AZOZ - EZKABA 15-JUL-2014
near Azotz, Navarra (España)
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Trail photos
Itinerary description
Azoz, situado al norte de Pamplona, al pie del monte Ezcaba. Limita al norte con el Arrabal de Oricáin y Eusa, al sur con Pamplona y Ansoáin, al este con Arre y al oeste con Ezcaba.Antiguo lugar de señorío realengo, donde en 1280 había 5 hogares pecheros cuyas prestaciones anuales suponían 7 “cahices” y medio de cebada y avena y 30 sueldos, más otros 5 en concepto de “assadura” y 10 por “iturrias”.
La corona cedió (1414) a Santa María de Roncesvalles el derecho de patronato de la iglesia local.
Juan de Ezpeleta disfrutaba en 1427 la renta señorial consistente entonces en 27 sueldos, 4 “cahices” de trigo y otros tantos de avena.
Ezkaba, monte tutelar de Iruña y su comarca a la que arropa de las inclemencias del Norte, actuando de barrera climática entre el laberinto de valles que se extienden hasta el Cantábrico y las redondeadas colinas y campos de cereal de la Cuenca, anuncio de ambientes más meridionales. Sus laderas hoy cubiertas con más pino que encina y roble, acogen aún viñas como en su día acogieron manzanos. Daba, pues, para vino y para sidra. La montaña se abre a dos aguas sobre un eje que va de N.W. a S.E., reapareciendo una última prominencia en Ezkaba Txiki (595 m) y despuntando de nuevo en esa línea, al otro lado del Arga, en Miravalles (598 m). En sus cinco kilómetros de recorrido el monte separa Iruñerria más más concretamente la antigua Cendea de Antsoain (hoy Berrioplano, Berriozar, y Antsoain) y Pamplona, del valle de Ezkabarte con el que antes se comunicaba por la zona del Polvorín y el portillo final de Azotz. Actualmente una amplia vía de ronda delimita el monte en su ladera Sur.
Precisamente es este valle de Ezkabarte situado al Norte el que retiene el primitivo nombre de la montaña. A mediados del siglo XIX el pamplonés Madoz incluía la voz Ezcaba en su Diccionario Geográfico para referirse al "monte en la prov. de Navarra y partido judicial de Pamplona, que pertenece en parte a la jurisdicción de Ezcaba, de cuyo lugar toma su nombre; es bastante elevado, siendo, su mayor altura de 720 varas castellanas; tiene de longitud una legua; y se halla de tal modo situado que por un lado da vistas a Pamplona y por el otro a Ezcabarte, distando de ambos a 1/2 hora". También se señala su abundante arbolado de robles y encinar que se combinan con zonas peladas, con alguna cantera, así como zonas de pastizal donde pace el ganado lanar, vacuno, caballar y porcino. Finalmente indicaba: "Denomínase también este monte de San Cristóbal, por la ermita así llamada que en él se encuentra.
Fuerte y penal de San Cristóbal
No pocas veces la tutela de Pamplona se ha ejercido de forma despiadada, con mayor preocupación por su defensa como plaza militar que por sus intereses civiles. Por el Sur dispuso desde el siglo XVI de una afamada y geométrica ciudadela, que completaba al Norte una sólida línea de murallas. Todo esto la situaba como primer frente de guerra frente al invasor ultramontano. Las guerras civiles del XIX y el apogeo de la artillería mostraron la vulnerabilidad de ese costoso e inútil perímetro. Así que a finales de ese siglo la defensa se trasladó a las eventuales zonas de acoso artillero, por lo que las alturas de Ezkaba pasaron a ser militarizadas. Tras más de treinta años de obras, la cima se convirtió en un abigarrado conjunto de casamatas, cuarteles y galerías excavado en la roca y rodeado por un profundo foso, que fue pomposamente inaugurado en 1919 con el nombre de Fuerte de Alfonso XII. Sorprendentemente nunca llegaron a instalarse los cañones.
Fue esta vez el auge de la aviación el que hizo inútil ese esfuerzo faraónico. Pero pronto se le encontró al recinto otro destino aún más siniestro. A partir de 1934 fue empleado como penal de presos políticos, uso que continuó durante la guerra civil de 1936 y su posguerra. Allí fueron ejecutados muchos presos. Los restos oséos de los fusilados fueron encontrados con una botella entre las piernas donde se indicaba su nombre. La fecha del 22 de mayo del 1938 es especialmente señalada, porque ese día se produjo la fuga más numerosa de todas las registradas en penales. Fueron 795 los fugitivos, en su mayoría presos políticos republicanos, de los que únicamente escaparon 3; otros 211 murieron en el intento. Todos los años en torno a esa fecha se celebra una romería cívica junto al monumento que conmemora esta fuga. El domingo siguiente se viene celebrando una travesía que rememora el trayecto montañero seguido por los fugados desde Ezkaba hasta Esnazu en Aldudes (Benafarroa).
