Alájar circular por Rivera Santa Ana, Bosque de los Libros, Chorros de Joyarancón, Castaño del Robledo y Peña Arias Montano

Alájar circular por la Rivera de Santa Ana, el Bosque de los Libros, los Chorros de Joyarancón, Castaño del Robledo y la Peña de Arias Montano 17 Km.

Podemos dividir esta ruta en cuatro tramos perfectamente diferenciados, pues cada uno de ellos presenta características propias que le confieren singularidad única. Los más bonitos son el que transcurre por la Rivera de Santa Ana y el tramo entre Castaño del Robledo y la Peña Arias Montano, pero los otros dos aportan paisajes diferentes que hacen que la ruta te sorprenda constantemente.

El primer tramo es el que transcurre desde Alájar hasta alcanzar la Rivera de Santa Ana. Iniciamos nuestro camino en el parking del pueblo, desde donde nos dirigiremos hacia el centro del mismo para desviarnos más adelante en dirección sur por la calle Maestro Aurelio Rodríguez, al final de la cual comienza nuestro estrecho sendero, encajonado entre muretes de piedra. Las características de estos estrechos y pintorescos senderos por los que discurriremos durante este primer tramo, flanqueados de diferente arbolado como alcornoques y encinas nos garantizan bastante sombra.

Posteriormente nos desviaremos por un sendero empedrado a la altura de la aldea de El Collado, por la que no llegaremos a pasar, y continuaremos en dirección a la aldea de El Cabezuelo, que sí atravesaremos no sin antes tomar una bonita foto en la pequeña poza del Barranco de la Tejonera a nuestro paso por él.

Abandonamos la aldea de El Cabezuelo por otro estrecho sendero de características similares al que traíamos hasta que ya a la altura del waypoint número 9, cuando llevamos unos 3 km de marcha, éste comienza a ganar amplitud y comodidad en su terreno, lo cual nos permitirá llevar un paso más alegre hasta alcanzar la Rivera de Santa Ana.

Será aquí, una vez atravesado el pequeño puente de madera que vadea la rivera, donde comenzamos el segundo tramo de nuestra ruta, girando bruscamente a la derecha en dirección al puente de Los Casares, siguiendo la rivera en dirección noroeste y sumergiéndonos en el Bosque de Las Letras. Aquí comienza una de las partes más bellas de la ruta, un paseo maravilloso a lo largo de la Rivera, con mucha sombra y frescor y el constante murmullo de las aguas discurriendo por su cauce.

Aún nos toparemos con otros dos pequeños puentes de madera que habremos de cruzar para ir alternando nuestro camino a uno y otro lado de la rivera, antes de alcanzar un punto en el que encontraremos un pequeño depósito de libros. Se trata de una bonita iniciativa a través de la cual podemos intercambiar algún libro que llevemos por otro que allí se encuentre. Volveremos a encontrar otro depósito similar cuando lleguemos a los Chorros de Joyarancón. Unos 200m más adelante nos toparemos con la carretera HU-8105 que une Alájar con Santa Ana, la cual podemos atravesar con cuidado o hacerlo por debajo, ya que nuestro sendero también lo permite pasando por debajo de un pequeño puente. Al otro lado de la carretera hallaremos varios paneles informativos, y otros 200m. más adelante el puente de Los Casares.

El tercer tramo de nuestra ruta corresponde al sendero oficial “Castaño del Robledo - Puente de Los Casares”, que realizaremos en sentido inverso, desviándonos momentáneamente para visitar los chorros de Joyarancón, un salto de agua de unos 50m. que en estas fechas aún nos ofrece un bonito espectáculo, pues trae suficiente agua. En el desvío a los chorros, una señal de tráfico nos advierte que cuando regresemos de vuelta a este punto nuestro camino hacia Castaño del Robledo comenzará con un desnivel del 25% durante los primeros 200m. para suavizarse algo después en lo que será un tramo de ascenso continuado por una pista ancha y cómoda de transitar.

