Alava1000+ 1117 m Urieta
near Haedo de Angulo, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
<<< English follows >>>
Según mendikat.net, en Álava existen más de 250 montes de mil metros o más. Éste es el Urieta, de 1117 metros
Descripción del monte
Urieta
Mi ascensión
Lo primero que hay que advertir sobre esta ruta es su extrema dificultad, llegando a ser peligrosa para senderistas con poca experiencia. Hay tramos agotadores y, en particular, la cueva de Curtiveranos puede convertirse en una auténtica trampa
El punto de partida de esta ruta se encuentra en el pequeño y remoto pueblo burgalés de Haedo de Angulo, situado al final de una carretera y a una cota de 500 metros de altitud. Apenas hay espacio para aparcar un par de coches, lo que subraya el carácter aislado del lugar. Desde el comienzo, el entorno transmite una sensación de soledad y contacto íntimo con la naturaleza
La primera parte del recorrido nos lleva a través de un hermoso bosque de hayas y robles. A pesar de la belleza del entorno, la pista no está en su mejor estado en algunos tramos y puede complicarse mucho si ha llovido recientemente, con el barro dificultando el avance. Las pendientes son pronunciadas, con inclinaciones que alcanzan hasta el 26%, lo que hace que esta fase de la ruta sea físicamente exigente desde el principio. Tras la caminata, el hayedo se abre y deja paso a un terreno descubierto
El siguiente tramo es especialmente duro y es donde la ruta comienza a mostrar su verdadera dificultad. Se trata de avanzar hacia el Paso del Abate, cubriendo una distancia de 800 metros que puede tomar una hora o más debido a la naturaleza del terreno. Aquí no hay una senda clara, solo una ladera extremadamente empinada, con una inclinación del 35%, cubierta de hierba alta que obliga a levantar las piernas con gran esfuerzo en cada paso. El uso de bastones no es muy efectivo ya que estos se hunden hasta un metro en la vegetación, aumentando la fatiga y haciendo que el progreso sea lento y agotador. En esta parte de la ruta, perder el equilibrio puede resultar peligroso pues el riesgo de rodar pendiente abajo es alto. Tanto si se ataca la pendiente de frente como si se hace zigzag para intentar suavizar la inclinación, el esfuerzo es enorme
El Paso del Abate, un terreno rocoso y sin senda, ofrece un respiro en cuanto a vegetación alta pero añade un nuevo reto. Aunque permite ganar altura más rápidamente, no deja de ser peligroso ya que avanzar entre las rocas requiere trepar y encontrar el mejor paso para cada uno. En caso de una caída, las consecuencias podrían ser graves dado lo abrupto del terreno. La sensación de aislamiento es aún más intensa en esta parte de la ruta, donde el montañero debe confiar en su experiencia para elegir la mejor forma de avanzar
Superado este punto crítico, la pendiente se suaviza ligeramente y, aunque el terreno sigue siendo kárstico y sin una senda marcada, orientarse no es complicado. La cima aparece como una planicie despejada donde un solitario buzón montañero señala el punto más alto. Después del duro ascenso, el paisaje ofrece una vista panorámica espectacular, rodeada de rebaños de ovejas, vacas y caballos que pastan tranquilamente. El esfuerzo de llegar hasta aquí se ve ampliamente recompensado por la tranquilidad y la belleza del lugar
El descenso comienza de manera más amable a través de una ladera suave que permite disfrutar de la silueta majestuosa de la Peña Aro frente a nosotros. A medida que se avanza, se llega a una alambrada que marca la entrada a un nuevo hayedo. Hay que cruzar esa alambrada. Este bosque es especialmente húmedo, con los troncos cubiertos de musgo, lo que añade un toque místico al entorno. Durante el descenso, la alambrada sirve como una útil referencia, aunque en un punto es necesario alejarse de ella para encontrar la entrada Este de la cueva de Curtiveranos
La cueva de Curtiveranos es el verdadero corazón oscuro de esta ruta, una trampa silenciosa que parece devorar la luz a medida que avanzas. Con unos 460 metros de desarrollo y un desnivel de 30 metros, su interior se despliega como una inmensa catedral de roca pero bajo esa grandeza se esconde un terreno traicionero: húmedo, resbaladizo y plagado de bloques de roca que parecen dispuestos a bloquear el camino. Cada paso es un desafío y en algunos puntos es imposible ver por dónde continúa la cavidad, como si la cueva misma tratara de ocultar su salida. La oscuridad es total, absoluta; una sombra sofocante que te envuelve apenas te alejas de las bocas. El aire pesado vibra con el aleteo de los murciélagos que de repente cruzan el espacio rozándote la cabeza, como un recordatorio de que este lugar es suyo. Sin una luz frontal te quedas a merced de las tinieblas y cualquier traspié podría ser el inicio de un grave problema. Atravesar Curtiveranos en solitario es una temeridad, una prueba de fuego donde un pequeño error puede dejarte atrapado en un laberinto de roca y oscuridad. La cueva no perdona distracciones y hasta el más pequeño fallo puede convertir una aventura en una pesadilla. La linterna del móvil no es suficiente, ya que se necesitan ambas manos libres para usar los bastones o apoyarse en las rocas
