ARTIKUTZA. Un paseo por su bosque y ferrerías. Taller + 55 MA.
near Artikutza, Navarra (España)
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CAMINATA POR EL BOSQUE Y FERRERÍAS DE ARTIKUTZA.
Tras la agradable e inédita caminata de anteayer por el antiguo embalse de Enobieta, reconvertido en la regata que siempre fue, en la excursión de hoy los componentes de otro grupo del taller Plus 55 realizamos un recorrido circular que partiendo del poblado de Artikutza se adentra por sendas y pistas forestales que nos llevan a disfrutar de los dos elementos esenciales de la finca de Artikutza: el bosque y el agua.
Por senda en ascenso inicial continuado atravesando la regata de Urdallue, nos permite contemplar las bondades del bosque de hayedos jóvenes y centenarios (trasmochos) y robledales, así como varios manantiales y pequeños arroyos, que luego por senda descendente se llega a la cuenca del río Elama, en la que se encuentran las ferrería Elama y Goizarin.
Elama era un complejo relativamente grande para la época y habitado, pues además de la ferrería, horno y molino, tenía dos casas y una ermita en la que los domingos los trabajadores acudían a misa, único día libre, ya que el resto de la semana trabajaban de día y de noche, supongo que entonces a dos turnos.
Visitamos también el horno torreón Labeeta, punto de partida del tren minero, por cuyo antiguo recorrido seguimos descendiendo junto al río Elama hasta llegar a las ruinas de la ferrería Goizarin.
Luego en descenso suave por la pista por la que transcurría el tren minero, hasta llegar al punto de confluencia de los ríos Elama y Artikutza que unen sus aguas para conformar el río Añarbe.
El ferrocarril minero transportaba los minerales extraídos hasta la estación de Rentería, sustituyendo a la red de cables que anteriormente transportaban los cestos de carbón vegetal y de hierro.
El tren funcionaba mediante un complejo sistema de planos inclinados. Un invento que para salvar los desniveles discurre a través de rampas con mucha pendiente y dos vías paralelas, por las que los vagones suben y bajan enganchados a una cadena, gracias a un sistema de contrapesos.
En esta extraordinaria etapa hemos visto ejemplos de infraestructuras actuales e históricas:
-carboneras.
-mojones de la época, con un báculo grabado en alguna de sus caras que delimitaban los terrenos de los arrendatarios.
-seles (espacios destinados al pastoreo de ganado mayor) de la colegiata de Roncesvalles.
-ferrerías de Elama y Goizarin.
-infraestructuras del siglo XIX: tren minero, restos de raíles, puentes, ruinas de edificios, hornos, canales, viaductos...
Y de patrimonio natural:
-distintos ecosistemas: robledal, hayedo, bosques de galería de ribera, -plantaciones de especies alóctonas (pino silvestre, roble americano).
-nacimiento del río Añarbe.
-hábitat de pícidos.
En estas regatas habitan especies protegidas, indicadoras de la gran calidad de las regatas y alisedas del lugar, como es el caso del desmán de los Pirineos, cuya presencia ha aumentado tras el vaciado del embalse de Enobieta.
El año 2004 Artikutza pasa a formar parte de la Red Natura 2000 (red de espacios naturales protegidos a nivel europeo) y queda incluido como uno más de los 42 LIC (Lugares de Interés Comunitario) de Navarra.
En enero 2016 se elevó el grado de protección de Artikutza, asignándole como Zona Especial de Conservación (ZEC) de la Red Natura 2000.
El regreso desde la ferrería Elama es muy relajante, al abrigo de una vegetación típica de ribera, viendo restos de fraguas, hornos, puentes, viaductos, raíles del tren minero...fruto de la intensa actividad industrial desarrollada desde al menos el siglo XIV.
Al caminar por estos parajes profundos de la naturaleza, oyendo solo el sonido relajante del agua, por muchos restos de ruinas industriales que vayas viendo junto a las regatas Elama y Artikutza, es difícil hacerse a la idea de su pasado, con ruidos metálicos de los martillos y olores de los humos procedentes de su intensa actividad.
Regresamos al poblado por la margen derecha del río Artikutza, lugar de partida de esta maravillosa excursión guiada estupendamente por Eire, que también nos había acompañado en la del embalse.
Ha sido una caminata de unos 14 km y cerca de 500 m de ascenso positivo, no recomendable para público en general, pero sí para mendizales mínimamente entrenados.
