeldes echadas al monte. Lo fue con los moriscos monfíes y después con bandoleros y guerrilleros maquis.
El paisaje es duro y áspero. Barrancos y crestas sucediéndose hasta el horizonte, vegetación a veces reseca en las solanas a veces frondosa en las riberas húmedas. Los viejos pinares están muy menguados por los salvajes incendios pasados. Viejos pinos solitarios conviven con pinos jóvenes nacidos después del fuego y con monte bajo oportunista que ocupa el sitio del viejo bosque. Es un lugar que literariamente no daría para novelas pastoriles pero si para historias de celos y crímenes, de guerras y vidas dramáticas
Esta es una ruta circular con salida y llegada en el aparcamiento del pueblo, muy cerca del bar El Pastor en Tocón de Quéntar, humilde pero con buena cocina tradicional y muy visitado por senderistas y ciclistas que se acercan para disfrutar de la zona.
Comenzaremos el recorrido cruzando el Arroyo del tocón, que baña la pedanía, y dirigiéndonos hasta un barrio aledaño conocido como la Umbría. Un suave ascenso por pista de tierra nos introduce en un pinar; aquí hallaremos una cueva no muy grande y un poco más adelante nos adentraremos en el Barranco de La Cimbra que en su parte baja está repoblado de pinos; pero conforme ascendemos van desapareciendo debido al gran incendio forestal ocurrido en agosto de 1993.
La primera tormenta que se produjo en la zona después del incendio, provocó arrastres que aterraron las parcelas más altas de la Vega del Tocón. Las aguas dañaron todas las parcelas de la vega que lindaban con el barranco de la Cimbra.
A la vista de lo ocurrido, se proyectó construir un dique de gravedad de mampostería hidráulica, junto al cual pasaremos, cuya finalidad fuera conseguir la máxima retención posible de materiales sólidos con la mínima cota. Con esta obra se ha pretendido frenar la remoción de los materiales que pudieran ser arrastrados por las lluvias en las zonas devastadas de la cuenca, evitando que alcancen las vegas y el pueblo de Tocón de Quéntar. Asimismo se contribuye a evitar el aporte de sedimentos al embalse de Quéntar, que suministra agua a la ciudad de Granada.
Posteriormente, la pista se aleja del Barranco de la cimbra hacia la izquierda rodeada por un impresionante romeral en flor pululado por un sifín de insectos que aprovechan su polen. En este punto hay una buena panorámica de la Majada y Cerro de la Cañadilla y del Puntal del Trompillo, a los cuales nos dirigiremos.
En el ascenso nos encontraremos con la primera Valla cerrada para evitar el paso de ganado; como siempre la abriremos para pasar sin olvidar cerrarla a nuestro paso. Un poco más adelante nos desviaremos a la izquierda para iniciar el primer ascenso del día hacia el Puntal del Trompillo. Este ascenso es relativamente fácil y el sendero nos conduce casi hasta la cima del Puntal. Una vez arriba disfrutaremos de unas inmejorables vistas; pudiendo ver: el inconfundible Pico Veleta, mostrándonos su cara norte y como asomando la cresta, los Machos, el Picón de Jeres y Tajos Negros de Cobatillas. A lo lejos el Majalijar, Cabeza de Caballo y el Jinestral pertenecientes a la Sierra de Huétor o Arana y abajo, en el fondo, Tocón y su apacible arroyo.
En la cumbre también debemos prestar atención a los detalles más pequeños como la flora, pudiendo observar: Cañamera Azul, Diente de León, Aguja de Pastor, Perdiguera…
Descenderemos desandando el tramo de ascenso para dirigirnos en el segundo ascenso y por un sendero poco definido, atravesando una valla, hacia los Cerro de las Cañadilla. Llegaremos a una amplia pradera donde comienza un sendero algo más marcado que nos deja en los pies del primer cerro que conforman la cuerda del Cerro Cañadilla. El ascenso a este pico es algo complicado ya que tiene una trepada muy expuesta en la cumbre; no apto ni aconsejable para para personas inexpertas.
El sendero continua bordeando la cuerda del Cerro de la Cañadilla pero debido a la dificultad y lo expuesto decidimos desandar lo andado hasta el Collado de Montaña que hay ente el Puntal del Trompillo y el Cerro Cañadilla. Aquí encontraremos una nueva valla con puerta que abriremos y cerraremos, seguiremos por un marcado sendero en descenso en el que encontraremos unos postes de hormigón que forman el tendido eléctrico construido para llevar la electricidad desde la central del Dílar hasta la fábrica de pasta de papel La Espartera, en Benalúa (utilizaba el esparto como materia prima, de ahí su nombre). En su momento este tendido fue un portento. Por su longitud y por ser el primero que en esta zona usaba el hormigón y no la madera para los postes.
