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Ajamil (La Rioja), Monte Real. Subida a Canto Hincado (1760 mts). Marzo de 2018.

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Author

Trail stats

Distance
9.94 mi
Elevation gain
2,621 ft
Technical difficulty
Difficult
Elevation loss
2,621 ft
Max elevation
5,610 ft
TrailRank 
61
Min elevation
3,066 ft
Trail type
Loop
Time
9 hours 45 minutes
Coordinates
727
Uploaded
April 1, 2018
Recorded
March 2018
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near Ajamil, La Rioja (España)

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Trail photos

Photo ofAjamil (La Rioja), Monte Real. Subida a Canto Hincado (1760 mts). Marzo de 2018. Photo ofAjamil (La Rioja), Monte Real. Subida a Canto Hincado (1760 mts). Marzo de 2018. Photo ofAjamil (La Rioja), Monte Real. Subida a Canto Hincado (1760 mts). Marzo de 2018.

Itinerary description

Sufrida pero inolvidable ruta que discurre por el término de Ajamil (La Rioja).

Señalar de antemano que existen itinerarios más sencillos que se basan fundamentalmente en discurrir por pistas y caminos acondicionados para vehículos y personas. En nuestro caso hemos diseñado esta ruta, de modo que pudiéramos hacer tramos campo a través, con el fin de aprender mejor a sortear dificultades que todo senderista o montañero debiera conocer.

No se trata de una zona con pendientes excesivamente elevadas y tampoco hay que recurrir a técnicas especiales de montañismo, ni tampoco se puede hablar de soportar especiales dificultades climatológicas si evitamos días con precipitaciones.

Hay que indicar que el recorrido, presenta otro tipo de complicaciones derivadas de la necesidad de disponer en todo momento de una herramienta que nos permita situarnos y seguir la dirección correcta del itinerario (dispositivo Gps). Pero sin duda alguna, la principal dificultad viene derivada de la abundancia de vegetación selvática (arbustiva) que existe en varios tramos, por la falta de labores de desbroce o la carencia de una cabaña ganadera adecuada a la zona.

Tampoco nos podemos olvidar de que la nieve, ocasiona otro tipo de problemas, que en nuestro caso se tradujeron en la dificultad de avanzar en tramos, en los que debido a la época de comienzo del deshielo, aquella se encontraba demasiado blanda en zonas que de por sí, eran algo más complicadas por tener pendientes algo más pronunciadas, lo cual hace necesario el uso de raquetas de nieve o en su ausencia, una buena dosis de aguante y paciencia.

Es por todo ello, que no recomendamos hacer esta ruta a aquellas personas que no vayan convenientemente equipadas, preparadas e informadas de la ruta. No nos consideramos grandes especialistas en rutas difíciles, por lo que sí podemos imaginar, que para aquellos montañeros que hayan hecho recorridos similares, éste que describimos puede resultar altamente satisfactorio, siempre y cuando no alberguen ninguna duda de poder moverse sin dificultad en el campo a través o en zonas donde los caminos estén totalmente enmascarados por la nieve.

Hemos desgranado bastante el recorrido, precisamente, para aumentar el número de referencias que se puedan tener en cuenta para asegurar en todo momento que la situación y el rumbo son los correctos.

Otro de los condicionantes de la ruta es el número de horas necesarias para terminarlo. Aunque en nuestro caso no podemos decir que llevásemos un ritmo rápido, se recomienda que si se hace la marcha en época invernal, se madrugue lo máximo posible para no tener que caminar contra reloj en las últimas etapas.