Agradecer a Enrique, Fernando y Juanjo, por sus bellas fotos, que junto a las mías, componen el reportaje fotográfico.
En resumen, Artikutza puso freno a la pérdida de biodiversidad que amenaza el planeta y su regeneración supuso uno de los mayores avances en el mundo para la conservación de la naturaleza.
Es un modelo de referencia para la lucha contra el cambio climático, que debería ser conocido e imitado por otros gestores e instituciones competentes.
En mi modesta opinión, aunque el público en general ha podido visitar alguna vez la finca, la mayoría desconoce los extraordinarios valores de interés naturalístico que guarda Artikutza.
Por todo ello, no sería nada descabellado que esta joya insólita regenerada de forma natural, pudiera contar con un pequeño “Centro de Interpretación de la Naturaleza”, al igual que tenemos en otros enclaves naturales de Gipuzkoa.
Y no tendría porqué ser muy costoso, si se ubicara, por ejemplo en Ezcax (casa del guarda), a la entrada a la finca, con un acondicionamiento mínimo de sus instalaciones. A VER SI ALGUIEN ME OYE. AMÉN!!!
NOTA:
Para público no habituado a caminatas por el monte, se recomiendan dos opciones:
1- realizar solo la visita directa desde el poblado a las ferrerías de Goizarin y Elama. Es una pista en muy buen estado que transcurre inicialmente por la margen izquierda del río Artikutza, para luego coger la de la cuenca del Alama que te lleva a ambas ferrerías.
2- Y si se quiere disfrutar del bosque con sus manantiales y arroyos, otra excursión muy atractiva es por la senda que iniciamos nosotros hasta llegar al río Urdallue, para luego seguir hasta las ruinas de su ferrería.
En ambas excursiones se regresa por el mismo camino, y recorrido de unos 10 km.
UN POCO DE HISTORIA DEL BOSQUE Y AGUA DE ARTIKUTZA.
Artikutza conoce la presencia del ser humano desde tiempos remotos. Los yacimientos arqueológicos más antiguos son los dólmenes (año 2000 a.C)
Yacimientos que acogieron los cuerpos de muchos de los pastores que recorrieron este territorio, que cobijaban sus rebaños en el bosque durante el invierno, y que al llegar la primavera subían el ganado a los pastos creados en las partes altas de los montes, para volver a bajarlos al bosque en otoño. Probablemente, las primeras leves deforestaciones que sufrió Artikutza, con el fin de lograr pastos para el ganado, sean de esta época.
La verdadera explotación de los valores naturales de la finca de Artikutza comenzó en la Edad Media, siglos XIII-XIV. Entonces toda la finca se hallaba en manos de la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles. Afortunadamente, hoy en día se conservan más de cien mojones de la época (muchos presentan un báculo grabado).
Los dueños arrendaban la explotación de la finca a carboneros, caleros, ferrones, pastores…
Una vez al año, cerca del día de San Agustin, partían de Orreaga a Artikutza para cobrar las rentas a los lugareños.
Buenos indicadores de la explotación que sufría el bosque son los restos de las cuatro ferrerías documentadas desde el siglo XIV: Urdallue, Elama, Goizarin y la del barrio de Artikutza. Esta actividad industrial tuvo una clara influencia en el bosque, ya que toda la economía se basaba en torno a la madera. Al parecer para conseguir una tonelada de hierro, utilizaron tres toneladas de carbón vegetal, para lo que se necesitaban seis toneladas de madera.
Para evitar acabar con el bosque obtenían madera sin tener que derribar los árboles, así podando el árbol desde su juventud conseguían troncos tan cortos como gruesos, con numerosas ramificaciones con aspecto de brazos: haya trasmocha.
De este modo, cortando las ramas de los árboles conseguían la madera, manteniendo vivos los árboles. Esto permitió la conservación del bosque. La intensa explotación del carbón durante siglos, se ve hoy en todos los rincones de Artikutza. En el hayedo se encuentran restos de antiguas plataformas carboneras.
El ayuntamiento de San Sebastián tras la compra de la finca en 1919 para abastecer de agua a la ciudad, durante varias décadas dejó de explotar la madera del bosque, con lo que éste se regeneró de forma natural.