El sendero nos conducirá hasta la Cañada Real de Quéntar o de la Peza, que fue abierta durante la guerra civil española para acercar los suministros hasta el contingente republicano que andaba por el Calar de Guejar Sierra. Continuaremos por esta cañada que desciende en paralelo al Barranco de las Ramblillas para desviarnos a la derecha, en el waipoint indicado, por un sendero poco claro que cruza el Barranco del Toconal y tras varios subibajas llega hasta la Cruz de los Agustinos. Esta cruz está situada junto a dos eras y según nos contó uno de los habitantes de la cortijada de los Agustinos “la pusimos ahí por una promesa y nos engañaron porque nos cobraron 200.000 ptas. al decirnos que era una madera buena y está toda comida por las termitas”.
Cruzaremos la Vereda del Alguacil y el Barranco de Agustinos antes de llegar a la Cortijada de Los Agustinos. Hablamos un rato con el mencionado vecino al que le preguntamos si lo del nombre de la cortijada se debía a alguna orden religiosa y nos contestó “aquí ha vivido mi familia desde mi tatarabuelo y nunca me han comentado nada; aunque por esta zona hay otros cortijos que se llaman Fraile y las Monjas; con lo cual quizás habría religiosos en la zona”.
No contentos con la respuesta decidimos investigar en internet y descubrimos dos magníficas historias:
1.-HISTORIA DE BANDOLEROS: extraído de:
https://www.lavozdegranada.info/el-asedio-de-los-agustinos/
“Un enclave estratégico para el control de la comarca. La calma del sitio no permite imaginar cómo en él tendría lugar el asedio de una partida de bandoleros, entre el 2 y el 5 de abril de 1881, que sería conocido durante décadas como “la tragedia de Guadix”.
Varios malhechores que por distintas causas se hallaban en la cárcel de tal ciudad se conjuraron para huir. Capitaneados por el Sierra, un malhechor de tal fiereza que según cuentan se arrancó la mitad del dedo meñique de un mordisco cuando declaraba ante el juez tras haber cometido una de sus muchas fechorías, y el Olivencia, que pagaba con presidio las gravísimas lesiones que había infligido a un ciudadano en una reyerta, se dedicaron a delinquir y sembrar el terror en toda la extensa región de Almería y Granada, entre Dalías y Guadix.
Desde su fuga en octubre de 1880 hasta el fin del suceso en los Agustinos, no hubo un día en que estos cuatreros no cometieran un crimen. Robaron, extorsionaron y asaltaron tanto como quisieron por la comarca: en Fonelas, en Hernán Valle, en la fábrica de Fuente Cardela (propiedad del marqués de Loring), en Gorafe, en Benalúa o en el mismísimo Guadix, así como en otras muchas localidades y parajes, donde no temblaron al raptar, asesinar, herir y mutilar a cuantos ciudadanos se les antojó, incluidos el cura-párroco de Lugros y varios guardias civiles.
Tras cometer un nuevo crimen en Purullena fueron localizados poco después en la solitaria cortijada de los Agustinos. El popular capitán Tafalla, de la Benemérita, del que hablaré en otra curiosa anécdota que traeré a esta sección, no cejó en la persecución de tan violenta como sanguinaria partida de bandoleros. Se planeó su captura de modo que no escaparan nuevamente, como había venido sucediendo en los últimos meses, a la acción de la ley y la justicia.
El día 2 de abril, plomizo y lluvioso, los malhechores fueron cercados y comenzó el enfrentamiento a tiros y bombas. Dos días después, cuando todo quedó en calma, registradas las ruinas del cortijo se hallaron entre los escombros los cadáveres del Sierra y del Olivencia, que antes de sucumbir bajo las llamas, se habían suicidado con las dos últimas balas de que disponían. La escena mostraba a sus cadáveres formando un ángulo en el que los pies se unían en el vértice y en donde el fusil Remington y la pistola Star se hallaban desafiantes junto a cada uno de ellos. Quizá la historia de los Agustinos traspasara el océano para inspirar 88 años después “Dos hombres y un destino”, de George Roy Hill.!