El recorrido consta de una primera parte que discurre paralela al Rio Vargas por pista, otra segunda fase que supone la mayor ganancia de altura desde el lugar en que se cruza el río, hasta la cresta superior donde se encuentra el ancho cortafuegos que nos lleva a Canto Hincado. Otra tercera etapa de transición que discurre entre Canto Hincado y la cota 1723 pasando por el Collado de la Ventana, y a partir de dicha cota, descenso continuo, primero a través de un pinar, y más tarde por terreno abierto. Finalmente, el último tramo es paralelo al primero que hicimos, pero por la otra orilla y siguiendo una senda perfectamente transitable que hay en la empinada ladera que limita el curso del Río Vargas por su lado oeste.

El equipamiento necesario es el habitual (ropa de abrigo ligera, bastones, polainas, botas de cuero, gorro y guantes), al que hay que añadir un par de raquetas de nieve (los más intrépidos podrían prescindir de ellas pero no es aconsejable). Y lo principal, dispositivo Gps y brújula. Nosotros utilizamos un móvil con pantalla de al menos 5,5' o una tablet con la aplicación IGN (Android), que permite memorizar en casa el mapa topográfico de la zona que vamos a recorrer y también nos permite trazar el recorrido previsto o cargar un track, así como ir grabando toda la ruta que vamos realizando para cercionarnos de que seguimos correctamente el recorrido previsto. A ser posible, utilizar dispositivo con batería extraible y pila de repuesto o incluso dos móviles como hacemos nosotros por si hay pérdida de contacto en el grupo.

El itinerario puede variarse, sobre todo, en los tramos de descenso, siempre y cuando lo diseñemos previamente y en ningún momento dejemos de utilizar el Gps y el mapa de la zona.

Todos los lugares que se van describiendo, se pueden visualizar en el mapa topográfico que facilita el Instituto Geográfico Nacional y que es accesible en Internet en el link: http://www.ign.es/iberpix2/visor/. O simplemente poniendo "iberpix" en el buscador de Google.

Por último, señalar que hemos incluido un gran número de fotografías que servirán para quienes simplemente, quieran hacerse un esquema sencillo del recorrido. En este caso, el consejo es el de visualizarlas en ordenador o portátil convencional para poder leer el texto que acompaña a cada foto.

Waypoints

PictographCar park Altitude 0 ft
Photo ofAjamil de Cameros Photo ofAjamil de Cameros

Ajamil de Cameros

Lugar de inicio y final del recorrido. Para llegar al pueblo se accede por la carretera que recorre el Valle del Rio Leza, y tras rebasar San Román de Cameros, tomaremos un desvío a la izquierda para cruzar un puente, y seguidamente, tomar otro desvío a la derecha que nos conducirá primero a Rabanera y después a Ajamil de Cameros. El pueblo está bien acondicionado en cuanto a calles, fuentes y lugares de recreo, y nada más llegar a él, existe una zona de aparcamiento para dejar el coche y prepararnos para la marcha. También existe un local de la Asociación de vecinos en la antigua escuela, para los que busquen un lugar donde sentarse a gusto y charlar. El inicio de la ruta trascurre en la misma dirección que seguimos al venir con el coche, paralelos al Rio Rabanera (foto 2), de forma, que al salir del núcleo urbano, nos situaremos en una pista que iremos siguiendo en la primera etapa. Nada más salir del pueblo veremos en la otra orilla del río, un área recreativa con merenderos.

PictographRiver Altitude 0 ft
Photo ofPista de Pradito Gil.

Pista de Pradito Gil.

Tras rebasar la zona del área recreativa y la Ermita de San Martín, continuamos en la misma dirección, por la pista que discurre paralela al río, y que algunos conocerán como el camino que conduce hasta el refugio de Pradito Gil, a unos seis kilómetros del pueblo. Nosotros solo recorrimos aproximadamente un kilómetro y medio, hasta llegar a un punto en el que existe un paso para vadear el río. Dicho paso en realidad es una viga que contiene la tubería de agua que abastece el pueblo y que se continúa con un camino que va paralelo al Barranco de las Urdantes o del Abejar. Durante el recorrido por la pista, nos deleitaremos con la sonoridad de la corriente del Río Vargas (ver foto), que más adelante, pasa a denominarse Río Rabanera.

