A Limatón, lo Más Alto de Puente Nacional; Febrero de 2003

A inicios de 2003, 4 amigos, queríamos asesinar el aburrimiento, con una buena salida a un lugar conocido como La Cresta del Gallo, en Puente Nacional, cerca a la frontera con Boyacá. Luego de caminar casi todo el día, llegamos a la escuela de Peña Blanca, gracias a la fuerza que nos daba el vino, los bocadillos de guayaba, los panes y embutidos. La música de guitarra, también nos impulsaba. Las profesoras en esa escuela, todas no mayores de 20 años, casi no nos dejan quedar en la escuela para dormir y ya casi era de noche. Nos las arreglamos de cocineros para convencerles y con una buena cena nos ganamos una noche bajo techo y bajo llave pues uno de nosotros al intentar entrar a la habitación donde ellas dormían, se ganó un portazo y hemos tenido que no hacer nada de ruido o nos sacaban y encima ellas gozaban de la única televisión en la escuela y nos perdimos la final juvenil entre Colombia y Argentina. Gracias a Dios por mi radio y a cantar los goles en silencio. Al otro día salimos rumbo a la montaña, con un frío que frenaba el andar y hacía más pesado nuestro equipaje. La cresta del gallo es una formación rocosa que sale en triángulo de la montaña de Limatón, donde hay una vista de antología, una buena locura de la naturaleza. Después de mucho subir, logramos llegar a esta cresta, pero yo fui el único cobarde que no soportó mucho el vacio al frente y a los dos lados; el vértigo imitaba a mis amigos y se burlaba de mi. Después de almorzar, queríamos más y fuimos en busca de la cima de Limatón, para allí pernoctar al compás del fantasmagórico sonido del viento, bajo la luz de una luna increible y estrellas tanto al cielo como a nuestros píes, por las luces de los muchos pueblos que se divisaban. En todo el límite entre Santander y Boyacá, punto más alto de Puente Nacional, el punto más alto de nuestro orgullo y nuestro caminar.