La cima está señalada por un vértice geodésico de difícil acceso al encontrarse en el interior del fuerte. Es inútil y peligroso intentar alcanzarlo cruzando el foso, mejor hacerlo a través de la puerta del fuerte situada en el extremo Sur. Llega hasta ella una carretera de 6 Kms que sube desde Artika, tras pasar ante un bosquecillo de antenas cerca del cual encontraremos el buzón. Abandonado desde 1987 el lugar espera su reconversión como monumento y testigo mudo de una oscura página de nuestra historia.
La corona cedió (1414) a Santa María de Roncesvalles el derecho de patronato de la iglesia local.
Juan de Ezpeleta disfrutaba en 1427 la renta señorial consistente entonces en 27 sueldos, 4 “cahices” de trigo y otros tantos de avena.
Ezkaba, monte tutelar de Iruña y su comarca a la que arropa de las inclemencias del Norte, actuando de barrera climática entre el laberinto de valles que se extienden hasta el Cantábrico y las redondeadas colinas y campos de cereal de la Cuenca, anuncio de ambientes más meridionales. Sus laderas hoy cubiertas con más pino que encina y roble, acogen aún viñas como en su día acogieron manzanos. Daba, pues, para vino y para sidra. La montaña se abre a dos aguas sobre un eje que va de N.W. a S.E., reapareciendo una última prominencia en Ezkaba Txiki (595 m) y despuntando de nuevo en esa línea, al otro lado del Arga, en Miravalles (598 m). En sus cinco kilómetros de recorrido el monte separa Iruñerria más más concretamente la antigua Cendea de Antsoain (hoy Berrioplano, Berriozar, y Antsoain) y Pamplona, del valle de Ezkabarte con el que antes se comunicaba por la zona del Polvorín y el portillo final de Azotz. Actualmente una amplia vía de ronda delimita el monte en su ladera Sur.
Precisamente es este valle de Ezkabarte situado al Norte el que retiene el primitivo nombre de la montaña. A mediados del siglo XIX el pamplonés Madoz incluía la voz Ezcaba en su Diccionario Geográfico para referirse al "monte en la prov. de Navarra y partido judicial de Pamplona, que pertenece en parte a la jurisdicción de Ezcaba, de cuyo lugar toma su nombre; es bastante elevado, siendo, su mayor altura de 720 varas castellanas; tiene de longitud una legua; y se halla de tal modo situado que por un lado da vistas a Pamplona y por el otro a Ezcabarte, distando de ambos a 1/2 hora". También se señala su abundante arbolado de robles y encinar que se combinan con zonas peladas, con alguna cantera, así como zonas de pastizal donde pace el ganado lanar, vacuno, caballar y porcino. Finalmente indicaba: "Denomínase también este monte de San Cristóbal, por la ermita así llamada que en él se encuentra.
Fuerte y penal de San Cristóbal
No pocas veces la tutela de Pamplona se ha ejercido de forma despiadada, con mayor preocupación por su defensa como plaza militar que por sus intereses civiles. Por el Sur dispuso desde el siglo XVI de una afamada y geométrica ciudadela, que completaba al Norte una sólida línea de murallas. Todo esto la situaba como primer frente de guerra frente al invasor ultramontano. Las guerras civiles del XIX y el apogeo de la artillería mostraron la vulnerabilidad de ese costoso e inútil perímetro. Así que a finales de ese siglo la defensa se trasladó a las eventuales zonas de acoso artillero, por lo que las alturas de Ezkaba pasaron a ser militarizadas. Tras más de treinta años de obras, la cima se convirtió en un abigarrado conjunto de casamatas, cuarteles y galerías excavado en la roca y rodeado por un profundo foso, que fue pomposamente inaugurado en 1919 con el nombre de Fuerte de Alfonso XII. Sorprendentemente nunca llegaron a instalarse los cañones.
Fue esta vez el auge de la aviación el que hizo inútil ese esfuerzo faraónico. Pero pronto se le encontró al recinto otro destino aún más siniestro. A partir de 1934 fue empleado como penal de presos políticos, uso que continuó durante la guerra civil de 1936 y su posguerra. Allí fueron ejecutados muchos presos. Los restos oséos de los fusilados fueron encontrados con una botella entre las piernas donde se indicaba su nombre. La fecha del 22 de mayo del 1938 es especialmente señalada, porque ese día se produjo la fuga más numerosa de todas las registradas en penales. Fueron 795 los fugitivos, en su mayoría presos políticos republicanos, de los que únicamente escaparon 3; otros 211 murieron en el intento. Todos los años en torno a esa fecha se celebra una romería cívica junto al monumento que conmemora esta fuga. El domingo siguiente se viene celebrando una travesía que rememora el trayecto montañero seguido por los fugados desde Ezkaba hasta Esnazu en Aldudes (Benafarroa).
La cima está señalada por un vértice geodésico de difícil acceso al encontrarse en el interior del fuerte. Es inútil y peligroso intentar alcanzarlo cruzando el foso, mejor hacerlo a través de la puerta del fuerte situada en el extremo Sur. Llega hasta ella una carretera de 6 Kms que sube desde Artika, tras pasar ante un bosquecillo de antenas cerca del cual encontraremos el buzón. Abandonado desde 1987 el lugar espera su reconversión como monumento y testigo mudo de una oscura página de nuestra historia.
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