PictographBridge Altitude 0 ft
Photo ofCruce del Rio Vargas.

Cruce del Rio Vargas.

Tal como hemos señalado en el punto anterior, se trata de un punto para poder vadear el río y comenzar así la ruta por la zona de monte.

PictographRiver Altitude 0 ft
Photo ofSendero del Barranco del Abejar. Photo ofSendero del Barranco del Abejar.

Sendero del Barranco del Abejar.

Este tramo en realidad no estaba previsto, ya que la ruta, tras cruzar el río, transcurre por la cresta de la ladera que nos encontramos en frente, dejando por tanto el camino (sendero), a la izquierda. No obstante, nos permitió ver de cerca la fuerza con que baja el agua del Barranco (foto 2), pero al percatarnos de nuestro desliz, tuvimos que rectificar el rumbo y empezar a ascender por la escarpada ladera que hay a la derecha, para así, alcanzar la cresta de la loma y poder continuar por el itinerario previamente trazado en la aplicación IGN. A lo largo del camino (foto 1), se intercalan varias casetas que son registros de la tubería de agua que se encuentra soterrada en el sendero.

PictographPanorama Altitude 0 ft
Photo ofLas Urdantes Photo ofLas Urdantes Photo ofLas Urdantes

Las Urdantes

Es la primera zona que plantea una dificultad real. El tramo discurre por la cresta que arranca junto al Río Vargas hasta una pista forestal situada dos kilómetros más arriba, salvando un desnivel de trescientos cincuenta metros. Lo peor no es la distancia ni el desnivel, sino la abundancia de vegetación arbustiva que lo invade todo y que hace casi imposible el tránsito (fotos 1 y 3). De hecho, en algún momento dudamos de poder continuar la marcha. Existen algunas artimañas para buscar salidas, entre las cuales, una que venimos utilizando, es la de seguir el rastro que dejan los animales. Con todo, según la situación en que nos encontremos, no es descartable tener que abandonar y volver. En nuestro caso teníamos todavía muchas horas por delante y aún no acusábamos el cansancio, por lo que decidimos continuar. Señalar, que a mitad de recorrido, nos encontraremos delante, una elevación que de frente tiene bastante pendiente, pero que es posible sortearla por el flanco izquierdo, discurriendo por laderas algo más asequibles. Durante los dos kilómetros, ya empezamos a disfrutar de excelentes vistas. En primer lugar la perspectiva de toda la zona que vamos dejando atrás, pudiendo distinguir a lo lejos, el pueblo de Ajamil, y más cerca, las laderas que envuelven el curso del Rio Vargas (foto 2). Un poco más arriba, ya tenemos a la vista una de las cumbres que iremos viendo prácticamente durante todo el recorrido, las cimas de Cerro Castillo (1688 mts) y Cerro Calvo (foto 4). También tendremos momentos de respiro en pequeñas zonas casi llanas y con menos vegetación, por estar más a la interperie (foto 5). La pauta que vamos siguiendo, es la de elegir antes las crestas que los barrancos, ya que en las primeras, siempre encontraremos zonas despejadas, mientras que en los segundos, el fracaso está casi asegurado, de no ser que exista algún camino o pista paralelo.

PictographIntersection Altitude 0 ft
Photo ofCruce para subir al Cerro La Peña. Photo ofCruce para subir al Cerro La Peña.

Cruce para subir al Cerro La Peña.

Tras superar la cresta de Las Urdantes, llegamos a una pista forestal (foto 1), que en sentido ascendente, lleva hacia la llamada zona de Prado del Santo, pero nosotros tomamos dirección descendente, y tras recorrer quinientos metros, llegamos a un camino que arranca de la pista por la izquierda según venimos (ver foto 2). Dicho camino es el principio del siguiente tramo de ascensión que nos ha de conducir a la cresta superior, en un recorrido total de casi tres kilómetros y otros trescientos cincuenta metros de desnivel.

