Ascensión al Cerro Gordo (Caravaca de la Cruz)

Hace un tiempo subí al Cerro Trompetero y entonces me quedé con ganas de llegar al Cerro Gordo, así que hoy tocaba saldar cuentas.

Esta ruta se inicia a menos de diez minutos de Caravaca. De hecho mucha gente arranca desde la misma ciudad. Yo dejo el coche junto al depósito de la Fuente de los Frailes, junto a la carretera que sube al Nevazo. Desde aquí arranco por el camino en subida, y tras un par de curvas veremos a la izquierda un mojón y un sendero bien marcado que tomaremos, abandonando la pista.

Aquí empieza la ascensión por sendero visible y marcado con hitos. La primera de las tres cimas que haremos es el Cerro Trompetero. Con 934 metros de altitud es una perfecta atalaya sobre la ciudad de Caravaca. También ofrece unas bonitas panorámicas del valle que se abre al este, en dirección Calasparra, con la silueta de mil montañas hasta el infinito. Hacia el oeste las vistas también son excelentes, en este caso de las sierras caravaqueñas: Peña Rubia, los Siete Peñones, el Gavilán y el Pinar Negro… Y al norte se eleva el Cerro Gordo.

Nos encaminamos a el bajando unos metros al Collado de Santa Bárbara. Hasta aquí ha sido un transitar sencillo y cómodo, desde ahora se incrementa la pendiente y empieza la fase más montañera, aunque tampoco tendremos ningún paso complicado.

La senda sigue estando pisada y es fácil de seguir. Además, los hitos son continuos, de manera que progresaremos sin dificultades.

No nos vendrá mal alguna parada para tomar aliento y recrearnos con unas vistas cada vez mejores. Pisamos un suelo de lapiaz, de piedra seca, porosa y afilada, bastante adherente, aunque también hay piedra suelta, por lo que a la bajada tendremos que asegurar cada paso en este tramo, que sin duda es el más técnico, aunque, insisto, dentro de que no representa ninguna complicación.

Al fin llegamos a la cumbre, la segunda de hoy. Quien haya creído que ya había coronado verá que tras esta segunda cima asoma la cumbre verdadera, pero está ahí mismo y lo que resta de subida es cómodo y no llega a cien metros de desnivel.

Es el momento de sacar los prismáticos, ya que ahora las vistas son completas, y si en primer término destaca la Peña Rubia, a su derecha vemos el Pico del Buitre. Entre ambas emerge la Sierra de Enmedio.

Lo ideal hubiera sido seguir a la siguiente cumbre para descender al Nevazo y volver por el camino, pero como voy ajustado de tiempo y no conozco el terreno prefiero regresar por donde he venido.

Como siempre, la bajada la hago más despacio que la subida, asegurando cada paso para no dar un patinazo. Y así, tranquilamente, vuelvo al Cerro Trompetero y al camino, para finalmente llegar al depósito de agua.