Alpuente, La Hoz y Pico del Cabezo

Preciosa ruta, exigente el kilómetro de subida al Cabezo y resbaladizo en el kilómetro de bajada aunque el suelo húmedo de hoy ha facilitado mucho la tarea.

Saliendo desde la entrada del pueblo donde hemos aparcado y tras algunos titubeos para encontrar el camino correcto, hemos iniciado el descenso a la hoz, sin mayores complejidades y con una vista increíble. Una vez abajo nos desplázanos hasta la base de la cascada y después de unas fotos regresamos para continuar hacia atrás hasta un punto donde cruzamos sin dificultad el hoy pequeño arroyo. A partir de ahí y por uno de los laterales del cañón vamos subiendo por una senda pegada al barranco pero que no genera mucha sensación de inseguridad a pesar de la altura que se va ganando. Las vistas continúan siendo fantásticas.
Una vez bordeado se accede a una pista que nos lleva a la fuente de los Gamellones donde aparecen otras vistas diferentes. A ca la izquierda en la pista hemos visto y fotografiado los efectos de la erosión en la montaña. Los días de fuerte lluvia ha de ser impresionante.
Seguimos por la pista hasta desviarnos a la izquierda e iniciar 1 km de subida con casi 250 metros de desnivel. La ruta no es mala pero si que es fácil perderla por lo que hay que verificar con GPS e hitos que vas por la senda correcta. Require forma física, pero en caso contrario (el mío) se supera usando más tiempo. Este tramo nos ha costado más de 50 minutos. Últimos metros por la cumbre y alcanzamos el geodésico justo cuando el tiempo empieza a cambiar (según lo previsto). Fruta y galleta de rigor (thanks), unas fotos y de vuelta por el mismo camino de la subida. Esta vez los hitos son más visibles por lo que es menos fácil perderse pero require precaución porque de bajada el terreno es resbaladizo.
Después del km volvemos a enganchar la pista y ahora nos dirigimos hacia la izquierda. En la pista encontramos la fuente del Cabezo (ambas fuentes disponen hoy de agua potable) y después de pegar un trago nos adentramos en el último tramo de pista hasta el desvío a la derecha que nos va bajando de nuevo hacia el cauce donde lo cruzamos fácil ya que no hay mucha agua y se pasa bien saltando unas piedras.
Nos dirigimos ahora ya con todo el esplendor del pueblo en todo lo alto hacia el antiguo poblado que bordeamos… siguiendo unos metros enlazamos con la pista que ya nos llevará hasta el vehículo. Satisfacción por la jornada y retómanos fuerzas con un estupendo menú en el restaurante Victoria en la salida opuesta del pueblo.