PictographPanorama Altitude 0 ft
Photo ofCota 1446 Photo ofCota 1446 Photo ofCota 1446

Cota 1446

Una vez hemos empezado a ascender por el camino que arranca de la pista, a los doscientos metros, encontramos una zona abierta a la derecha en la que podemos dejar el camino para visitar una cota próxima, la 1446. A pesar de la abundancia de jaras, no existe excesiva dificultad para atravesar la maraña arbustiva y situarnos en la pequeña cima, desde la cual, tendremos oportunidad de contemplar varias panorámicas del entorno: Cerro Castillo y Cerro Calvo a la izquierda, más a la derecha, Las Inciervas, Bláscora y Piedramujer (debajo se situaría Ajamil aunque desde aquí ya no lo vemos), y encima de esta última elevación, asoma perfectamente a lo lejos, el San Lorenzo y la Sierra de la Demanda (fotos 1, 2 y 6). En primer plano tenemos el valle en "V" socabado por el Rio Vargas (foto 3).

PictographTree Altitude 0 ft
Photo ofSubida al Cerro La Peña. Photo ofSubida al Cerro La Peña. Photo ofSubida al Cerro La Peña.

Subida al Cerro La Peña.

Después de volver al camino por el que veníamos, seguimos ascendiendo sin dificultad. Poco a poco, el terreno va incrementando su pendiente y empiezan a alternarse la nieve y el agua del deshielo que invade el camino en algunos tramos (fotos 2 y 5). Más arriba, nos encontramos una pequeña semiplanicie en la que surgen como setas gigantes, bellísimos ejemplares de acebo (fotos 3 y 4), que crecen salteados de forma espontánea, para deleite de los que sean aficionados a la botánica. A partir de aquí, el camino de rosas se acaba y empiezan las fuertes pendientes, la nieve blanda y la falta de referencias salvo las que nos indica el Gps (foto 6). Descolgamos las raquetas, y el que no tiene, como el caso de un servidor, se las tiene que apañar intentando adivinar donde tiene menos espesor la nieve (sobre todo cerca de los troncos de los pinos) sin poder evitar meter la zarpa de vez en cuando y acordarse de todos los demonios del infierno. Tras un pequeño periplo conseguimos alcanzar una zona de pinar en la que el avance es más cómodo por la dureza de la nieve. Poco a poco, se va ganado altura, y cuando ya estábamos un tanto hartos de tanto subir, aparecen ya indicios de que casi hemos llegado al cortafuegos de la cresta superior (Cerro La Peña).

Photo ofCortafuegos hacia Canto Hincado. Photo ofCortafuegos hacia Canto Hincado. Photo ofCortafuegos hacia Canto Hincado.

Cortafuegos hacia Canto Hincado.

Una vez en la cresta, respiramos de alivio (buff), y buscamos el cobijo de algún pino para descansar y reponer alguna caloría (foto 2). El aspecto del cortafuegos nevado resulta mucho más espectacular que si lo viéramos en verano completamente pelado. Aparte, ya vemos por primera vez el objetivo principal de nuestra ruta, la cumbre de Canto Hincado, de la cual, ya solo nos separa un recorrido de un kilómetro por terreno casi llano y nieve más compacta, por lo que sin entretenernos mucho, iniciamos de nuevo la marcha para llegar a la cima (foto 3). Señalar, que la cresta hace de límite entre La Rioja y Soria, por lo que a lo largo del cortafuegos, iremos siguiendo una valla ganadera que separa los pastos de los términos municipales de Ajamil y Villar del Rio.

