2017-01-29 Peña Jaén invernal (Cerro Mágina) desde el Prado de Fuente Fría

El Parque Natural de Sierra Mágina es un espacio natural protegido situado al sur de la provincia de Jaén (España) y cuenta con 19.900 ha. Fue declarado Parque natural en 1989 y está dispuesto de forma circular en torno al abrupto macizo montañoso de Sierra Mágina que le da nombre. El Parque natural de Sierra Mágina constituye uno de los territorios montañosos más atractivos con los que cuenta la provincia de Jaén y su gran riqueza naturística, le confieren una excepcional singularidad dentro del conjunto de espacios protegidos andaluces, permitiendo un amplio conocimiento tanto de su diversidad natural, como de sus valores culturales y etnológicos.
Esta sierra se considera integrada en el Sistema Subbético. Las alturas del Parque se sitúan entre los 600 msnm del río Cuadros y los 2.167 del Pico Mágina. Otras cumbres importantes de la sierra son la Peña de Jaén (2.157 msnm), Cerro Cárceles (2.060 msnm), Pico Almadén (2.032 msnm), Cerro Ponce (2.005 msnm), Aznaitín, etc.
https://es.wikipedia.org/wiki/Parque_natural_de_Sierra_M%C3%A1gina
La Peña de Jaén es sin duda el más espectacular, especialmente la cara norte y oeste. Es especialmente codiciado por los alpinistas y escaladores por su famoso “canuto”.
Para los montañeros, el sendero de los Neveros ofrece una subida espectacular en cualquier época del año, pero es especialmente atractiva con nieve. Sin embargo, hay que extremar las precauciones en invierno cuando transforma la nieve, especialmente cuando se convierte en hielo, siendo necesario llevar equipación de alpinismo invernal (crampones, piolet, casco…).
Con nieve recién caída en abundancia, puede ser dificultoso el progresar y fácil resbalar, especialmente en las bajadas.
En el sendero de los Neveros se encuentran dos antiguos pozos de nieve, de los que apenas se desdibuja algo de su antigua horma de piedra.
Pozos de nieve
De estas útiles construcciones se tienen referencias ya en tiempo de los árabes y sobre todo durante el siglo XVII. Servían para conservar las nieves caídas durante el invierno y utilizarlas posteriormente en época estival, con varios fines principales: médicos, gastronómicos como la elaboración de postres, o para conservar los alimentos.
La tarea consistía en almacenar la nieve de los neveros construidos en estos altos y fríos lugares, apelmazándola con mazos e intercalando capas con paja y tierra. Luego, en las épocas desde mayo a octubre, se comerciaba con ella en las diversas poblaciones. Se transportaba en mulos, en serones forrados con esparto o en cántaras, y se hacía durante la noche para evitar el calor. Desde las cumbres de estas sierras llevaban la preciada carga a depósitos que había en las ciudades y pueblos.
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