Es a partir de entonces cuando comienza la dinámica natural del bosque, con la colonización de los huecos existentes por arbolado joven. Así que hoy podemos observar, por una parte, toda una gama de arbolado que ha ido naciendo, y por otra, los viejos robles y hayas trasmochas.
Después de 100 años de protección el 90 % de la superficie de Artikutza se halla cubierta de bosque, de la que una parte importante es bosque natural formado por hayedos y robledales.
El hayedo ocupa prácticamente la mitad de la superficie boscosa que ha evolucionado a una fase madura, destacando la presencia de viejas hayas trasmochas que conviven con hayas jóvenes y la abundancia de madera muerta en todo el bosque que permite la existencia de especies que dependen exclusivamente de ella.
Bonitas también las imágenes de algunos grandes ejemplares muertos en pie.
A la regeneración natural del bosque acompañó la reforestación con diferentes especies, fundamentalmente pino silvestre, roble americano, abeto…
Se ha iniciado un proyecto de sustitución de estas especies por arbolado autóctono.
Por otro lado, la abundante red de pequeños arroyos y regatas en la finca, ha hecho que el paraje de Artikutza tenga un elevado valor naturalístico con una extraordinaria biodiversidad, tanto de fauna como de flora, basándose en estos dos elementos: el bosque y el agua.
Señalar también la valiosa vegetación de alisedas de las numerosas regatas y arroyos que vierten sus aguas a los cinco principales ríos de la finca: Enobieta, Artikutza, Erroiarri, Urdallue y Elama.
Posteriormente, la confluencia de los ríos Artikutza y Elama dan lugar al nacimiento del río Añarbe que tras unos 25 km llega al embalse del mismo nombre que abastece a los 10 municipios de la Mancomunidad de Aguas del Añarbe, y que finalmente desemboca en el río Urumea.
Para finalizar, unos datos interesantes de cómo se realizaba el transporte de agua a los lugares de consumo de Donostia-San Sebastián desde los embalses de Enobieta y Añarbe por los canales denominados Canal Alto y Canal Bajo, respectivamente.
El transporte de agua de ambos embalses hasta los lugares de consumo se realizó hasta 1992 a través del Canal Alto (embalse y regatas de Artikutza) y Canal Bajo (embalse del Añarbe).
El Canal Alto contó con una capacidad de 250 l./sg., ampliada hasta los 400 l/sg., siendo retirado del servicio en 1992 a causa de sus fuertes pérdidas, quedando en funciones de reserva.
Alimentaba a los depósitos de más alta cota (130 m. de altura):
-Oriaventa (20.000 m3 de capacidad) que abastecía a Ayete, Miraconcha, Lugaritz, Añorga, Igueldo, etc.
-y Putzueta (17.000 m3) que surtía a Altza, Bidebieta, Ulía, Intxaurrondo, Eguía, etc.
Así, el embalse de Enobieta quedó relegado a participar solo en la regulación del caudal de la cuenca.
El Canal Bajo, dotado de una capacidad inicial de 1.600 l/sg., fue ampliado en 1984 a 2.200 l/sg. Une el embalse del Añarbe (ya visitado por el taller) con la ETAP (Estación de Tratamiento de Aguas Potables) de Petritegi (también visitada anteriormente), capaz de tratar 1.600 l/sg., ampliables a 2.200 l/sg. Desde ella parte una conducción (ramal IV) que durante algún tiempo suministró mediante bombeo agua potabilizada a los depósitos antes surtidos por el antiguo Canal Alto (Oriaventa y Putzueta).
Posteriormente se han preparado bombeos destinados a elevar el agua del depósito de Amara hacia el de Oriaventa y de la potabilizadora de Petritegi al de Putzueta.
El depósito de Oriaventa fue derruido en 2009 y sustituido por otro de similar capacidad (20.000 m3) pero situado a mayor cota. Esta sustitución fue debida a que la antigüedad de la instalación solo permitía utilizar la mitad de su capacidad.
De la ETAP de Petritegi parten otras tres conducciones:
-el ramal I suministra agua a los depósitos situados en una cota de unos 70 m. de altura: Martutene (6.500 m3), Amara (26.000 m3, a Parte Vieja, Centro, Amara, parte de Gros, etc.) y Matía (13.000 m3: Antiguo, Ibaeta, Igara).