2.-HISTORIA DE LA GUERRA CIVIL: extraído de:
http://vortizg.blogspot.com/2015/02/tocon-de-quentar.html
“En la Cortijada de Agustinos se dieron episodios de guerrilla durante la invasión napoleónica, pero fue en 1936 cuando volvió la guerra a estos términos. Y es que tras la sublevación militar de julio, el anarquista albaicinero pero residente en Alicante, Manuel Maroto del Ojo, formó con elementos en su mayoría adscritos a la FAI, una columna miliciana y asamblearia con la que intentó recuperar Granada. Se estableció en El Molinillo y aquí en Tocón participando en distintas acciones por la parte de Güejar, así como en las acciones de enero de 1937 que intentaron, infructuosamente, distraer el ataque italiano a Málaga. Llegó a las mismas puertas de Beas, ya a tiro de Granada pero tuvieron que desistir del avance por falta de munición y de interés y apoyo real del mando militar del Ejército de la República. Esto es lo que dice una biografía, de marcado carácter hagiográfico, titulada "Maroto el Héroe" y que al final se cita. El caso es que por culpa del Gobierno o por lo que fuera decidieron posponer la Guerra e iniciar la Revolución extendiendo el comunismo libertario por la comarca. Según otras lecturas menos entusiastas, las pocas balas que le quedaban las usó en estas tareas ideológicas.
Las tierras montunas por las que andamos se prestan en verdad a echarse al monte. Fue por eso que tras la derrota de la República numerosos fugitivos, huyendo de la represión, por aquí lo hicieron. Fue el caso de Juan Francisco Medina García, el Yatero. Natural de Tocón su alias de guerra le venía por ser oriundo de Yátor. Fue oficial del Ejercito Popular y el mes de marzo de 1939 se encontraba de permiso en Tocón, donde le sorprendió el final de la guerra. Fue detenido y recluido en el campo de concentración de la Espartera en Benalúa. Tras fugarse de su encierro se refugió en los montes de Tocón y llegó a formar una partida guerrillera famosa. Durante bastantes años trajo de cabeza a las autoridades hasta que la situación se hizo insostenible. Llegado ese momento se hizo de documentación falsa y salió de Granada en tren con destino Madrid. Desde allí y tras distintas peripecias cruzó los Pirineos exiliándose hasta su muerte en Francia. Qué pena que tantas vidas cinematográficas se pierdan en el oscuro rincón del olvido donde este país ha escondido su historia. Porque no fue el único ni mucho menos. Lo cito aquí por aquello de ser de Tocón.”
Continuando con la descripción del recorrido y tras la Cortijada de los Agustinos tomaremos una pista que ´tras cruzar nuevamente el Barranco de los Agustinos que ahora pasa a llamarse Arroyo Tocón, nos conducirá de nuevo hasta la Cañada Real de Quéntar a la Peza que seguiremos hasta Tocón.
El barranco se estrecha. El río está a nuestra derecha. Recorremos las alamedas que hay junto al río que dan una frescura agradable. La vegetación es típica de ribera: álamos, mimbres, juncos, zarzamoras... El sonido del agua nos acompaña hasta Tocón. En el suave descenso veremos una bonita cascada antes de cruzar el Arroyo de Tocón, cambiando de vertiente. La pista está limitada por unas fincas cercadas: finca Senderos con una fuente seca, finca Haza del Lino, Haza Perros. Tras cruzar el Barranco del Fraile, abandonaremos momentáneamente la pista para bajar por un sendero hasta el cauce del arroyo donde podremos disfrutar de sus aguas y del frescor de la alameda. De nuevo en la pista y más abajo veremos varias cascadas con pozas que la gente del pueblo aprovecha en verano para darse un refrescón.
En la entrada de Tocón; justo donde hay una pequeña cueva a la derecha, nos desviaremos por un sendero a la izquierda que baja junto a una cascada y posteriormente cruza el río por un puente de madera. Continuando por la ribera del arroyo que se sombrea con un magnifico bosque de ribera y se decora con las flores del romero y unas plantaciones de lavanda que cuando están en flor son todo un espectáculo de color y olor. Pasada la Eléctrica San José, finaliza el recorrido en el punto de inicio y final de esta bonita ruta.
