AIZKORRI (1528 m.), la bella....

GIPUZKOA, Sierra de AIZKORRI.

Nunca la ascensión a la cima de Aizkorri me ha parecido tan bella como hoy; va a hacer dos años, el 19 de Julio de 2019, que realicé esta ruta la última vez; desde entonces, una enfermedad no me ha permitido alcanzar la cumbre; hoy mismo tenía mis dudas de como me iba a ir en el descenso. Por suerte todo ha salido bien y he disfrutado como nunca lo había hecho.

La ruta no tiene pérdida y ya la he descrito en otras ocasiones. Dejo señalado algunos puntos que pueden ser de interés para los caminantes curiosos.

Me permito reproducir aquí unas letras escritas por Luis Peña Basurto en el refugio de Perusaroi en Junio de 1956, a modo de semblanza de la Sierra de AIZKORRI:

¡AIZKORRI, LA BELLA!
(SEMBLANZA)
Cierto que para que una montaña atraiga hacia si la admiración de las gentes requiere tener, por lo menos, proporciones anormales y Aizkorri no las tiene. No es los Alpes ni el Pirineo con sus colosos desmesurados cubiertos perpetuamente de nieve, con sus gigantescas morrenas, con sus lagos y glaciares, con sus maravillosos y profundos valles; tampoco es los Picos de Europa cortados en hoces y canales angostas, hundidos en impresionantes hoyos de los que parecen brincar al firmamento sus torres vertiginosas; ni aún alcanza a Gredos con sus circos, sus lagunas y sus cuchillares inaccesibles……NO, Aizkorri no posee nada de lo que subyuga a fuerza de elevación, de grandiosidad y de riesgo.
Para modelarla, la Naturaleza no precisó grandes trabajos; para embellecerla no necesitó que sólidas corrientes glaciares desgastaran sus rocas, ni que tenaces vientos las pulieran en trabajo de milenios; le bastó elevarla un tanto al desgajarla del solidificado mar cretáceo, y no a tal nivel que pudiese adquirir cierto carácter entrando en la región de los hielos, en la zona de la “Alta montaña”.
Pero a pesar de ello, Aizkorri nos ofrece modestamente en su recinto las máximas variaciones panorámicas y geográficas. En su relativa insignificancia orográfica, su belleza es suave y grata; poseyendo contrastes de indiscutible bravura, los armoniza tanto con su fisonomía predominante (pradera y bosques) que, puede afirmarse, entona perfectamente sus cortadas y blancas calizas cimeras con el verde paisaje del País en el que se alza con ya indiscutido señorío.
¡Aizkorri!. Bajo la niebla o el sol, de día o de noche, mojado por la lluvia o amedrentado por la nieve y el hielo, abatido por la nevasca o reconfortado por la suave brisa de tus collados, te he recorrido totalmente, gozando igual de tu placidez que de tu bravura. Rampando, palpando la humedad, he penetrado en tus entrañas descendiendo por los agujeros de Lizarrate, Iritegui, y Gesaltza. Trepando por los escarpes rocosos de Zulaizto he llegado a tus majestuosos picachos centrales. Venciendo el vértigo he descendido por las alocadas pedrizas de Kanalaundi y Aitzabal. He caminado blandamente por tus praderas de Urbia y Oltza siempre verdes y mullidas, y me he refrigerado en la fresca umbría de tus bosques. Recorriendo las estrecheces de tu fragoso cañón por el que discurre el Arantzazu, me he sentido pequeño bajo las moles de Katarrata, Gaztelu Aitza y Aitzabal…. y, ahora, aun cuando no me guardas secreto alguno, sigo frecuentándote con el mismos interés que cuando solitario y con alma de explorador, me adentré, por primera vez en tus laderas de Bríncola y Otzaurte cubiertas de castaños, robles y hayas.
¡Aizkorri! ¡Bella y agreste Sierra, amable y áspera a la vez!.

Luis Peña Basurto
Refugio de Peru-Saroi, 17 de Junio de 1956.

Estas mismas frases, Luis Peña Basurto las dejó plasmadas en su libro "MONTAÑAS GUIPUZCOANAS", escrito y editado en el año 1963, guía de referencia en nuestras primeras excursiones a las cumbres de Gipuzkoa.