La salida Oeste de la cueva lleva a una ladera con hierba muy alta y mucha pendiente, similar al terreno encontrado antes del Paso del Abate. El descenso desde aquí es complicado y se debe prestar especial atención para evitar caídas. Después de esta ladera se llega al último tramo exigente del día: un hayedo cerrado, con una pendiente del 30%, lleno de troncos caídos y ramas que dificultan tremendamente el avance. La tierra aquí está suelta y resbaladiza, lo que aumenta el riesgo de tropezar o caer. El progreso es muy lento y agotador, ya que no hay ninguna senda marcada y cada montañero debe encontrar su propio camino a través del denso bosque
Finalmente, tras superar este último obstáculo, se llega a una pista forestal que marca el final de la ruta. A lo largo de toda la jornada, el terreno ha sido un reto continuo, desde las pendientes pronunciadas hasta los tramos sin senda y la travesía por la cueva. No es una ruta para principiantes ni para aquellos que buscan una caminata tranquila. Sin embargo, para quienes estén preparados física y mentalmente, ofrece una experiencia montañera inolvidable, con momentos de desafío extremo y paisajes de gran belleza que recompensan todo el esfuerzo
Nota: esta ruta, o parte de ella, es de ida y vuelta. Las indicaciones de los desvíos que se facilitan en el itinerario corresponden a la subida. Es decir, si el WPT marca “Izquierda”, es un desvío a la izquierda al subir, pero a la derecha al bajar
<<< English >>>
According to mendikat.net, there are more than 250 mountains of 1,000 meters or more in Alava. This is Urieta, 1117 meters high
Description of the mountain
Urieta
My ascent
The first thing to warn about this route is its extreme difficulty, becoming dangerous for inexperienced hikers. There are exhausting stretches and, in particular, the cave of Curtiveranos can become a real trap
The starting point of this route is in the small and remote burgalés village of Haedo de Angulo, located at the end of a road and at an altitude of 500 meters above sea level. There is barely enough space to park a couple of cars, which underlines the isolated character of the place. From the beginning, the environment conveys a sense of solitude and intimate contact with nature
The first part of the route takes us through a beautiful beech and oak forest. Despite the beauty of the surroundings, the track is not in its best condition in some sections and can get very complicated if it has rained recently, with mud making progress difficult. The slopes are steep, with gradients reaching up to 26%, making this phase of the route physically demanding from the start. After the hike, the beech forest opens up and gives way to open terrain
The next section is especially hard and is where the route begins to show its true difficulty. It is to advance towards the Abate Pass, covering a distance of 800 meters that can take an hour or more due to the nature of the terrain. Here there is no clear path, only an extremely steep slope, with a 35% incline, covered with tall grass that forces you to lift your legs with great effort at every step. The use of poles is not very effective as they sink up to a meter into the vegetation, increasing fatigue and making progress slow and tiring. In this part of the route, losing your balance can be dangerous as the risk of rolling down the slope is high. Whether attacking the slope head-on or zigzagging to try to soften the incline, the effort is enormous
Abate Pass, a rocky terrain with no trail, offers a break in terms of tall vegetation but adds a new challenge. Although it allows you to gain altitude more quickly, it is still dangerous because moving between the rocks requires climbing and finding the best step for each person. In case of a fall, the consequences could be serious given the steepness of the terrain. The feeling of isolation is even more intense in this part of the route, where the climber must rely on his experience to choose the best way to move forward
Once this critical point is overcome, the slope softens slightly and, although the terrain is still karstic and without a marked path, orientation is not complicated. The summit appears as a clear plain where a solitary mountaineer's letterbox marks the highest point. After the hard ascent, the landscape offers a spectacular panoramic view, surrounded by herds of sheep, cows and horses grazing peacefully. The effort to get here is amply rewarded by the tranquility and beauty of the place
The descent begins in a more pleasant way through a gentle slope that allows us to enjoy the majestic silhouette of Peña Aro in front of us. As you advance, you reach a wire fence that marks the entrance to a new beech forest. You have to cross this fence. This forest is especially humid, with the trunks covered with moss, which adds a mystical touch to the environment. During the descent, the fence serves as a useful reference, although at one point it is necessary to move away from it to find the east entrance to the Curtiveranos cave.