PictographSummit Altitude 0 ft
Photo ofCanto Hincado Photo ofCanto Hincado Photo ofCanto Hincado

Canto Hincado

Llegamos sin dificultad al vértice geodésico de Canto Hincado, donde encontramos el típico mojón alargado y una estación de comunicaciones y climatológica. Aquí, merece la pena hacer una buena pausa y deleitarse contemplando todo el entorno, y en especial, las cumbres que se suceden en el horizonte del lado oeste, de izquierda a derecha: Cebollera (con su Mesa inconfundible), Picos de Urbión y Sierra de la Demanda, con el techo riojano del San Lorenzo (fotos 1 y 2). No menos espectacular es la vista del Moncayo aragonés y su hermano pequeño, el Moncayo soriano (Peña Negrilla) que los divisamos como si fueran una única mole en dirección sureste (foto 3). Peña Negrilla la vemos delante y a la izquierda, muy mimetizada con el Pico de San Miguel (cima más alta del Moncayo). Por supuesto veremos también, en dirección oeste, las cumbres del entorno de Ajamil que fuimos enumerando en la cota 1446, y encima de ellas, otras dos cimas, una del Camero Viejo, el Monte Horquín (1584 mts) y otra del Camero Nuevo, el Alto de la Agenzana (1749 mts).

PictographIntersection Altitude 0 ft
Photo ofDesvío hacia el refugio del Collado de la Ventana Photo ofDesvío hacia el refugio del Collado de la Ventana Photo ofDesvío hacia el refugio del Collado de la Ventana

Desvío hacia el refugio del Collado de la Ventana

Comenzamos el camino de retorno por diferente itinerario que en la ida, realizando una primera etapa de transición antes de acometer el descenso final. El siguiente objetivo es la cota 1723 (foto 2), que se encuentra ya fuera de la cresta que separa La Rioja de Soria. Primeramente, hemos de localizar el punto de inflexión, para cambiar de dirección hacia la cima mencionada, a la que llegaremos pasando por el llamado Collado de la Ventana. Previamente, descendemos trescientos metros en la misma dirección de la cresta en que se encuentra Canto Hincado, como si fuéramos hacia el Cerro de Ribagorda, hasta llegar a un punto en el que se encuentra el desvío del camino que conduce al Collado de la Ventana (foto 1). Nosotros nos despistamos y en principio pasamos de largo dicho desvío, recorriendo algo más de cien metros adicionales que tuvimos que desandar tras darnos cuenta del error. La causa del despiste, no fue otra, que el hecho de que el cruce y el camino de desvío estaban totalmente enterrados en la espesura de la nieve (foto 1). Ahí radica la importancia del Gps y su uso imprescindible bajo estas condiciones. Antes de rebasar el cruce para cambiar de dirección, aprovechamos para seguir fijándonos en todas las panorámicas que tenemos hacia el Norte y Noroeste (fotos 3, 4 y 5), así de derecha a izquierda, vamos identificando el Monte de Santiago, La Modorra, un poco más a lo lejos, el Cabimonteros (Sierra La Hez), Nido Cuervo y el pico Atalaya, debajo del cual, con primáticos o zoom de cámara, distinguimos el pueblo de Hornillos de Cameros. Ya en lejanía,vemos las elevaciones de la Sierra de Codés, y el conocido León Dormido (Monte Lapoblación) en tierras navarras, que distinguiremos mejor con los prismáticos. Otro de los espectáculos más interesantes, es contemplar los amplios hayedos de tapizan toda la ladera riojana de la Sierra del Hayedo de Santiago (foto 6) en honor a dichos bosques y al monte homónimo que hemos citado anteriormente.

Photo ofRefugio del Collado de la Ventana. Photo ofRefugio del Collado de la Ventana. Photo ofRefugio del Collado de la Ventana.

Refugio del Collado de la Ventana.