-el ramal II surte al depósito de Mons (20.000 m3 y cota de 50 m., que alimenta a parte de Gros, bajo Eguía y Herrera) y los de otros 7 municipios del este de la Mancomunidad, mientras que el ramal III lo hace a otros cinco municipios del oeste de la misma.
En otro orden de cosas, la conducción de agua del embalse de Añarbe a la ETAP de Petritegi, bastante deteriorada por su antigüedad, necesita ser restaurada.
La Mancomunidad de Aguas del Añarbe tiene preparado el proyecto desde hace varios años, pero para su ejecución está pendiente de financiación del Ministerio.
Durante la ejecución de las obras en el canal, el agua del embalse se soltaría al río Urumea, para aguas abajo, bombearla a la ETAP para su tratamiento.
Tras la agradable e inédita caminata de anteayer por el antiguo embalse de Enobieta, reconvertido en la regata que siempre fue, en la excursión de hoy los componentes de otro grupo del taller Plus 55 realizamos un recorrido circular que partiendo del poblado de Artikutza se adentra por sendas y pistas forestales que nos llevan a disfrutar de los dos elementos esenciales de la finca de Artikutza: el bosque y el agua.
Por senda en ascenso inicial continuado atravesando la regata de Urdallue, nos permite contemplar las bondades del bosque de hayedos jóvenes y centenarios (trasmochos) y robledales, así como varios manantiales y pequeños arroyos, que luego por senda descendente se llega a la cuenca del río Elama, en la que se encuentran las ferrería Elama y Goizarin.
Elama era un complejo relativamente grande para la época y habitado, pues además de la ferrería, horno y molino, tenía dos casas y una ermita en la que los domingos los trabajadores acudían a misa, único día libre, ya que el resto de la semana trabajaban de día y de noche, supongo que entonces a dos turnos.
Visitamos también el horno torreón Labeeta, punto de partida del tren minero, por cuyo antiguo recorrido seguimos descendiendo junto al río Elama hasta llegar a las ruinas de la ferrería Goizarin.
Luego en descenso suave por la pista por la que transcurría el tren minero, hasta llegar al punto de confluencia de los ríos Elama y Artikutza que unen sus aguas para conformar el río Añarbe.
El ferrocarril minero transportaba los minerales extraídos hasta la estación de Rentería, sustituyendo a la red de cables que anteriormente transportaban los cestos de carbón vegetal y de hierro.
El tren funcionaba mediante un complejo sistema de planos inclinados. Un invento que para salvar los desniveles discurre a través de rampas con mucha pendiente y dos vías paralelas, por las que los vagones suben y bajan enganchados a una cadena, gracias a un sistema de contrapesos.
En esta extraordinaria etapa hemos visto ejemplos de infraestructuras actuales e históricas:
-carboneras.
-mojones de la época, con un báculo grabado en alguna de sus caras que delimitaban los terrenos de los arrendatarios.
-seles (espacios destinados al pastoreo de ganado mayor) de la colegiata de Roncesvalles.
-ferrerías de Elama y Goizarin.
-infraestructuras del siglo XIX: tren minero, restos de raíles, puentes, ruinas de edificios, hornos, canales, viaductos...
Y de patrimonio natural:
-distintos ecosistemas: robledal, hayedo, bosques de galería de ribera, -plantaciones de especies alóctonas (pino silvestre, roble americano).
-nacimiento del río Añarbe.
-hábitat de pícidos.
En estas regatas habitan especies protegidas, indicadoras de la gran calidad de las regatas y alisedas del lugar, como es el caso del desmán de los Pirineos, cuya presencia ha aumentado tras el vaciado del embalse de Enobieta.
El año 2004 Artikutza pasa a formar parte de la Red Natura 2000 (red de espacios naturales protegidos a nivel europeo) y queda incluido como uno más de los 42 LIC (Lugares de Interés Comunitario) de Navarra.
En enero 2016 se elevó el grado de protección de Artikutza, asignándole como Zona Especial de Conservación (ZEC) de la Red Natura 2000.
El regreso desde la ferrería Elama es muy relajante, al abrigo de una vegetación típica de ribera, viendo restos de fraguas, hornos, puentes, viaductos, raíles del tren minero...fruto de la intensa actividad industrial desarrollada desde al menos el siglo XIV.