Curtiveranos Cave is the true dark heart of this route, a silent trap that seems to devour the light as you advance. With about 460 meters of development and a drop of 30 meters, its interior unfolds like an immense rock cathedral but under that grandeur hides a treacherous terrain: wet, slippery and riddled with blocks of rock that seem ready to block the trail. Each step is a challenge and at some points it is impossible to see where the cave continues, as if the cave itself is trying to hide its exit. The darkness is total, absolute; a suffocating shadow that envelops you as soon as you move away from the mouths. The heavy air vibrates with the fluttering of the bats that suddenly cross the space brushing against your head, like a reminder that this place is theirs. Without a headlight you are left at the mercy of the darkness and any misstep could be the start of serious trouble. Crossing Curtiveranos alone is foolhardy, a trial by fire where a small mistake can leave you trapped in a labyrinth of rock and darkness. The cave does not forgive distractions and even the smallest mistake can turn an adventure into a nightmare. The cell phone flashlight is not enough, as you need both hands free to use the poles or lean on the rocks
The west exit of the cave leads to a slope with very high grass and a steep incline, similar to the terrain found before the Abate Pass. The descent from here is complicated and special care must be taken to avoid falling. After this slope we reach the last demanding section of the day: a closed beech forest, with a 30% slope, full of fallen trunks and branches that make it extremely difficult to advance. The soil here is loose and slippery, increasing the risk of tripping or falling. Progress is very slow and tiring, as there is no marked trail and each climber must find his own trail through the dense forest
Finally, after overcoming this last obstacle, you reach a forest track that marks the end of the route. Throughout the day, the terrain has been a continuous challenge, from the steep slopes to the pathless sections and the crossing through the cave. This is not a route for beginners or those looking for a leisurely hike. However, for those who are physically and mentally prepared, it offers an unforgettable mountaineering experience, with moments of extreme challenge and landscapes of great beauty that reward all the effort
Note: this route, or part of it, is a round trip. The indications of the detours provided in the itinerary correspond to the ascent. That is to say, if the WPT marks "Left", it is a detour to the left on the way up, but to the right on the way down
Según mendikat.net, en Álava existen más de 250 montes de mil metros o más. Éste es el Urieta, de 1117 metros
Descripción del monte
Urieta
Mi ascensión
Lo primero que hay que advertir sobre esta ruta es su extrema dificultad, llegando a ser peligrosa para senderistas con poca experiencia. Hay tramos agotadores y, en particular, la cueva de Curtiveranos puede convertirse en una auténtica trampa
El punto de partida de esta ruta se encuentra en el pequeño y remoto pueblo burgalés de Haedo de Angulo, situado al final de una carretera y a una cota de 500 metros de altitud. Apenas hay espacio para aparcar un par de coches, lo que subraya el carácter aislado del lugar. Desde el comienzo, el entorno transmite una sensación de soledad y contacto íntimo con la naturaleza
La primera parte del recorrido nos lleva a través de un hermoso bosque de hayas y robles. A pesar de la belleza del entorno, la pista no está en su mejor estado en algunos tramos y puede complicarse mucho si ha llovido recientemente, con el barro dificultando el avance. Las pendientes son pronunciadas, con inclinaciones que alcanzan hasta el 26%, lo que hace que esta fase de la ruta sea físicamente exigente desde el principio. Tras la caminata, el hayedo se abre y deja paso a un terreno descubierto
