Artesa - Marimón - Ermita de Santa Bárbara - Montí

Ruta circular desde Artesa, corta, no muy exigente y bonita, perfecta para estirar las piernas incluso en verano.

Discurre parcialmente por la ruta Onda – Marimón (señalizada con marcas azules y blancas) y por el SL-CV 142, así que no tiene dificultad de orientación y las sendas están muy pisadas. Eso no quita para ir atentos en los múltiples cruces de sendas y caminos.

Se parte de Artesa y se baja al río por una zona medio urbanizada con chalets y solares.

Subimos por una senda a una pista que tomamos por la izquierda y que luego se transforma en un camino asfaltado. Este camino deja a izquierda y derecha diferentes chalés, casas y explotaciones agrícolas. A la derecha tenemos los picos que vamos a subir y la ermita a sus pies.

En un punto dado, se toma una calle por la derecha y empieza la subida al Marimón. Toda esta parte de la ruta está perfectamente señalizada con marcas azules y blancas, así como pequeños postes indicadores.

La calle da paso a una senda entre pinos que sube sin tregua hacia el Marimón. Poco antes podremos descansar en la Plaza de les Sureres a la sombra de pinos, alcornoques y algún algarrobo.

Un pequeño tramo final de subida y entramos en el Marimón. Es una zona con diversas construcciones en piedra seca reconstruidas, un merendero y un par de miradores.

Desde el Marimón seguimos ascendiendo por una senda muy bien trazada hacia el Montí. El Montí menor es el que ofrece las mejores vistas de 360º por estar despejado de arbolado. Además, es muy reconocible por sus banderas tibetanas.

Desde este punto tomamos la senda que desciende por la derecha, siguiendo las marcas del SL-CV 142, hasta la ermita. El descenso cómodo y la pendiente nunca es muy fuerte.

Tras una visita a la ermita de Santa Bárbara (en ruinas) iniciamos la subida al Montí por una pista. En un colladito, con una caseta con antenas por la derecha, dejamos la pista y tomamos la senda que asciende por la izquierda y que nos lleva al “Pie del Montí”, el techo de la ruta. Entre el arbolado veremos Tales, pueblo al que nos dirigiremos en la bajada.

Este tramo de la senda, el de bajada, tiene zonas de pendiente y con piedra de rodeno suelta, así que hay que ir con cuidado.

Ya en el valle, se llega a un camino asfaltado. Por la izquierda se puede entrar en Tales a visitarlo o refrescarse. Por la derecha regresamos a Artesa.

De regreso a Artesa, pasaremos por un azud y lo que parece ser una fábrica de luz.

Más adelante, veremos un poste que nos marca por la derecha la subida a la Ermita de Santa Barbara por el SL-CV 107.

El camino sigue, atraviesa el río (seco en general) y entra en Artesa por su lavadero.