Al caminar por estos parajes profundos de la naturaleza, oyendo solo el sonido relajante del agua, por muchos restos de ruinas industriales que vayas viendo junto a las regatas Elama y Artikutza, es difícil hacerse a la idea de su pasado, con ruidos metálicos de los martillos y olores de los humos procedentes de su intensa actividad.
Regresamos al poblado por la margen derecha del río Artikutza, lugar de partida de esta maravillosa excursión guiada estupendamente por Eire, que también nos había acompañado en la del embalse.
Ha sido una caminata de unos 14 km y cerca de 500 m de ascenso positivo, no recomendable para público en general, pero sí para mendizales mínimamente entrenados.
Agradecer a Enrique, Fernando y Juanjo, por sus bellas fotos, que junto a las mías, componen el reportaje fotográfico.
En resumen, Artikutza puso freno a la pérdida de biodiversidad que amenaza el planeta y su regeneración supuso uno de los mayores avances en el mundo para la conservación de la naturaleza.
Es un modelo de referencia para la lucha contra el cambio climático, que debería ser conocido e imitado por otros gestores e instituciones competentes.
En mi modesta opinión, aunque el público en general ha podido visitar alguna vez la finca, la mayoría desconoce los extraordinarios valores de interés naturalístico que guarda Artikutza.
Por todo ello, no sería nada descabellado que esta joya insólita regenerada de forma natural, pudiera contar con un pequeño “Centro de Interpretación de la Naturaleza”, al igual que tenemos en otros enclaves naturales de Gipuzkoa.
Y no tendría porqué ser muy costoso, si se ubicara, por ejemplo en Ezcax (casa del guarda), a la entrada a la finca, con un acondicionamiento mínimo de sus instalaciones. A VER SI ALGUIEN ME OYE. AMÉN!!!
NOTA:
Para público no habituado a caminatas por el monte, se recomiendan dos opciones:
1- realizar solo la visita directa desde el poblado a las ferrerías de Goizarin y Elama. Es una pista en muy buen estado que transcurre inicialmente por la margen izquierda del río Artikutza, para luego coger la de la cuenca del Alama que te lleva a ambas ferrerías.
2- Y si se quiere disfrutar del bosque con sus manantiales y arroyos, otra excursión muy atractiva es por la senda que iniciamos nosotros hasta llegar al río Urdallue, para luego seguir hasta las ruinas de su ferrería.
En ambas excursiones se regresa por el mismo camino, y recorrido de unos 10 km.
UN POCO DE HISTORIA DEL BOSQUE Y AGUA DE ARTIKUTZA.
Artikutza conoce la presencia del ser humano desde tiempos remotos. Los yacimientos arqueológicos más antiguos son los dólmenes (año 2000 a.C)
Yacimientos que acogieron los cuerpos de muchos de los pastores que recorrieron este territorio, que cobijaban sus rebaños en el bosque durante el invierno, y que al llegar la primavera subían el ganado a los pastos creados en las partes altas de los montes, para volver a bajarlos al bosque en otoño. Probablemente, las primeras leves deforestaciones que sufrió Artikutza, con el fin de lograr pastos para el ganado, sean de esta época.
La verdadera explotación de los valores naturales de la finca de Artikutza comenzó en la Edad Media, siglos XIII-XIV. Entonces toda la finca se hallaba en manos de la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles. Afortunadamente, hoy en día se conservan más de cien mojones de la época (muchos presentan un báculo grabado).
Los dueños arrendaban la explotación de la finca a carboneros, caleros, ferrones, pastores…
Una vez al año, cerca del día de San Agustin, partían de Orreaga a Artikutza para cobrar las rentas a los lugareños.
Buenos indicadores de la explotación que sufría el bosque son los restos de las cuatro ferrerías documentadas desde el siglo XIV: Urdallue, Elama, Goizarin y la del barrio de Artikutza. Esta actividad industrial tuvo una clara influencia en el bosque, ya que toda la economía se basaba en torno a la madera. Al parecer para conseguir una tonelada de hierro, utilizaron tres toneladas de carbón vegetal, para lo que se necesitaban seis toneladas de madera.
Para evitar acabar con el bosque obtenían madera sin tener que derribar los árboles, así podando el árbol desde su juventud conseguían troncos tan cortos como gruesos, con numerosas ramificaciones con aspecto de brazos: haya trasmocha.
De este modo, cortando las ramas de los árboles conseguían la madera, manteniendo vivos los árboles. Esto permitió la conservación del bosque. La intensa explotación del carbón durante siglos, se ve hoy en todos los rincones de Artikutza. En el hayedo se encuentran restos de antiguas plataformas carboneras.