El siguiente tramo es especialmente duro y es donde la ruta comienza a mostrar su verdadera dificultad. Se trata de avanzar hacia el Paso del Abate, cubriendo una distancia de 800 metros que puede tomar una hora o más debido a la naturaleza del terreno. Aquí no hay una senda clara, solo una ladera extremadamente empinada, con una inclinación del 35%, cubierta de hierba alta que obliga a levantar las piernas con gran esfuerzo en cada paso. El uso de bastones no es muy efectivo ya que estos se hunden hasta un metro en la vegetación, aumentando la fatiga y haciendo que el progreso sea lento y agotador. En esta parte de la ruta, perder el equilibrio puede resultar peligroso pues el riesgo de rodar pendiente abajo es alto. Tanto si se ataca la pendiente de frente como si se hace zigzag para intentar suavizar la inclinación, el esfuerzo es enorme
El Paso del Abate, un terreno rocoso y sin senda, ofrece un respiro en cuanto a vegetación alta pero añade un nuevo reto. Aunque permite ganar altura más rápidamente, no deja de ser peligroso ya que avanzar entre las rocas requiere trepar y encontrar el mejor paso para cada uno. En caso de una caída, las consecuencias podrían ser graves dado lo abrupto del terreno. La sensación de aislamiento es aún más intensa en esta parte de la ruta, donde el montañero debe confiar en su experiencia para elegir la mejor forma de avanzar
Superado este punto crítico, la pendiente se suaviza ligeramente y, aunque el terreno sigue siendo kárstico y sin una senda marcada, orientarse no es complicado. La cima aparece como una planicie despejada donde un solitario buzón montañero señala el punto más alto. Después del duro ascenso, el paisaje ofrece una vista panorámica espectacular, rodeada de rebaños de ovejas, vacas y caballos que pastan tranquilamente. El esfuerzo de llegar hasta aquí se ve ampliamente recompensado por la tranquilidad y la belleza del lugar
El descenso comienza de manera más amable a través de una ladera suave que permite disfrutar de la silueta majestuosa de la Peña Aro frente a nosotros. A medida que se avanza, se llega a una alambrada que marca la entrada a un nuevo hayedo. Hay que cruzar esa alambrada. Este bosque es especialmente húmedo, con los troncos cubiertos de musgo, lo que añade un toque místico al entorno. Durante el descenso, la alambrada sirve como una útil referencia, aunque en un punto es necesario alejarse de ella para encontrar la entrada Este de la cueva de Curtiveranos
La cueva de Curtiveranos es el verdadero corazón oscuro de esta ruta, una trampa silenciosa que parece devorar la luz a medida que avanzas. Con unos 460 metros de desarrollo y un desnivel de 30 metros, su interior se despliega como una inmensa catedral de roca pero bajo esa grandeza se esconde un terreno traicionero: húmedo, resbaladizo y plagado de bloques de roca que parecen dispuestos a bloquear el camino. Cada paso es un desafío y en algunos puntos es imposible ver por dónde continúa la cavidad, como si la cueva misma tratara de ocultar su salida. La oscuridad es total, absoluta; una sombra sofocante que te envuelve apenas te alejas de las bocas. El aire pesado vibra con el aleteo de los murciélagos que de repente cruzan el espacio rozándote la cabeza, como un recordatorio de que este lugar es suyo. Sin una luz frontal te quedas a merced de las tinieblas y cualquier traspié podría ser el inicio de un grave problema. Atravesar Curtiveranos en solitario es una temeridad, una prueba de fuego donde un pequeño error puede dejarte atrapado en un laberinto de roca y oscuridad. La cueva no perdona distracciones y hasta el más pequeño fallo puede convertir una aventura en una pesadilla. La linterna del móvil no es suficiente, ya que se necesitan ambas manos libres para usar los bastones o apoyarse en las rocas
La salida Oeste de la cueva lleva a una ladera con hierba muy alta y mucha pendiente, similar al terreno encontrado antes del Paso del Abate. El descenso desde aquí es complicado y se debe prestar especial atención para evitar caídas. Después de esta ladera se llega al último tramo exigente del día: un hayedo cerrado, con una pendiente del 30%, lleno de troncos caídos y ramas que dificultan tremendamente el avance. La tierra aquí está suelta y resbaladiza, lo que aumenta el riesgo de tropezar o caer. El progreso es muy lento y agotador, ya que no hay ninguna senda marcada y cada montañero debe encontrar su propio camino a través del denso bosque
