2015.08.08 - D3, Trek Stok Kangri: Shang Phu - Matho Phu

Día 3/10 - 8 de agosto de 2015:
Shang Phu (4.378 m) - Matho Phu (4.492 m)
Duración: 6 horas
Punto culminante: Collado Shang La (9.935 m)
Distancias y desnivel acumulado: 13,5 km, +760 m / -650 m

Ruta completa: 2015.08.06-15 - Trek Stok Kangri, Ladakh (10 days)

Las 6h de la mañana: pican a la tienda. «Jule!» (Buenos días!). El té masala hirviendo en una bandejita metálica, justo delante de la puerta. No quiero téee! Es muy pronto... Las 6:30h: «Jule, jule!». Agua caliente para las legañas! Así van las pequeñas pijerías de la mañana a las cuales los montañeros nos cuesta tanto acostumbrarnos; pero así es la hospitalidad en Ladakh. Algún día le tendré que decir a este hombre que no hace falta dejar el agua a cinco metros de la tienda! Rápidamente recogemos los sacos de dormir, sacamos las mochilas -primera vista a la meteo de hoy- y desmontamos las tiendas. Son las 7h ahora, toca el desayuno: revuelto de huevos (picante no, bien! Habrá tiempo luego para estas cosas), bikini de pan con queso, cereales y mil cosas más. La noche anterior, recogiendo la mochila me enteré de que me había olvidado unos pantalones largos en la guest house de Sang Sumdo y por tanto, la primera preocupación de la mañana es preguntar si alguno de nuestros vecinos de tienda haría la ruta en sentido contrario para pedir que los recoja, y dentro de una semana reencontrarlos en Leh. Consigo encontrar un grupo de franceses procedentes de la ciudad de Lyon, pero me explican que debido a las fuertes riadas de los últimos días deberán desviarse poco antes de llegar a la aldea, para luego alcanzar el pueblo de Nimaling. Mi gozo en un pozo. La operación para ellos es complicada. Nos contaron que el día anterior, dos caballos murieron ahogados al caer al río en la ruta de Nimaling a Shang Sumdo. Nos separamos pues, deseándoles suerte y que tengan mucho cuidado. Otra pareja me explica que por la misma razón, tuvieron que dejar los caballos poco antes de la subida a Shang Phu y que por lo tanto, ellos mismos cargarán a partir de ahora el peso de una tienda, víveres y herramientas diversas. Por un momento se me ocurre proponerles cargar una parte de ese peso sobre nuestros caballos pero me comentan que seguirán otro camino hasta el campo base del Stok Kangri, sin hacer noche en Manikarmo. A las 8h, tras acabar de recoger el campamento, nos despedimos de nuestros cocineros y del arriero quienes se quedarán un rato más para cargar los caballos y miramos a esa pobre pareja: «estas mochilas, madre... cuánto peso hasta el Stok Kangri!».

Empezamos la ruta remontando el valle de Shang excepcionalmente verde para la época. Varias veces tenemos que cruzar el río de un lado al otro hasta llegar a un desvío en el cual el valle se divide en dos. Nosotros continuamos por la derecha. Poco tiempo después alcanzamos una "doksa", sitio acomodado por los pastores para vigilar su rebaño durante el verano. Esta es un poco inusual ya que en lugar de un abrigo de piedras como suelen presentarse habitualmente, tenemos aquí un conjunto de grandes fitas con un pequeño muro de piedra a su alrededor, confiriendo al lugar una connotación mística en la inmensidad de la montaña. Hacemos una pequeña parada hasta impregnarnos de ese ambiente y seguimos entre campos de plantago y praderas pedregosas. Por el camino dejamos otras doksas: encima de una un pastor vigila su rebaño, lejos arriba, perdido entre las piedras. Delante de nosotros el collado de Shang La (4.935 m), el más alto del día, donde dejaremos el valle de Shang. El aire arriba es más seco, más fresco. El tiempo para unas fotos y rápidamente nos alcanzan los caballos, con el resto de la expedición. La bajada detrás del collado se hace amena, entre marmotas y rebaños de yaks y nos sorprende encontrar en el camino centenares de edelweiss, esta flor tan preciada en Europa que en cambio aquí, abunda en la aridez. Seguimos bajando hasta otro lugar llamado Matho Doksa, por el nombre del valle en el cual nos encontramos y del pueblo situado más abajo, tras una cortina de montañas. Ahí tomamos la comida -nada como una sopa caliente!- y tras unos 20 minutos retomamos nuestra ruta. Las paradas son escasas y aún así, cortas, siendo sólo las 12:30h del mediodía. Pronto volvemos a ascender para atacar la segunda ascensión del día, una sucesión de subidas sin collado propiamente dicho, pero que deberemos atravesar antes de alcanzar el próximo campamento. El cansancio acumulado durante la mañana, la altura, la digestión y un sol implacable encima de nuestras cabezas, ralentizan nuestros pasos... la subida se hace dura. El corazón late fuerte en el pecho y es a pasitos pequeños que alcanzamos el collado de Yonchela, a 4.525 m de altura. Una bajada lo sigue, de corta duración. A lo lejos divisamos el camino que sigue subiendo a flanco de una montaña inmensa de color ladrillo. A nuestra derecha, una buena caida: no sería un buen sitio para tropezar. A lo lejos, al fin, Matho Phu. Nos costará una hora más alcanzarlo, descendiendo toda la altura y cruzando varios riachuelos. Son las 15:30h cuando pisamos el campo a 4.492 metros de altura, siete horas y media después de salir de Shang Phu. Un día difícil, pero salvaje, verde a pesar de la época del año. Surcando valles inmensos: esto es el Himalaya!
Al llegar nos espera el té tradicional de Ladakh: un "salt tee", mezcla de té con leche, sal, azúcar y mantequilla. Una mezcla sorprendente al primer trago, pero muy interesante!