ALLER: Pinganón de Txarín y Pico Coalnegro, circular desde Pola de Pino

Otra ruta mañanera y cercana (para tener fácil la vuelta si se ponía a llover), sorprendente y espectacular.

Salimos desde Pola del Pino, camino del Puerto de San Isidro, donde tenemos un par de buenas fuentes. Subida por un bonito camino siguiendo el Valle del Coto de la Pola, paralelo al arroyo del mismo nombre. Tras un tramo empedrado a modo de “calzada romana”, tras algo más de kilómetro y medio, nos pasamos unos 300 metros de la desviación a seguir para llegar al Pinganón de Txarín, cascada doble que no tiene gran caída ni un caudal del copón, pero es realmente bonita.

Seguimos camino y nos encontramos a Silvino, un amable lugareño que nos explicó varias cosas interesantes de la zona y que llevaba 4 años acondicionando y señalizando la ruta. Un trabajo tremendo; nuestro sentido agradecimiento y admiración. Ya podía el Principado destinar algún recurso más a mantener los caminos de nuestro Paraíso Natural, que tenemos unos cuantos nada desconocidos que dan pena.

Unos metros más arriba giramos a la izquierda y nos internamos por buen sendero por un espectacular hayedo, para el que remito a las fotos porque se quedan cortas las palabras para alguno de los árboles que, según Silvino, tienen más de 500 años (y ciertamente lo parecen). Llegamos al Collado Linares, pradería donde tenemos bonitas vistas de la zona del Torres y la Sierra del Ajo, y nos ponemos a subir ya de forma más anárquica por el pindio hayedo, unos 200 metros para arriba disfrutando del bosque hasta el Pico Coalnegro. En los últimos metros encontramos unas peñas con un pequeña ventana, entorno precioso y evocador. Interesante y trabajado buzón de cumbre con libreta, bonito homenaje a un lugareño por parte de su hijo.

Hacemos la bajada por el hayedo aún más anárquica que la subida, con la agradable sorpresa de un ciervo que me salió detrás de un árbol a pocos metros, y encontramos una pista que nos lleva tranquilamente hasta Pino en un agradable paseo con vistas al Retriñón, y sólo restan unos 500 metros de asfalto para llegar al punto de partida.

Ruta de esas para no olvidar. Fácil y bonita hasta la cascada e incluso hasta el collado para disfrutar de un hayedo típico, no tan extenso como otros pero igualmente espectacular, y algo más dura si se sube al pico pero es que merece la pena. La dejo moderada por ese tramo. Apuntada también para que cualquier neófito le coja el gusto a esto de andar por el monte. Varias fuentes por el camino para no cargar con mucha agua, vuelta nada pesada… en definitiva, un diez como ruta corta.