Finalmente, tras superar este último obstáculo, se llega a una pista forestal que marca el final de la ruta. A lo largo de toda la jornada, el terreno ha sido un reto continuo, desde las pendientes pronunciadas hasta los tramos sin senda y la travesía por la cueva. No es una ruta para principiantes ni para aquellos que buscan una caminata tranquila. Sin embargo, para quienes estén preparados física y mentalmente, ofrece una experiencia montañera inolvidable, con momentos de desafío extremo y paisajes de gran belleza que recompensan todo el esfuerzo
Nota: esta ruta, o parte de ella, es de ida y vuelta. Las indicaciones de los desvíos que se facilitan en el itinerario corresponden a la subida. Es decir, si el WPT marca “Izquierda”, es un desvío a la izquierda al subir, pero a la derecha al bajar
<<< English >>>
According to mendikat.net, there are more than 250 mountains of 1,000 meters or more in Alava. This is Urieta, 1117 meters high
Description of the mountain
Urieta
My ascent
The first thing to warn about this route is its extreme difficulty, becoming dangerous for inexperienced hikers. There are exhausting stretches and, in particular, the cave of Curtiveranos can become a real trap
The starting point of this route is in the small and remote burgalés village of Haedo de Angulo, located at the end of a road and at an altitude of 500 meters above sea level. There is barely enough space to park a couple of cars, which underlines the isolated character of the place. From the beginning, the environment conveys a sense of solitude and intimate contact with nature
The first part of the route takes us through a beautiful beech and oak forest. Despite the beauty of the surroundings, the track is not in its best condition in some sections and can get very complicated if it has rained recently, with mud making progress difficult. The slopes are steep, with gradients reaching up to 26%, making this phase of the route physically demanding from the start. After the hike, the beech forest opens up and gives way to open terrain
The next section is especially hard and is where the route begins to show its true difficulty. It is to advance towards the Abate Pass, covering a distance of 800 meters that can take an hour or more due to the nature of the terrain. Here there is no clear path, only an extremely steep slope, with a 35% incline, covered with tall grass that forces you to lift your legs with great effort at every step. The use of poles is not very effective as they sink up to a meter into the vegetation, increasing fatigue and making progress slow and tiring. In this part of the route, losing your balance can be dangerous as the risk of rolling down the slope is high. Whether attacking the slope head-on or zigzagging to try to soften the incline, the effort is enormous
Abate Pass, a rocky terrain with no trail, offers a break in terms of tall vegetation but adds a new challenge. Although it allows you to gain altitude more quickly, it is still dangerous because moving between the rocks requires climbing and finding the best step for each person. In case of a fall, the consequences could be serious given the steepness of the terrain. The feeling of isolation is even more intense in this part of the route, where the climber must rely on his experience to choose the best way to move forward
Once this critical point is overcome, the slope softens slightly and, although the terrain is still karstic and without a marked path, orientation is not complicated. The summit appears as a clear plain where a solitary mountaineer's letterbox marks the highest point. After the hard ascent, the landscape offers a spectacular panoramic view, surrounded by herds of sheep, cows and horses grazing peacefully. The effort to get here is amply rewarded by the tranquility and beauty of the place
The descent begins in a more pleasant way through a gentle slope that allows us to enjoy the majestic silhouette of Peña Aro in front of us. As you advance, you reach a wire fence that marks the entrance to a new beech forest. You have to cross this fence. This forest is especially humid, with the trunks covered with moss, which adds a mystical touch to the environment. During the descent, the fence serves as a useful reference, although at one point it is necessary to move away from it to find the east entrance to the Curtiveranos cave.