El paisaje es duro y áspero. Barrancos y crestas sucediéndose hasta el horizonte, vegetación a veces reseca en las solanas a veces frondosa en las riberas húmedas. Los viejos pinares están muy menguados por los salvajes incendios pasados. Viejos pinos solitarios conviven con pinos jóvenes nacidos después del fuego y con monte bajo oportunista que ocupa el sitio del viejo bosque. Es un lugar que literariamente no daría para novelas pastoriles pero si para historias de celos y crímenes, de guerras y vidas dramáticas
Esta es una ruta circular con salida y llegada en el aparcamiento del pueblo, muy cerca del bar El Pastor en Tocón de Quéntar, humilde pero con buena cocina tradicional y muy visitado por senderistas y ciclistas que se acercan para disfrutar de la zona.
Comenzaremos el recorrido cruzando el Arroyo del tocón, que baña la pedanía, y dirigiéndonos hasta un barrio aledaño conocido como la Umbría. Un suave ascenso por pista de tierra nos introduce en un pinar; aquí hallaremos una cueva no muy grande y un poco más adelante nos adentraremos en el Barranco de La Cimbra que en su parte baja está repoblado de pinos; pero conforme ascendemos van desapareciendo debido al gran incendio forestal ocurrido en agosto de 1993.
La primera tormenta que se produjo en la zona después del incendio, provocó arrastres que aterraron las parcelas más altas de la Vega del Tocón. Las aguas dañaron todas las parcelas de la vega que lindaban con el barranco de la Cimbra.
A la vista de lo ocurrido, se proyectó construir un dique de gravedad de mampostería hidráulica, junto al cual pasaremos, cuya finalidad fuera conseguir la máxima retención posible de materiales sólidos con la mínima cota. Con esta obra se ha pretendido frenar la remoción de los materiales que pudieran ser arrastrados por las lluvias en las zonas devastadas de la cuenca, evitando que alcancen las vegas y el pueblo de Tocón de Quéntar. Asimismo se contribuye a evitar el aporte de sedimentos al embalse de Quéntar, que suministra agua a la ciudad de Granada.
Posteriormente, la pista se aleja del Barranco de la cimbra hacia la izquierda rodeada por un impresionante romeral en flor pululado por un sifín de insectos que aprovechan su polen. En este punto hay una buena panorámica de la Majada y Cerro de la Cañadilla y del Puntal del Trompillo, a los cuales nos dirigiremos.
En el ascenso nos encontraremos con la primera Valla cerrada para evitar el paso de ganado; como siempre la abriremos para pasar sin olvidar cerrarla a nuestro paso. Un poco más adelante nos desviaremos a la izquierda para iniciar el primer ascenso del día hacia el Puntal del Trompillo. Este ascenso es relativamente fácil y el sendero nos conduce casi hasta la cima del Puntal. Una vez arriba disfrutaremos de unas inmejorables vistas; pudiendo ver: el inconfundible Pico Veleta, mostrándonos su cara norte y como asomando la cresta, los Machos, el Picón de Jeres y Tajos Negros de Cobatillas. A lo lejos el Majalijar, Cabeza de Caballo y el Jinestral pertenecientes a la Sierra de Huétor o Arana y abajo, en el fondo, Tocón y su apacible arroyo.
En la cumbre también debemos prestar atención a los detalles más pequeños como la flora, pudiendo observar: Cañamera Azul, Diente de León, Aguja de Pastor, Perdiguera…
Descenderemos desandando el tramo de ascenso para dirigirnos en el segundo ascenso y por un sendero poco definido, atravesando una valla, hacia los Cerro de las Cañadilla. Llegaremos a una amplia pradera donde comienza un sendero algo más marcado que nos deja en los pies del primer cerro que conforman la cuerda del Cerro Cañadilla. El ascenso a este pico es algo complicado ya que tiene una trepada muy expuesta en la cumbre; no apto ni aconsejable para para personas inexpertas.
El sendero continua bordeando la cuerda del Cerro de la Cañadilla pero debido a la dificultad y lo expuesto decidimos desandar lo andado hasta el Collado de Montaña que hay ente el Puntal del Trompillo y el Cerro Cañadilla. Aquí encontraremos una nueva valla con puerta que abriremos y cerraremos, seguiremos por un marcado sendero en descenso en el que encontraremos unos postes de hormigón que forman el tendido eléctrico construido para llevar la electricidad desde la central del Dílar hasta la fábrica de pasta de papel La Espartera, en Benalúa (utilizaba el esparto como materia prima, de ahí su nombre). En su momento este tendido fue un portento. Por su longitud y por ser el primero que en esta zona usaba el hormigón y no la madera para los postes.
