Alájar - Castaño del Robledo - Chorro de Joyarancón - Bosque de las Letras - Alájar

Ruta circular. La ruta comienza en el centro de Alájar. Tras callejear y pasear por sus calles de morfología irregular y ver la arquitectura religiosa y las fachadas de las viviendas populares de Alájar -después de haber desayunado en uno de los bares de la plaza- se cruza la carretera y te adentras en en un camino ascendente durante unos cinco kilómetros, camino en buen estado flanqueado por muros de piedra cubiertos unas veces por musgos, otras por yedras. Cuando llegues a lo más alto, sin ser la subida muy exigente, la energía consumida será mayor que la almacenada en el desayuno por muy grande que sea el mollete que te hayas comido. Te acompañará un paisaje fundamentalmente de alcornoques y castaños. A partir de aquí comienzas la bajada hasta el pequeño y hermoso pueblo de Castaño del Robledo, donde puedes volver a almacenar un poco de energía para la vuelta en uno de los bares de la plaza y descansar un ratito.
A partir de aquí, salvo la pequeña subida hasta el cementerio del pueblo, casi todo el recorrido se realiza en suave bajada, sin apenas desniveles, tranquila, acompañada de dehesas de encinas salpicadas con alcornoques y monte bajo, surcado por arroyos y dando lugar a un paisaje atractivo y de gran belleza. En este tramo, puedes realizar un desvío de unos 300 metros hasta la Cascada del Chorro de Jayarancón. Merece la pena detenerse un ratito y tomar una fruta. Tras volver a la ruta y atravesar la carretera, caminarás paralelo a la Ribera de Santa Ana, un camino fresco y húmedo de galerías, que cruzarás varias veces por puentes y pasarelas de madera para salvar el cauce. Un remanso de tranquilidad que te llevará por el Bosque de las Letras serpenteando caminos acotados por muros de piedra que lo separan de las dehesas hasta la llegada a Alájar.
La ruta se realiza íntegramente en el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche entre los municipios de Alájar, Castaño del Robledo y Santa Ana la Real. Los lugareños piden a los visitantes que disfruten del paisaje y cuando se marchen dejen sus huellas y nada más. Yo, además, recomiendo que prueben la gastronomía de la zona y disfruten de la arquitectura popular.