Agüero-Villalangua (ida y vuelta)
near Agüero, Aragón (España)
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Trail photos
Itinerary description
Nos dirigimos a la localidad de Agüero, por la carretera HU-534 y antes de cruzar un pequeño puente que hay a la entrada de la población, tomamos un desvío a la derecha, dirección a la Residencia de la Tercera Edad, el cual nos llevará hasta la parte alta del pueblo, donde veremos una pequeña zona terrosa para estacionar cuatro o cinco vehículos.
Iniciamos la ruta por una senda que rodea los mallos de Agüero, siguiendo la antigua canalización de agua por la que se abastecía el pueblo. Pronto llegamos a una gran oquedad formada en la montaña y que sirve de refugio a unas cuantas aves.
Seguimos avanzando y tomando altura, hasta que llegamos a una pequeña cima, la cual nos separa de otra vertiente por donde sigue discurriendo la senda. Después de llegar a una pista, la cruzamos y afrontamos una subida con una pendiente un poco más acusada, que además se dificulta por el mal estado del terreno. Una vez finalizada ésta, nos toca bajar otra vez y llegar nuevamente a la pista, pasamos junto a una paridera y luego junto a una pequeña caseta de cazadores o refugio de color verde; en este punto nos desviamos por una pequeña senda que nos lleva hasta el Paso de La Osqueta o, comúnmente conocido como la doble V, así parece como si se hubieran dado dos hachazos a la pared de roca que separa las dos vertientes. Desde esta posición privilegiada, se tienen unas vistas espectaculares, viendo a lo lejos la localidad de Villalangua, Peña Oroel y los picos todavía nevados de los Pirineos (Cilindro Marboré, Monte Perdido, etc)
Una vez cruzado el paso, se inicia un fuerte descenso en zig-zag, adentrándonos en un bosque que nos ofrece una sombra que se agradece. Pasamos junto a la antigua y abandonada iglesia parroquial de Santa María de Magdalena de Salinas Viejo de Jaca, entramos en su interior en ruinas, para observar que, en su momento de mayor esplendor, debió tener gran importancia en la zona.
Pronto llegamos a una espectacular cascada por la que afortunadamente, discurre gran cantidad de agua, lo que hace aumentar su belleza.
Ahora nos adentramos en la Foz de Salinas, un lugar con unas formaciones rocosas increibles, grandes paredes verticales, finas y extensas, como si fueran láminas de chocolate en una tarta helada y que, a su vez, constituyen el refugio de grandes aves rapaces y carroñeras.
Dejamos atrás este paraje que es un regalo para la vista y ya tomamos una pista que nos lleva hasta la cercana localidad de Villalangua, donde efectuamos un merecido descanso para reponer fuerzas y, esto sólo es la mitad del camino, ahora toca regresar sobre nuestro pasos hacia Agüero.
*NOTA: Tanto lo expuesto en esta descripción, así como el grado de dificultad técnica indicado, lo son meramente A TÍTULO ORIENTATIVO.
Iniciamos la ruta por una senda que rodea los mallos de Agüero, siguiendo la antigua canalización de agua por la que se abastecía el pueblo. Pronto llegamos a una gran oquedad formada en la montaña y que sirve de refugio a unas cuantas aves.
Seguimos avanzando y tomando altura, hasta que llegamos a una pequeña cima, la cual nos separa de otra vertiente por donde sigue discurriendo la senda. Después de llegar a una pista, la cruzamos y afrontamos una subida con una pendiente un poco más acusada, que además se dificulta por el mal estado del terreno. Una vez finalizada ésta, nos toca bajar otra vez y llegar nuevamente a la pista, pasamos junto a una paridera y luego junto a una pequeña caseta de cazadores o refugio de color verde; en este punto nos desviamos por una pequeña senda que nos lleva hasta el Paso de La Osqueta o, comúnmente conocido como la doble V, así parece como si se hubieran dado dos hachazos a la pared de roca que separa las dos vertientes. Desde esta posición privilegiada, se tienen unas vistas espectaculares, viendo a lo lejos la localidad de Villalangua, Peña Oroel y los picos todavía nevados de los Pirineos (Cilindro Marboré, Monte Perdido, etc)
Una vez cruzado el paso, se inicia un fuerte descenso en zig-zag, adentrándonos en un bosque que nos ofrece una sombra que se agradece. Pasamos junto a la antigua y abandonada iglesia parroquial de Santa María de Magdalena de Salinas Viejo de Jaca, entramos en su interior en ruinas, para observar que, en su momento de mayor esplendor, debió tener gran importancia en la zona.
Pronto llegamos a una espectacular cascada por la que afortunadamente, discurre gran cantidad de agua, lo que hace aumentar su belleza.
Ahora nos adentramos en la Foz de Salinas, un lugar con unas formaciones rocosas increibles, grandes paredes verticales, finas y extensas, como si fueran láminas de chocolate en una tarta helada y que, a su vez, constituyen el refugio de grandes aves rapaces y carroñeras.
Dejamos atrás este paraje que es un regalo para la vista y ya tomamos una pista que nos lleva hasta la cercana localidad de Villalangua, donde efectuamos un merecido descanso para reponer fuerzas y, esto sólo es la mitad del camino, ahora toca regresar sobre nuestro pasos hacia Agüero.
*NOTA: Tanto lo expuesto en esta descripción, así como el grado de dificultad técnica indicado, lo son meramente A TÍTULO ORIENTATIVO.
Waypoints
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