220628 Országos Kéktúra. National Blue Trail. Hungría. Nogradsipek - Holloko - Garab

Nada más salir de Nogradsipek ya me meti en el bosque para caminar por un sendero ancho, en ascenso constante, pero suave. El sendero era muy tranquilo, el bosque silencioso y precioso.
Después de unos 7 kms, se llega a un collado, cruce de caminos, donde hay varias indicaciones de rutas, y empieza la bajada, también suave, aunque con algún tramo más pronunciado.
Ya cerca de Holloko se pasa cerca de su castillo, unos centenares de metros arriba. No merece la pena subir, al menos en ese momento, pues más adelante, después del pueblo, se pasará justo al lado.
Holloko es un pueblo muy bonito, Patrimonio de la Humanidad, aunque también muy pequeño. De hecho no es más que una calle de menos de un kilometro, con casas muy cuidadas de tradicional arquitectura húngara. Hay, como no, diversas terrazas y restaurantes. En una de esas terrazas paré para descansar y tomar una fría y deliciosa limonada. Definitivamente, aun siendo muy bonito el pueblo, no creo que esté justificado que sea Patrimonio de la Humanidad.
Después de haber atravesado la mencionada calle, se sale del pueblo por un parcamiento (al casco urbano no pueden entrar coches), y enseguida se toma un sendero que es precisamente el que conduce al castillo. Es la oportunidad de visitarlo si se quiere. Yo continué sin parar y un poco más arriba hay un mirador desde el que se ve perfectamente el castillo y todo su entorno. En ese mirador sí que paré un ratito para hacer las consabidas fotos.
Se pasa el mirador y ya nos metemos en un sendero más estrecho y en fuerte subida. Caminaremos siguiendo el sendero y pasaremos por dos o tres picos, hasta llegar al Isten Tenyere Kilato, un mirador con un curioso monumento en madera de unas dimensiones enormes y que asemeja a una mano con sus cinco dedos. Desde ese mirador, la vista es espectacular.
Una vez visitado el mirador me esperaba una fuerte bajada hasta un pueblo llamado Felsotold, donde tenía que recoger las llaves del Vendegaz que había reservado en Garab, adonde ya llegué por carretera. Garab, a pesar de ser un pequeño pueblo, tiene un buen restaurante donde tomé una buena cena en su terraza.