Ascensión a la Table de Ponce desde Accous, por el Col d'Iseye (Vallée d'Aspe)

Gran recorrido que nos va a llevar desde lo más profundo y sombrío del Torrent d'Arraille (885m) a lo alto de la Table de Ponce (2159m), mirador de primer orden de los valles de Aspe y Ossau.

Iniciaremos la aproximación en coche desde la localidad de Accous, a unos 25km del túnel de Somport. Sin necesidad de entrar en ella, tomaremos una pista asfaltada (siempre dirección Col d'Iseye) que en 5km nos llevará a un primer aparcamiento donde finaliza el asfalto. Podemos continuar, con cuidado, un quilómetro más por pista de tierra y aparcaremos justo antes de cruzar el Torrent d'Arraille.

La primera hora de la ruta discurre por un extenso y magnífico hayedo, en nuestro caso embellecido por una niebla veraniega que le confería un cierto misterio. Cuando llegamos a la Cabane de Lapassa, el valle se abre ligeramente, cruzamos el torrente y emprendemos una continuada subida por sendero poco definido y fuerte pendiente. Al rato iniciamos un flanqueo a la izquierda que nos llevará a la aérea Cabane d'Escurets, inmediatamente debajo del Col d'Iseye, que alcanzaremos en unos 20'.

Desde el collado ya divisamos claramente el resto de la ruta hasta nuestra cima. Se trata de ir progresando en diagonal por pendientes herbosas, tomando los senderos de ganado que nos vengan mejor y nos lleven de forma más directa a las proximidades del Coig Arras (no hace falta llegar a el). Acabaremos la ascensión por el lomo SO del pico, en fuerte pendiente y algo rocoso al final.

El espectáculo desde la cima es total: los Valles de Ossau y Aspe se extienden ante nuestra vista, con incontables cimas, de las cuales solo conocemos el nombre de las principales. Delante nuestro, al otro lado del Coig Arras, se alzan dos montañas de aspecto poco fácil: L'Embarrère y el Pic d'Ilhec, de las que no acabamos de establecer una posible ruta de ascenso. También cuesta apartar la vista del Ronglet y su vecino Anchet, cuyas extensas caras norte hemos vislumbrado entre la niebla durante el trayecto de subida. Los apuntamos como futuros objetivos.

Tras un rato de contemplación, retornamos al Col d'Iseye por la misma ruta. Allí nos volvemos a sumergir en la niebla, que ya no nos deja hasta la Cabane de Lapassa. Ello nos da ocasión de contemplar el festín, a costa de un cordero, con las correspondientes peleas, de un grupo de buitres. Con las tenues luces de la tarde, tamizadas por la niebla, entramos nuevamente en el bosque de hayas que nos llevará en poco rato al inicio de nuestra ruta.