El ayuntamiento de San Sebastián tras la compra de la finca en 1919 para abastecer de agua a la ciudad, durante varias décadas dejó de explotar la madera del bosque, con lo que éste se regeneró de forma natural.
Es a partir de entonces cuando comienza la dinámica natural del bosque, con la colonización de los huecos existentes por arbolado joven. Así que hoy podemos observar, por una parte, toda una gama de arbolado que ha ido naciendo, y por otra, los viejos robles y hayas trasmochas.
Después de 100 años de protección el 90 % de la superficie de Artikutza se halla cubierta de bosque, de la que una parte importante es bosque natural formado por hayedos y robledales.
El hayedo ocupa prácticamente la mitad de la superficie boscosa que ha evolucionado a una fase madura, destacando la presencia de viejas hayas trasmochas que conviven con hayas jóvenes y la abundancia de madera muerta en todo el bosque que permite la existencia de especies que dependen exclusivamente de ella.
Bonitas también las imágenes de algunos grandes ejemplares muertos en pie.
A la regeneración natural del bosque acompañó la reforestación con diferentes especies, fundamentalmente pino silvestre, roble americano, abeto…
Se ha iniciado un proyecto de sustitución de estas especies por arbolado autóctono.
Por otro lado, la abundante red de pequeños arroyos y regatas en la finca, ha hecho que el paraje de Artikutza tenga un elevado valor naturalístico con una extraordinaria biodiversidad, tanto de fauna como de flora, basándose en estos dos elementos: el bosque y el agua.
Señalar también la valiosa vegetación de alisedas de las numerosas regatas y arroyos que vierten sus aguas a los cinco principales ríos de la finca: Enobieta, Artikutza, Erroiarri, Urdallue y Elama.
Posteriormente, la confluencia de los ríos Artikutza y Elama dan lugar al nacimiento del río Añarbe que tras unos 25 km llega al embalse del mismo nombre que abastece a los 10 municipios de la Mancomunidad de Aguas del Añarbe, y que finalmente desemboca en el río Urumea.
Para finalizar, unos datos interesantes de cómo se realizaba el transporte de agua a los lugares de consumo de Donostia-San Sebastián desde los embalses de Enobieta y Añarbe por los canales denominados Canal Alto y Canal Bajo, respectivamente.
El transporte de agua de ambos embalses hasta los lugares de consumo se realizó hasta 1992 a través del Canal Alto (embalse y regatas de Artikutza) y Canal Bajo (embalse del Añarbe).
El Canal Alto contó con una capacidad de 250 l./sg., ampliada hasta los 400 l/sg., siendo retirado del servicio en 1992 a causa de sus fuertes pérdidas, quedando en funciones de reserva.
Alimentaba a los depósitos de más alta cota (130 m. de altura):
-Oriaventa (20.000 m3 de capacidad) que abastecía a Ayete, Miraconcha, Lugaritz, Añorga, Igueldo, etc.
-y Putzueta (17.000 m3) que surtía a Altza, Bidebieta, Ulía, Intxaurrondo, Eguía, etc.
Así, el embalse de Enobieta quedó relegado a participar solo en la regulación del caudal de la cuenca.
El Canal Bajo, dotado de una capacidad inicial de 1.600 l/sg., fue ampliado en 1984 a 2.200 l/sg. Une el embalse del Añarbe (ya visitado por el taller) con la ETAP (Estación de Tratamiento de Aguas Potables) de Petritegi (también visitada anteriormente), capaz de tratar 1.600 l/sg., ampliables a 2.200 l/sg. Desde ella parte una conducción (ramal IV) que durante algún tiempo suministró mediante bombeo agua potabilizada a los depósitos antes surtidos por el antiguo Canal Alto (Oriaventa y Putzueta).
Posteriormente se han preparado bombeos destinados a elevar el agua del depósito de Amara hacia el de Oriaventa y de la potabilizadora de Petritegi al de Putzueta.
El depósito de Oriaventa fue derruido en 2009 y sustituido por otro de similar capacidad (20.000 m3) pero situado a mayor cota. Esta sustitución fue debida a que la antigüedad de la instalación solo permitía utilizar la mitad de su capacidad.
