POZA DE SOMOGIL - ENCINA CENTENARIA - POZA DE LOS GEMELOS - POZA DE LAS TORTUGAS

¡¡¡ OTRA VEZ EL SILENCIO !!!

Que necesario es en algunos momentos el silencio y si ese silencio lo sientes mientras realizas una actividad que te apasiona se convierte en sosiego, tranquilidad y paz, una sensación que experimenté mientras realizaba esta ruta allá por el mes de MAYO de 2021, fue una de esas rutas en solitario y que recuerdo con el paso del tiempo por lo mucho que me aportó.

Es una preciosa ruta muy recomendable de realizar a ser posible antes del verano para gozar de las cascadas y que estas lleven abundante agua, discurre principalmente por el interesante y precioso Barranco del Arroyo de Hondares, presidido por el "Fraile" (roca en forma de nazareno o cucurucho), con bonitas cascadas y rincones escondidos. Es una ruta de gran interés botánico y paisajístico, de una gran belleza natural y con caudal casi permanente de agua y todo ello rodeado de imponentes árboles monumentales.
Durante el recorrido pude observar numerosas cimas y profundos barrancos. Las laderas están atestadas de pinares, sabinares, carrascales, arces y quejigos. Los mamíferos que se pueden encontrar en esta Sierra son ardillas, jabalíes, cabras y gatos monteses, aunque no tuve la suerte de ver alguno.


La ruta la empiezo muy cerca del Camping La Puerta en el término municipal de Moratalla y me dirijo hacia mi primer objetivo que no es otro que un lugar muy pintoresco y peculiar como es la Poza o Baños de Somogil, hasta llegar a ese lugar hay un pequeño paseo que bordea el precioso Río Alhárabe de aguas cristalinas. Los Baños de Somogil, cuya agua proviene del arroyo de Hondares, cuentan con dos pozas, donde una corriente de agua subterránea aporta una temperatura de 26 Cº perteneciente a un acuífero, es un interesante y bonico paraje en donde en algunos periodos surgen esas aguas termales, pocas veces podremos encontrar una poza natural de agua templada y cristalina apta para el baño como esta, en este lugar también me sorprendió gratamente una cascada de tobogán que con agua, como yo la vi, es espectacular.
Después de explorar el lugar seguí por la pista entre una profusa zona de pinos.

Cuando llevo 3,71 Kms dejo el camino principal y tomo una senda a la izquierda 1 Km más adelante me encuentro con una Encima Centenaria de aproximadamente 500 años de vida y me recreo con ella en ese lugar, mirando el profuso enrejado de sus ramas y raíces aéreas, una de las muy buenas sensaciones que me aportó esta maravilla de ruta, pero antes de llegar a este lugar observé detenidamente la roca conocida como el "Fraile" esta preside todo el barranco y se encuentra al lado izquierdo en el sentido de mi marcha.

Ahora voy por encima del Arroyo de Hondares cruzándolo de un lado para otro, una pequeña cascada con su pequeño remanso de agua me sorprende en el camino, tras dejar constancia fotográfica vuelvo al camino pero "OJO" aquí tenemos que tener cierta precaución y estar muy atentos porque hay que tomar una senda hacia la izquierda y prácticamente por encima del Arroyo que me acerca en pocos metros a la Cascada y Poza de Los Gemelos, algunos se la pasan al no ver la entrada y es una pena porque es una maravilla de lugar, meterse detrás de la cascada, ver una cortina de agua delante de ti, ese ruido del agua sobre las piedras, el trino de los pájaros y que ese momento es tuyo y de nadie más os aseguro que fue inolvidable, te produce una sensación de paz de imposible descripción.

En ese lugar estuve bastante tiempo, no sabía lo que me esperaba así que a seguir. Continué en franca subida a encontrar nuevamente la pista, ando por ella unos cientos de metros y la vuelvo a dejar nuevamente girando a la izquierda en busca de la Cueva del Agua, cuando llegue hasta ella sufrí una pequeña decepción, no caía agua, así que entré, la observé y continué la marcha.

De aquí directamente a la Cascada y Poza de las Tortugas.
Es uno de los lugares más curiosos, bonitos y escondidos de la Región de Murcia. Un salto de agua que tiene una altura de 9 metros y que deposita sus aguas en un pequeño anfiteatro natural de piedra caliza hacia una increíble poza escondida, recóndita, solitaria y rodeada de exuberante vegetación, un lugar mágico para disfrutar con calma.
En tan fantástico lugar y con la paz y quietud del momento me tomé el mejor tentempié que he comido nunca.

Cuánto tiempo estuve, pues quizás menos del que yo hubiera querido pero tenía que seguir todavía me quedaba subida y desconocía el recorrido, lo próximo fue una curiosa e imponente roca partida por la mitad en la cual me introduje, después me desplacé a una altura superior desde donde observé la cascada desde arriba, otro lujo, iba de sorpresa en sorpresa. Campo a través llegué a encontrarme nuevamente con la pista y frente a las ruinas del Cortijo de Hondares de Abajo, una finca rústica con varias casas de campo abandonadas en un valle.
La estampa destaca y contrasta por el verde de sus praderas, enormes paredes, lomas de piedra caliza de la época del Eoceno y cerros dolomíticos, todo lo observé desde la lejanía y continué girando a la izquierda por una amplia pista y continuando con la subida que fue una constante desde la salida. El regreso lo realizo por pista por las alturas de la sierra entre los valles del Hondares y Alhárabe, hasta llegar a las inmediaciones de las ruinas del Cortijo de las Lomas punto más alto de la ruta, desde aquí las vistas son espectaculares.
A escasos 500 metros de estas ruinas un pino seco caído en el suelo me llamó la atención, era grande y estaba caído sobre uno de sus costados, entre sus raíces gran cantidad de piedras blancas a forma de cantos rodados incrustados en sus raíces que parecía que alguien las hubiera pegado ahí, un conjunto curioso, me alejé un poco del camino para observarlo de cerca pero rápidamente volví a él.

El camino a partir de aquí todo es en bajada, por cierto casi todo el recorrido lleno de piedras, es un interesante camino que posteriormente transita junto a los cortijos de Somogil en el fondo del valle del río Alhárabe antes de que este se junte al Hondares. Esta bajada me fatigó bastante ya que las dichosas piedras se me clavaban en los pies como alfileres y por fin llego a la carretera de La Puerta, pero también de tierra que tomo a la izquierda por aquí discurre el GR-7 y en apenas 1,5 Kms estoy en el punto de inicio de esta encantadora ruta después de haber recorrido 14,62 Kms en un tiempo total de 6 horas 38 minutos y haber superado uno discreto dap de 527 metros.