2024-04-03 Reventón de los Melguizos/Mellizos. Río y recodo del Aguamula. Cortijos de la Fresnedilla GR 7

Ruta desde Casa de las Tablas pasando por:
- Puente De La Casa De Las Tablas (0.9 km)
- Cortijo de la Fresnedilla (9.6 km)
- Mirador de la Fresnedilla (13.0 km)
- Puente de los Borregos (18.6 km)
- Cascada presa rio Aguas Mulas (20.4 km)
- Puente de Hierro (21.7 km)

DESCRIPCIÓN
Las cascadas de los Mellizos, escondidas en el corazón de la Sierra de Cazorla, son un espectáculo natural que no deja indiferente a nadie. Se encuentran en el paraje conocido como recó del Aguasmulas, dentro del Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
Para llegar a estas cascadas, hay que realizar una ruta de senderismo de dificultad moderada, desde la casa forestal de los Bonales, siguiendo el curso del río Aguamulas.
A lo largo del camino, normalmente se suele disfrutar de paisajes impresionantes, con frondosos bosques, arroyos cristalinos y saltos de agua, pero en días como hoy las aguas del río Aguasmulas transcurren bravías con una fuerza inusitada.
Al dejar la Fresnedilla, se desarrolla por veredas hasta convertirse en un tramo con cierto riesgo especialmente en condiciones de lluvia o nieve/hielo para poder ver lo más cerca posible las Cascadas de los Mellizos, dos caídas de agua que se precipitan desde una altura de unos 20 metros. El sonido del agua y la belleza del entorno crean un ambiente mágico e inolvidable.

Por lo tanto, podemos dividir la ruta en dos tramos totalmente diferentes:
1.- GR 7 desde la casa forestal de Bonales hasta el mirador de la Fresnedilla, que se repite a la vuelta con la opción de hacer un pequeño tramo de una antigua senda de pescadores, acondicionada recientemente desde la junta del arroyo de la Campana o incluso continuar río arriba por una vereda perdida también desbrozada hace poco, que en las actuales circunstancias de un río bravío es desaconsejable hacer al tener que cruzar el río sin puente.

2.-Tramos desde el mirador de la Fresnedilla hasta el nacimiento del río Aguamula.

SEGURIDAD, DUREZA, DIFICULTAD
El tramo del GR 7 es fácil y asequible para cualquiera al ser un carril por el que transitan vehículos, que no están permitidos, excepto los que tengan una autorización expresa.

La senda fluvial que hemos realizado es fácil, pero tiene tramos sin protección e incluso la vereda parcialmente destrozada, lo que requiere buena técnica de andar y ausencia de vértigo. En las condiciones realizadas, el río inundaba las escaleras del dique. cuatro días antes estaban muy peligrosas por la fuerza del agua. Nosotros pudimos hacerlo con sumo cuidado.

El tramo segundo desde los cortijos de la Fresnedilla es también arriesgado, al estar destruido o desaparecido en algunos tramos. Hay que tener buena técnica de andar en sitios difíciles y mucha precaución. También tiene problemas de seguimiento y orientación. El GPS puede ayudar, pero en estos sitios pierde la cobertura, por lo que hay que guiarse de la intuición también. He editado y cuidado al máximo el track en esa zona, por lo que puede ser de gran ayuda, pero deben abstenerse quienes no tengan experiencia montañera.
En resumen, el tramo de pista es fácil, pero las veredas para acceder al pie de los Mellizos son difíciles

SENDERO GR 7 Etapa 03. Pontones – Coto-Ríos. Tramo entre el cortijo de la Fresnedilla y la hoya de la Albardía.
La ruta transcurre entre pinos negros, pinos piñoneros, madroños, lentiscos, durillos y otras especies autóctonas. Al fondo, se divisan las cumbres del Blanquillo, pertenecientes a la Sierra de las Villas y el Mulón en la sierra de Segura. El rumor del río nos acompaña durante el camino hasta llegar a la Casa Forestal de Aguamulas, donde encontramos la Fuente Bonales junto al sendero.
A pocos metros, una cadena restringe el paso a vehículos. El camino continúa 300 metros más hasta llegar a una pista principal que rodea el pantano del Tranco por su margen derecho. Tomamos la izquierda en dirección descendente, donde encontramos una caseta de control forestal, un puente a unos 150 metros y la piscifactoría del río Aguamulas.