Curtiveranos Cave is the true dark heart of this route, a silent trap that seems to devour the light as you advance. With about 460 meters of development and a drop of 30 meters, its interior unfolds like an immense rock cathedral but under that grandeur hides a treacherous terrain: wet, slippery and riddled with blocks of rock that seem ready to block the trail. Each step is a challenge and at some points it is impossible to see where the cave continues, as if the cave itself is trying to hide its exit. The darkness is total, absolute; a suffocating shadow that envelops you as soon as you move away from the mouths. The heavy air vibrates with the fluttering of the bats that suddenly cross the space brushing against your head, like a reminder that this place is theirs. Without a headlight you are left at the mercy of the darkness and any misstep could be the start of serious trouble. Crossing Curtiveranos alone is foolhardy, a trial by fire where a small mistake can leave you trapped in a labyrinth of rock and darkness. The cave does not forgive distractions and even the smallest mistake can turn an adventure into a nightmare. The cell phone flashlight is not enough, as you need both hands free to use the poles or lean on the rocks
The west exit of the cave leads to a slope with very high grass and a steep incline, similar to the terrain found before the Abate Pass. The descent from here is complicated and special care must be taken to avoid falling. After this slope we reach the last demanding section of the day: a closed beech forest, with a 30% slope, full of fallen trunks and branches that make it extremely difficult to advance. The soil here is loose and slippery, increasing the risk of tripping or falling. Progress is very slow and tiring, as there is no marked trail and each climber must find his own trail through the dense forest
Finally, after overcoming this last obstacle, you reach a forest track that marks the end of the route. Throughout the day, the terrain has been a continuous challenge, from the steep slopes to the pathless sections and the crossing through the cave. This is not a route for beginners or those looking for a leisurely hike. However, for those who are physically and mentally prepared, it offers an unforgettable mountaineering experience, with moments of extreme challenge and landscapes of great beauty that reward all the effort
Note: this route, or part of it, is a round trip. The indications of the detours provided in the itinerary correspond to the ascent. That is to say, if the WPT marks "Left", it is a detour to the left on the way up, but to the right on the way down
Waypoints
Waypoint
3,127 ft
Alambrada // Wire fence
Waypoint
3,140 ft
Comienza el bosque // Forest starts
Intersection
2,380 ft
Cruce con pista. Seguir derecha // Cross with track. Follow right
Intersection
2,069 ft
Dejar pista por la derecha // Leave track on the right
Waypoint
3,383 ft
No seguir la alambrada // Don't follow the wire fence
Car park
1,590 ft
Parking
Waypoint
3,572 ft
Pasar la alambrada // Cross the wire fence
Waypoint
3,093 ft
Paso del Abate // Abate pass
Waypoint
2,097 ft
Pista // Track
Waypoint
1,720 ft
Puerta // Gate
Intersection
2,521 ft
Seguir pendiente por la derecha // Follow the slope on the right
Intersection
1,856 ft
Seguir pista principal por la derecha // Follow main track on the right
Summit
3,665 ft
Urieta (1117 m)
WGS84 30T 487215 4763729 WGS84 43° 01' 34,09″N 3° 09' 24,92″W Mendikat Urieta (1117 m)
Comments (5)
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Muy buena descripción. Yo solo quiero travesar la cueva. Es posible q lo pueda hacerlo con un pastor alemán con experiencia en la montaña, pero no en cuevas?. Gracias
No soy experto en perros pero pienso que debes iluminar bien al suelo que va a pisar el perro porque no se ve absolutamente nada. El suelo, la pendiente y las piedras en sí no creo que sean un problema para él pero lo mismo se te queda parado si no ve bien donde tiene que poner las patas
Otro punto a tener en cuenta es lo de los murciélagos. Hay muchos y pasan volando cerca. No sé si el perro se puede asustar
Lo que considero imprescindible es llevarlo con correa, a menos que quieras que se pierda dentro de la cueva y tú, con él. Puedes probar a ver cómo se va aclimatando a la cueva según se va oscureciendo el camino
Muchas gracias por tus ideas que son de ayuda para mi y para mí perro. He leído q la cueva no es complicada y solo tiene una galería y no es posible perderse. Me lo puedes corroborar dicha información?. Gracias por la rapidez en contestarme.
Es cierto que sólo tiene una galería pero tiene algún punto en el que no se intuye claramente la dirección a seguir. Hay que pararse y buscar. Aunque yo hice la ruta en dirección descendente, en algún punto hay que subir y eso te puede desorientar. Es muy amplia y alta, nada de agacharse para reptar por pasos estrechos ni cosas de esas. No pierdas la calma si no lo ves claro. Quizá tengas que desandar unos metros y probar por otro lado. Quizá el perro y su olfato te guíen bien hacia la salida
Cuidado con los resbalones. te lo digo por triple experiencia. El suelo tiene un barrillo muy fino y resbaladizo. Caerte puede ser peligroso porque te puedes hacer un esguince y estás en una cueva. Informa a alguien de que vas a ir a esa cueva, por si acaso
Cuéntame cuando hayas ido, a ver cómo la has visto
Lleva luz frontal. Dos mejor que una. Si te caes y se rompe puedes vértelas en un aprieto. Lleva una puesta y otra de repuesto. Necesitas las dos manos para los bastones; nada de ir con la luz del móvil