Desde el desvío que hemos comentado en el punto anterior, divisamos perfectamente el Collado de la Ventana, y en medio del mismo, una pequeña construcción que es un refugio abierto, tanto para senderistas como para cazadores (puestos de caza de paloma posiblemente). Ver fotos 2 y 3. El camino que hemos de seguir, al igual que la zona del cruce, se encuentra también soterrado en la nieve, pero afortunadamente, ésta la encontramos compacta y no resulta complicado transitar por la misma (foto 1). Tras recorrer unos mil metros, llegamos al refugio y entramos para verlo por dentro. Nos llevamos una ingrata sorpresa al comprobar que su estado de mantenimiento interiormente es más bien lamentable, con paredes y suelos desconchados, chimenea con cenizas sin recoger y mobiliario de chabola. Existe una habitación aparte que podría utilizarse para dormir con esterilla y saco, pero tampoco tiene un aspecto muy acogedor, aunque para una urgencia puede servir. Optamos por salir del refugio y proseguir la ruta para realizar nuestro avituallamiento más adelante. Hemos de comentar, que en otros lugares hemos conocido otros refugios libres, con un aspecto bien diferente, por lo que no estaría de más que se imitara el buen hacer de los gestores o usuarios de los mismos.

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Photo ofCota 1723 Photo ofCota 1723 Photo ofCota 1723

Cota 1723

Tras abandonar el refugio, iniciamos una pequeña ascensión en dirección a la cota 1723, con el aliciente de que desde la misma, podremos volver a disfrutar de buenas panorámicas (fotos 1, 3, y 4). En realidad, existe una pista que desciende zigzagueando desde el collado hacia la zona del Prado del Santo, por lo que en caso de ir con el tiempo ajustado, puede ser la mejor elección para el regreso. En nuestro caso, preferimos abordar la cota 1723, con la recompensa de poder disfrutar de excelentes panorámicas de Monte Real y toda la zona de cumbres nevadas del Oeste de La Rioja, que ya vimos desde Canto Hincado. Curiosamente, casi arriba del todo, nos topamos con una roca aislada y grande a modo de canto hincado (foto 2), por lo que elucubramos sobre si el que puso los nombres en el mapa no se confundiría (en el Canto Hincado "oficial" solo vimos el mojón artificial). Acompañamos foto del pedrusco mencionado con dos montañeros encima. En la parte más alta y hacia el norte, podemos divisar muy bien los pueblos de Muro en Cameros, y casi imperceptible, Torre en Cameros (foto 5).

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Photo ofDescenso por pinar. Photo ofDescenso por pinar.

Descenso por pinar.

Desde la cota 1723, iniciamos ya el descenso definitivo que nos ha de llevar de nuevo hacia Ajamil en un trayecto de unos seis o siete kilómetros. El primer tramo consiste en transitar la cresta más suave del monte en que nos encontramos, haciendo un viraje de unos noventa grados a la izquierda en relación a la dirección que llevamos al ascender a la cota, de forma, que nos internamos en una zona de pinar de reforestación, y descendemos dos kilómetros de trayecto y algo más de doscientos cincuenta metros de desnivel a través del mismo. Al principio, el tránsito no resulta muy complicado, pero a medida que nos adentramos en el pinar de la denominada zona de Castillejos, comenzamos otro periplo por una zona totalmente invadida de arbustos y ramas cortadas (Foto 2). Tales son las dificultades, que no pudimos evitar desviarnos constantemente de la línea que nos habíamos trazado, de forma, que no nos quedó otro remedio que buscar pequeños claros con pedregales para evitar en lo posible las marañas de vegetación resultantes de la falta de desbroces que se han dejado de efectuar durante bastantes años atrás y que nos hace dudar de la utilidad de aquellas reforestaciones que no se han seguido de un mantenimiento adecuado.

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Photo ofPista hacia la zona de Prado del Santo.

Pista hacia la zona de Prado del Santo.