El sendero nos conducirá hasta la Cañada Real de Quéntar o de la Peza, que fue abierta durante la guerra civil española para acercar los suministros hasta el contingente republicano que andaba por el Calar de Guejar Sierra. Continuaremos por esta cañada que desciende en paralelo al Barranco de las Ramblillas para desviarnos a la derecha, en el waipoint indicado, por un sendero poco claro que cruza el Barranco del Toconal y tras varios subibajas llega hasta la Cruz de los Agustinos. Esta cruz está situada junto a dos eras y según nos contó uno de los habitantes de la cortijada de los Agustinos “la pusimos ahí por una promesa y nos engañaron porque nos cobraron 200.000 ptas. al decirnos que era una madera buena y está toda comida por las termitas”.
Cruzaremos la Vereda del Alguacil y el Barranco de Agustinos antes de llegar a la Cortijada de Los Agustinos. Hablamos un rato con el mencionado vecino al que le preguntamos si lo del nombre de la cortijada se debía a alguna orden religiosa y nos contestó “aquí ha vivido mi familia desde mi tatarabuelo y nunca me han comentado nada; aunque por esta zona hay otros cortijos que se llaman Fraile y las Monjas; con lo cual quizás habría religiosos en la zona”.
No contentos con la respuesta decidimos investigar en internet y descubrimos dos magníficas historias:
1.-HISTORIA DE BANDOLEROS: extraído de:
https://www.lavozdegranada.info/el-asedio-de-los-agustinos/
“Un enclave estratégico para el control de la comarca. La calma del sitio no permite imaginar cómo en él tendría lugar el asedio de una partida de bandoleros, entre el 2 y el 5 de abril de 1881, que sería conocido durante décadas como “la tragedia de Guadix”.
Varios malhechores que por distintas causas se hallaban en la cárcel de tal ciudad se conjuraron para huir. Capitaneados por el Sierra, un malhechor de tal fiereza que según cuentan se arrancó la mitad del dedo meñique de un mordisco cuando declaraba ante el juez tras haber cometido una de sus muchas fechorías, y el Olivencia, que pagaba con presidio las gravísimas lesiones que había infligido a un ciudadano en una reyerta, se dedicaron a delinquir y sembrar el terror en toda la extensa región de Almería y Granada, entre Dalías y Guadix.
Desde su fuga en octubre de 1880 hasta el fin del suceso en los Agustinos, no hubo un día en que estos cuatreros no cometieran un crimen. Robaron, extorsionaron y asaltaron tanto como quisieron por la comarca: en Fonelas, en Hernán Valle, en la fábrica de Fuente Cardela (propiedad del marqués de Loring), en Gorafe, en Benalúa o en el mismísimo Guadix, así como en otras muchas localidades y parajes, donde no temblaron al raptar, asesinar, herir y mutilar a cuantos ciudadanos se les antojó, incluidos el cura-párroco de Lugros y varios guardias civiles.
Tras cometer un nuevo crimen en Purullena fueron localizados poco después en la solitaria cortijada de los Agustinos. El popular capitán Tafalla, de la Benemérita, del que hablaré en otra curiosa anécdota que traeré a esta sección, no cejó en la persecución de tan violenta como sanguinaria partida de bandoleros. Se planeó su captura de modo que no escaparan nuevamente, como había venido sucediendo en los últimos meses, a la acción de la ley y la justicia.
El día 2 de abril, plomizo y lluvioso, los malhechores fueron cercados y comenzó el enfrentamiento a tiros y bombas. Dos días después, cuando todo quedó en calma, registradas las ruinas del cortijo se hallaron entre los escombros los cadáveres del Sierra y del Olivencia, que antes de sucumbir bajo las llamas, se habían suicidado con las dos últimas balas de que disponían. La escena mostraba a sus cadáveres formando un ángulo en el que los pies se unían en el vértice y en donde el fusil Remington y la pistola Star se hallaban desafiantes junto a cada uno de ellos. Quizá la historia de los Agustinos traspasara el océano para inspirar 88 años después “Dos hombres y un destino”, de George Roy Hill.!