No obstante, y a pesar de ser la parte de nuestra ruta más expuesta al sol, la presencia de diferente arbolado nos garantiza sombra intermitente, y algún que otro tramo de llaneo nos permitirá tomar aliento entre los diferentes toboganes que iremos encontrando. Al principio observaremos zarzas y encinas a nuestro paso y, a partir de la zona llamada Los Llanazos, abundarán los pinos de Flandes, alcornoques y castaños, además de jaras y brezos. A la altura del waypoint 24 encontraremos un cruce de caminos donde varios carteles nos informan de varios senderos que se han recuperado recientemente, como el de Cañadahonda y el de Trebolares, y que merece la pena tener en cuenta para futuras salidas.

Finalmente nos topamos con el cementerio de Castaño del Robledo, y accedemos a la localidad por el sur de la misma a través de la calle Virgen del Rosario, que desciende hasta una carretera sin apenas tránsito rodado por la que caminamos unos 100m hasta adentrarnos por la calle Santa Ana que nos llevará al centro del pueblo. Este es el tramo más duro de la ruta, ya que en apenas 3 km hemos superado un desnivel de unos 200m, aunque distraídos por el paisaje el esfuerzo se ha minimizado. Toca ahora tomarnos un merecido descanso para reponer fuerzas. Castaño dispone de poca oferta gastronómica, e incluso es posible que no encontremos ningún establecimiento abierto, por lo que teniendo en cuenta que se trata de la única localidad que encontraremos a nuestro paso (El Cabezuelo tampoco dispone de bares), es recomendable que llevemos provisiones suficientes de agua y comida en la mochila. El entorno de la Iglesia Inacabada es un bonito lugar donde realizar una parada para comer el bocadillo.

El siguiente tramo discurre entre Castaño del Robledo y Alájar, y para ello nos dirigiremos al este de la localidad por la calle Arias Montano, para salirnos a la derecha por una callejuela donde encontraremos un panel informativo de un sendero que en parte coincidirá con el nuestro. Un camino empedrado y sombrío flanqueado por muros de piedras y un cortejo de encinas, alcornoques, pinos, madroños, castaños y quejigos nos llevará hasta el sendero “Rodeo al Cerro del Castaño” (uno de los más visitados en época de castañas), el cual recorreremos parcialmente.

Posteriormente, tenemos dos opciones para salirnos de este sendero con dirección a Alájar; la primera sería cogiendo el primer desvío que sale en dirección a la aldea de El Calabacino, por la que accederíamos al pueblo por el parking situado al oeste del mismo; en nuestro caso, tomaremos el siguiente desvío, a la altura del Puerto de Galaroza (punto en el que, además de castañares podemos encontrar la mayor mancha de quejigos de todo el parque natural), que nos llevará hasta la Peña de Arias Montano, desde donde podremos disfrutar de unas fantásticas vistas, tanto del sur de la sierra como de Alájar. Será un tramo de descenso continuado con sombra intermitente.

Antes de llegar allí aún encontraremos dos cruces de camino; el primero ofrece un sendero a la izquierda que conduce a Fuenteheridos a través del camino de los Conejales primero y el de la Urraleda después. El segundo, un sendero a la derecha que contacta con la aldea de El Calabacino. En nuestro caso obviaremos ambos, pero conviene tenerlos en cuenta para posteriores salidas, a cuyo fin dejaré enlaces de algunas rutas que pasan por aquí en el apartado de comentarios.

Una vez hemos disfrutado de las fantásticas vistas que nos ofrece el mirador de la Peña Arias Montano, e incluso hemos tenido ocasión de visitar el Santuario Nuestra Señora de Los Ángeles situado en el mismo recinto, sólo nos queda descender hasta Alájar, y para evitar hacerlo por la carretera tomaremos un camino empedrado situado junto a ella que nos llevará hasta el pueblo a través de la calle Arias Montano, callejeando y atravesando la localidad de este a oeste hasta llegar al parking donde dejamos nuestro vehículo y daremos por finalizada nuestra ruta.

La naturaleza siempre nos reconforta, nos reequilibra y, con su extraordinaria belleza y sencillez, nos recuerda que formamos parte de ella y de su entorno. Por eso, aquí nos sentimos como en casa. La vida es el camino, pero el camino nos da la vida.