ASPECTOS GEOLÓGICOS
HIDROGEOLOGÍA DEL REVENTÓN
El reventón "trop plein" de los Mellizos/Melguizos/Merguizos es un fenómeno natural extraordinario, que se caracteriza por la salida abrupta y caudalosa de agua a través de una cueva en la ladera de la montaña, creando un espectáculo natural impresionante.
Tiene un gran parecido con el reventón de los chorros del río Mundo.
-Lluvias fuertes: Cuando llueve mucho en poco tiempo, el agua se llena en un espacio subterráneo como una esponja.
-En la parte superior, hay un gran “calar” del Cretácico superior, en este caso los campos de Hernán Perea y pinar Negro, con multitud de dolinas, uvalas, poljé con sumideros o simas que conectan con multitud de galerías tectónicas y formadas por erosión. Son calizas y dolomías karstificadas, rocas solubles que permiten la formación de cavidades y conductos subterráneos.
-El agua de lluvia y del deshielo se infiltra en las grietas y conductos del karst, formando un acuífero kárstico. Este acuífero se caracteriza por un almacenamiento y flujo del agua a través de las cavidades y conductos.
-La ladera de la montaña presenta una falla geológica que facilita la infiltración del agua. Es el recó del Aguasmulas.
-Presión y temperatura: Los cambios en la presión y la temperatura: aproximadamente una semana antes del "Reventón", la temperatura del medio ambiente y la lluvia aumentan considerablemente y uno a dos días antes, disminuye.
El reventón se produce cuando el acuífero kárstico se satura de agua. El agua busca una salida y la encuentra en la cueva, que actúa como un punto de rebose ("trop plein" en francés). La presión del agua acumulada en el acuífero y la pendiente de la ladera provocan la salida abrupta y caudalosa del agua.
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GEORRECURSO O LUGAR DE INTERÉS GEOLÓGICO : Karst de Pinar Negro
En la parte oriental de la Sierra de Segura, aparece un espectacular paisaje kárstico, caracterizado por la presencia de un exokarst de excepcional belleza con un inmenso campo de dolinas y uvalas, salpicado de simas, de diferente escala.
Este relieve kárstico está controlado litológica y estructuralmente, y condicionado por un clima de alta montaña, con periodos nivales que acentúan la disolución en las cavidades kársticas.
En esta zona, una altiplanicie carbonatada que comprende desde los campos de Hernán Perea hasta los del Pinar Negro, destacan una serie de simas, dentro de dolinas y uvalas, entre las que sobresalen la del Campo del Espino, la del Hundimiento, la del Cortijo, y principalmente la sima del Pinar Negro.
La morfología de estas cavidades, con frecuentes chimeneas de equilibrio, usos y algunas galerías subhorizontales, con un claro control estructural, refleja la importancia de la disolución en la evolución geomorfológica de las mismas, existiendo pocos ejemplos de simas tectónicas como éstos.

La ruta se desarrolla por varias edades geológicas

-Cuaternario en el entorno de la Fresnedilla al pie del castellón de los Toros con materiales de pie de monte.
-Jurásico inferior y medio en el tramo del GR 7 desde el cortijo de Bonales hasta la junta de ríos con predominio de dolomías, así como margocalizas y margas del Malm.
-Cretácico inferior desde la Fresnedilla hasta los Mellizos con calizas, margas y arenas
-Cretácico Superior (Cenomaniense) en los escarpes dolomíticos en los Mellizos

Las Zonas Externas de la Cordillera Bética no son homogéneas desde el punto de vista geológico y geográfico. En principio pueden establecerse dos áreas, dominios o zonas bien diferenciadas, La Zona Prebética y la Zona Subbética. La zona Prebética a su vez se divide en interna y externa, que es la más cercana a Sierra Morena. La ruta se desarrolla por el PREBÉTICO INTERNO.

El Prebético corresponde a la parte más proximal del margen continental de la placa ibérica, por lo tanto la más septentrional. Los materiales prebéticos están formados por una serie de rocas cuyos sedimentos se depositaron en áreas marinas poco profundas, costeras. En algunas ocasiones los sedimentos son claramente de ambiente continental.