2.-HISTORIA DE LA GUERRA CIVIL: extraído de:
http://vortizg.blogspot.com/2015/02/tocon-de-quentar.html
“En la Cortijada de Agustinos se dieron episodios de guerrilla durante la invasión napoleónica, pero fue en 1936 cuando volvió la guerra a estos términos. Y es que tras la sublevación militar de julio, el anarquista albaicinero pero residente en Alicante, Manuel Maroto del Ojo, formó con elementos en su mayoría adscritos a la FAI, una columna miliciana y asamblearia con la que intentó recuperar Granada. Se estableció en El Molinillo y aquí en Tocón participando en distintas acciones por la parte de Güejar, así como en las acciones de enero de 1937 que intentaron, infructuosamente, distraer el ataque italiano a Málaga. Llegó a las mismas puertas de Beas, ya a tiro de Granada pero tuvieron que desistir del avance por falta de munición y de interés y apoyo real del mando militar del Ejército de la República. Esto es lo que dice una biografía, de marcado carácter hagiográfico, titulada "Maroto el Héroe" y que al final se cita. El caso es que por culpa del Gobierno o por lo que fuera decidieron posponer la Guerra e iniciar la Revolución extendiendo el comunismo libertario por la comarca. Según otras lecturas menos entusiastas, las pocas balas que le quedaban las usó en estas tareas ideológicas.
Las tierras montunas por las que andamos se prestan en verdad a echarse al monte. Fue por eso que tras la derrota de la República numerosos fugitivos, huyendo de la represión, por aquí lo hicieron. Fue el caso de Juan Francisco Medina García, el Yatero. Natural de Tocón su alias de guerra le venía por ser oriundo de Yátor. Fue oficial del Ejercito Popular y el mes de marzo de 1939 se encontraba de permiso en Tocón, donde le sorprendió el final de la guerra. Fue detenido y recluido en el campo de concentración de la Espartera en Benalúa. Tras fugarse de su encierro se refugió en los montes de Tocón y llegó a formar una partida guerrillera famosa. Durante bastantes años trajo de cabeza a las autoridades hasta que la situación se hizo insostenible. Llegado ese momento se hizo de documentación falsa y salió de Granada en tren con destino Madrid. Desde allí y tras distintas peripecias cruzó los Pirineos exiliándose hasta su muerte en Francia. Qué pena que tantas vidas cinematográficas se pierdan en el oscuro rincón del olvido donde este país ha escondido su historia. Porque no fue el único ni mucho menos. Lo cito aquí por aquello de ser de Tocón.”
Continuando con la descripción del recorrido y tras la Cortijada de los Agustinos tomaremos una pista que ´tras cruzar nuevamente el Barranco de los Agustinos que ahora pasa a llamarse Arroyo Tocón, nos conducirá de nuevo hasta la Cañada Real de Quéntar a la Peza que seguiremos hasta Tocón.
El barranco se estrecha. El río está a nuestra derecha. Recorremos las alamedas que hay junto al río que dan una frescura agradable. La vegetación es típica de ribera: álamos, mimbres, juncos, zarzamoras... El sonido del agua nos acompaña hasta Tocón. En el suave descenso veremos una bonita cascada antes de cruzar el Arroyo de Tocón, cambiando de vertiente. La pista está limitada por unas fincas cercadas: finca Senderos con una fuente seca, finca Haza del Lino, Haza Perros. Tras cruzar el Barranco del Fraile, abandonaremos momentáneamente la pista para bajar por un sendero hasta el cauce del arroyo donde podremos disfrutar de sus aguas y del frescor de la alameda. De nuevo en la pista y más abajo veremos varias cascadas con pozas que la gente del pueblo aprovecha en verano para darse un refrescón.
En la entrada de Tocón; justo donde hay una pequeña cueva a la derecha, nos desviaremos por un sendero a la izquierda que baja junto a una cascada y posteriormente cruza el río por un puente de madera. Continuando por la ribera del arroyo que se sombrea con un magnifico bosque de ribera y se decora con las flores del romero y unas plantaciones de lavanda que cuando están en flor son todo un espectáculo de color y olor. Pasada la Eléctrica San José, finaliza el recorrido en el punto de inicio y final de esta bonita ruta.
Waypoints
Intersection
4,088 ft
Desvió por sendero a la izquierda para ir a Alameda junto al Arroyo del Tocón.
Comments (4)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Ruta por una zona poco conocida,pero paisajes impresionantes y más con los colores otoñales.Muy bien explicada por todoloqueverdegea.
Apargatazo...! gracias por tus alentadores comentarios y valoración.
Un saludo.
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Easy to follow
Scenery
Moderate
Magnifica ruta y más alta con los colores otoñales. Gracias por compartir 👌
Narcotic, como siempre, gracias a ti por tus animosos comentarios y valoración.
Saludos.