De la ETAP de Petritegi parten otras tres conducciones:
-el ramal I suministra agua a los depósitos situados en una cota de unos 70 m. de altura: Martutene (6.500 m3), Amara (26.000 m3, a Parte Vieja, Centro, Amara, parte de Gros, etc.) y Matía (13.000 m3: Antiguo, Ibaeta, Igara).
-el ramal II surte al depósito de Mons (20.000 m3 y cota de 50 m., que alimenta a parte de Gros, bajo Eguía y Herrera) y los de otros 7 municipios del este de la Mancomunidad, mientras que el ramal III lo hace a otros cinco municipios del oeste de la misma.
En otro orden de cosas, la conducción de agua del embalse de Añarbe a la ETAP de Petritegi, bastante deteriorada por su antigüedad, necesita ser restaurada.
La Mancomunidad de Aguas del Añarbe tiene preparado el proyecto desde hace varios años, pero para su ejecución está pendiente de financiación del Ministerio.
Durante la ejecución de las obras en el canal, el agua del embalse se soltaría al río Urumea, para aguas abajo, bombearla a la ETAP para su tratamiento.
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NOTA COMPLEMENTARIA AL TEXTO.
En relación a las ferrerías de Goizarin y Elama, encuentro un documento de Abraham Melo Bautista, del que al llamarme poderosamente la atención, extraigo algunas notas de interés.
Las primeras noticias que tenemos de la de Elama datan de 1423 y la última de 1860.
Para imaginar la disposición de la ferrería de Elama los documentos más importantes son los inventarios que se realizaban. En el caso de Elama existe un magnífico inventario donde se detallan absolutamente todos los elementos propios de una ferrería.
Una vez leído el inventario se observa que la ferrería hidráulica de Elama, como la de Goizarin, era mayor y menor. Es decir había una fragua donde se lograba hierro a partir de la reducción del mineral, y otra donde este hierro se terminaba por estirar a perfiles y formas comerciales.
También se ve que la fragua menor hasta el siglo XIX estaba alimentada por fuelles y que a partir de entonces pasó a trabajar con “aizearca” o “caja de vientos”
El edificio se encuentra en estado de ruina. Al borde mismo del río están el taller y almacenes, al otro lado del río, la arragua (espacio donde se calcinaba el mineral para su mejor tratamiento por los ferrones) y otros dos antiguos caseríos.
La dueña de las tierras y ferrerías era la Real Colegiata de Roncesvalles, la cual tenía firmado este contrato con alguien que pasaría a ser el “dueño” de la ferrería, que a su vez la alquilaba a los ferrones.
El ferrón de Elama también disfrutaba de varios seles “propios”, así como de varias minas de mineral de hierro en Basajaundegi, Txorikantari, Elama- galarra, etc.
La documentación también habla de dos casas en Elama, de un molino, incluso de una ermita.
Al igual que la ferrería de Goizarin, debió dejar de funcionar hacia 1863, y tras quemarse y aprovechar sus elementos, llegó al estado de ruina actual.
De este documento lo que más llama la atención es que TRAÍAN MENA DE HIERRO DE SOMORROSTRO.
Uno de sus inventarios dice que para producir 1 quintal de hierro se necesitaban 4 quintales de mena de Somorrostro, 3 cargas de carbón y fundentes.
¿Y cómo se traería la mena desde allí hasta la ferrería de Elama?
Todo un misterio pues era una época muy anterior al invento de los planos inclinados.
Un recorrido lleno de belleza por los bosques de Artikutza y la falda de Elama, con el añadido del paseo por un río único. Un área llena de historia, con una gran riqueza económica, ahora de interés arqueológico, por el paso del tiempo.
Bravo por los comentarios de Carlos, como siempre llenos de información.
Nos acordamos de la letra de los besos cantados por Mikel Laboa: Goizuetan bada gizon bat ..., que dan aún mayor misterio al entorno.
Aurrera, me alegro que mis tracks te sean útiles. Agradecido por tu comentario. Saludos
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Scenery
Easy
Tenemos una joya los que vivimos en la comarca, Hernani Donosti Irun, el trabajo informativo de matricula, me tomo la licencia de utilizar entrecomillado y con dato de procedencia, parte del mismo para enriquecer mi trak y pasarlo a mis amigos. Gracias
Agradecido Agustín por tu amable comentario. Y me alegro que te sea útil. Saludos