Uno de los rasgos distintivos de todas las Unidades prebéticas es el tener un largo período de estabilidad, desde el Jurásico inferior al Jurásico medio (200 a 161 m.a.). Las series estratigráficas están constituidas, esencialmente, por calizas, parcial o totalmente dolomitizadas. Gran parte del Jurásico Superior Oxfordiense-Kimmeridgiense (161-151 m.a.) se presenta muy condensado con unas tasas de sedimentación muy bajas, por lo que los espesores de las rocas de esta edad quedan bastante reducidos.

Parte del Jurásico Superior (161-151 m.a.) y del Cretácico inferior (146-100 m.a.) faltan en buena parte de las series estratigráficas, especialmente en las unidades prebéticas más septentrionales. Es lo que se denomina “Laguna estratigráfica”. Buena parte del Cretácico Superior (100-66 m.a.) está formado por calizas y dolomías depositadas en cuencas marinas someras y del tipo “albufera”.

Del mismo modo que el río Borosa, en la cabecera de los arroyos y en las cascadas, encontramos abundante toba o travertino. Las tobas o travertinos son rocas carbonatadas que se generan por precipitación del carbonato cálcico (CO Ca) alrededor de restos vegetales tales como hojas, tallos e incluso musgo. En determinadas condiciones subacuáticas, puede precipitar en relación con algas microscópicas dando unas formas laminadas.

Las tobas son un tipo de rocas muy interesantes desde el punto de vista paleoclimático, dado que se generaron en etapas interglaciares, es decir, períodos de tiempo con clima cálido y húmedo. Además, en muchas ocasiones pueden ser unos excelentes indicadores de la paleobotánica de la zona en la que se generaron

Edad de las Deformaciones de la Zona Prebética

Las primeras deformaciones registradas por las rocas se producen cuando la plataforma marina se fragmentó al final del Jurásico Inferior, hace 180 millones de años. Entonces se produjeron una serie de fallas o fracturas.

A partir del final del Jurásico (durante el Kimemeridgiense), hace unos 145 millones de años, se produce una emersión parcial de la cuenca de sedimentación prebética, por lo que son frecuentes y prolongadas en el tiempo las lagunas estratigráficas, por ausencia de depósitos. Es a partir de este momento cuando se diferencian los dominios: Prebético Interno y Externo, siendo este segundo el que queda emergido, al estar más próximo al borde de la placa ibérica.

Los cabalgamientos y plegamientos se inician a principios del Mioceno medio, hace unos 16 millones de años, por lo que podemos decir que en comparación con la edad de la Tierra (unos 4.750 m.a.), estas deformaciones son muy recientes. Estas estructuras indican compresión según una dirección Sureste-Noroeste. Podemos decir que la Zona Prebética ha sufrido tres etapas de deformación importantes:

La primera etapa de extensión consistió en la fragmentación de la amplia plataforma marina, poco profunda, que se extendía hace 180 millones de años por lo que entonces era el margen continental del Sur de la placa ibérica. Esta fragmentación produjo una profundización de la cuenca marina, especialmente en el Prebético externo, en donde se acumularon grandes espesores de sedimentos durante todo el Mesozoico (Jurásico medio a Cretácico superior). Esta etapa se ha interpretado como un proceso de Rifting.

La segunda etapa comienza a mostrar los primeros síntomas en tiempos muy recientes, ya en el Mioceno medio, hace unos 14 millones de años. No obstante, la mayoría de los cabalgamientos y pliegues son posteriores al Mioceno superior (Tortoniense superior hace unos 7,5 millones de años). Es una etapa de compresión y fue provocada por la colisión entre las Zonas Externas e Internas, dando lugar a plegamientos y cabalgamientos en la Zona Prebética, que pierden intensidad conforme nos separamos del frente de colisión entre la Zona Prebética y Zona Subbética, salvo en el área de Cazorla en la que se forman multitud de escamas (cabalgamientos de muy corto desplazamiento), como consecuencia del efecto de frenado que ejerce el basamento sobre los materiales más próximos a Sierra Morena y el gran cabalgamiento que monta la Sierra de Segura sobre la Sierra de Cazorla. Al final de esta segunda etapa de deformación, se producen las fallas de desgarre, de gran longitud (decenas de kilómetros) y desplazamiento, que afectan de forma importante a la Zona Prebética.

Finalmente, desde hace unos 7,5 millones de años hasta la actualidad, se produce una etapa de descompresión motivada por la elevación de la Cordillera Bética que da lugar a multitud de pequeñas fallas normales y la reactivación de alguna de las fallas lístricas del Jurásico inferior.
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