Alpujarra, bastón y mochila. Etapa 15. Laroles-Bayarcal-Arroyo Palancón- Laroles

Esta es la etapa nº 15 de la serie “Alpujarra, bastón y mochila”. En esta ocasión vamos a hacer un sendero circular que comienza en Laroles, pasa por Bayarcal, el arroyo Palancón y volvemos a Laroles por la otra vertiente.
Antes de seguir, queremos agradecer al amigo “fjcuadrof”, que de nuevo nos ha inspirado en este nuevo recorrido.
Como ya hemos comentado, en esta ocasión salimos del pueblo de Laroles y, siguiendo en un principio el GR7, nos dirigimos a Bayarcal. En esta primera parte el sendero transcurre por una pista que se convierte en camino de herradura, pasamos por el barranco Palancón (en esta ocasión con muy poca agua) y nos queda una empinada cuesta hasta llegar a Bayarcal. Salimos del pueblo y tomamos un sendero paralelo a la carretera, hasta el área recreativa de Talama. Desde aquí iremos un trozo por carretera hasta desviarnos, a la izquierda y tomar de nuevo el GR7, primero descendiendo hasta un pequeño arroyo y después subiendo por un bonito encinar. Por aquí hay que tener cuidado, porque el sendero no está lo bien conservado que debería y hay zonas en las que hay que tener mucha precaución.
Seguimos nuestro camino y al llegar a una gran encina, nos anuncia que tenemos que superar una buena cuesta hasta llegar casi a la altura de la carretera. Poco después, ya en suave descenso, el GR7 se une con el Sulayr, hasta llegar a un puente, en el que dejaremos el GR7 y lo cruzaremos, siguiendo ya únicamente el Sulayr. Ascenderemos a la carretera y después iremos serpenteando por el camino introduciéndonos en un frondoso pinar, aquí la subida se irá suavizando el ascenso hasta llegar a una pista. Continuaremos por la pista hasta una curva en la que la abandonaremos , y con ella el Sulayr, cuando alcanzamos el punto más alto del recorrido (1.818 m.s.n.m).
A partir de aquí, girando a nuestra izquierda, comenzamos el descenso, primero por un cortafuegos y más tarde por una pista y rodeados de encinas, siguiendo siempre la misma dirección, como si hubiéramos trazado una línea recta hasta el pueblo. Es verdad que antes de llegar al pueblo, nos encontramos con una acequia canalizada que nos acompaña al lado del sendero, que a veces tenemos dificultad de reconocer, pero al poco tiempo, ya se une al sendero del castaño milenario que ya nos deja sin problemas en Laroles.