Tras salir del maldito bosque, llegamos a una pista bastante ancha (ver foto), que desciende hacia la llamada zona de Prado del Santo, en un trayecto que no ofrece ninguna dificultad, y que en poco tiempo, nos lleva al paraje mencionado, dedicado en exclusiva para el aprovechamiento ganadero. Desde aquí, divisamos ya el pueblo de Ajamil, lo cual, nos resulta reconfortante por ver más cercana la oportunidad de poder descansar.

PictographWaypoint Altitude 0 ft
Photo ofZona de Prado del Santo Photo ofZona de Prado del Santo Photo ofZona de Prado del Santo

Zona de Prado del Santo

Desde Prado del Santo (foto 2), seguimos el descenso virando ligeramente a la izquierda hacia la denominada zona de El Ambredal, por un tramo muy invadido por jaras a pesar de que hay signos de que con anterioridad se había hecho algún desbroce (foto 3), pero la falta del ganado adecuado (cabra fundamentalmente), hace que las jaras vuelvan a brotar con más fuerza incluso.

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Photo ofCruce hacia la senda del Barranco del Rio Vargas.

Cruce hacia la senda del Barranco del Rio Vargas.

Seguimos descendiendo, y llegamos a un punto desde el que se ve el Barranco del Abejar o Las Urdantes, así como un camino que conduce al mismo, sin tener la certeza de que dicho sendero conduzca a un lugar desde el que se pueda vadear el arroyo. Aparte, encontramos una senda con rastro y pisadas de vacas y yeguas (ver foto), que se continua en llano por un escalón situado bastante por encima del Río Vargas (después de haber recogido las aguas del Arroyo de las Urdantes), y que discurre paralelamente al mismo, por lo que intuimos que dicha senda conducirá a las afueras de Ajamil. Decidimos tomarla, confiando en que nos lleve a buen puerto, por tanto, lo que hicimos fue desechar la bajada hacia el Barranco de Las Urdantes por considerar que no era la opción más segura y seguimos la senda del escalón que hemos mencionado anteriormente.

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Photo ofSenda del Barranco del Rio Vargas. Photo ofSenda del Barranco del Rio Vargas. Photo ofSenda del Barranco del Rio Vargas.

Senda del Barranco del Rio Vargas.

Seguimos por tanto la senda mencionada en el punto anterior, discurriendo por encima del Río Vargas (foto 1), como si fuéramos flanqueando por la pared que bordea el río por su lado oeste, transitando de forma cómoda sin tener que realizar ya descensos fuertes, pues de hecho, ya estamos a menos de cien metros de desnivel con respecto al punto final del recorrido. Durante este tramo, pasamos por lugares que presentan rocas con formas caprichosas debido al efecto de la erosión, y tras recorrer menos de un kilómetro, ya divisamos el pueblo de Ajamil (foto 2). La parte final de la senda esta atravesada por un pequeño arroyo que no tiene ninguna complicación para sortearlo (eso sí, con calzado adecuado). Lo vemos en la foto 3.

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Photo ofErmita de San Martín y área recreativa. Photo ofErmita de San Martín y área recreativa. Photo ofErmita de San Martín y área recreativa.

Ermita de San Martín y área recreativa.

Por fin llegamos a un puente situado a trescientos cincuenta metros antes de la entrada de Ajamil. El puente está cerrado con verja y portezuela para impedir el paso del ganado. Tras cruzarlo, llegamos a la Ermita de San Martín (foto 2), que adivinamos haber sido restaurada recientemente, y que presenta un entorno ideal para las romerías que celebren los vecinos del lugar. En las inmediaciones, hay áreas de esparcimiento (foto 3), sobre todo en la orilla contraria a la ermita, donde se encuentra un amplio espacio escalonado utilizado como merendero y con apariencia de estar bien cuidado. Remontamos los pocos metros que nos quedan para llegar a la zona baja del pueblo y el aparcamiento donde dejamos nuestro vehículo, dando por finalizada una marcha que a pesar de las dificultades, nos a compensado ampliamente, por todas las vistas y lugares que hemos ido recorriendo.

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