14-10-2021 CAÑON DEL RIO LOBOS por Senda de las GULLURÍAS PRC.SO-67-Senda del Río PR.SOBU-65-Castillo de Ucero-Canal Romano

Ruta circular conociendo una parte del Cañón del Río Lobos y su Iglesia de San Bartolomé, así como los restos del Castillo de Ucero, y retornando a Ucero por el Canal Romano.
El Parque Natural del Cañón del Río Lobos constituye un singular espacio biogeográfico estructurado sobre el eje de un profundo cañón de escarpados farallones.

En su interior, además de extensos bosques de sabina y pino laricio, se dan cita una gran variedad de especies animales. Entre éstas destacan un centenar de parejas de buitres leonados. También anidan en sus inaccesibles cortados águlias reales y perdiceras, alimoches, halcones y ratoneros. Entre los mamíferos abundan los corzos, jabalíes, ardillas, nutrias, tejones y gatos monteses.

El cañón del río Lobos, declarado Parque Natural en 1985, fue una de las primeras zonas protegidas en Castilla y León. La protección abarca los más de 20 kilómetros del cañón y toda su zona de influencia. Por la espectacularidad de su relieve estar considerado como uno de los paisajes más bellos de España. En su interior y en sus alrededores se conserva, así mismo, un valioso conjunto de restos artísticos, pueblos y villas con un recio sabor tradicional: ermita de San Bartolomé, Ucero, San Leonardo y El Burgo de Osma.
La senda comienza en el aparcamiento situado junto a la Casa del Parque del Cañón del Río Lobos en el municipio de Ucero (Soria).
Este recorrido toma su nombre de una pequeña ave que es posible ver al realizar este recorrido, la Alondra totovía (Lullula arbórea), aquí conocida como Gulluría (por San Matías cantan las gullurias y se igualan las noches y los días). Aunque es una senda sencilla, su tramo inicial salva una fuerte pendiente durante unos 800 m., para después y una vez se llega al páramo, llanea hasta llegar al primer punto de interés, los restos de una antigua calera hoy parcialmente restaurada. En este primer tramo y a su espalda podrá contemplar el impresionante castillo de Ucero. Nos encontramos con una zona llana donde destacan las plantas aromáticas. Desde la calera descendemos suavemente rodeados de sabinas que empiezan a mezclarse con los pinos pudios típicos del Cañón. Llegamos al Mirador de las Gullurías con una impresionante vista sobre el Cañón.
En el Mirador de las Gullurías, se puede perder la vista en la extensa masa de pinares que desde el mismo Cañón del Rio Lobos se extiende hasta las Sierra de Urbión y Cebollera, configurándose como una de las extensiones boscosas más extensas de la Península Ibérica. Además, desde este magnífico balcón se puede observar la profundidad del cañón, hacer un repaso de algunas de las elevaciones y accidentes geográficos próximos, así como observar las aves.

Dejando atrás el mirador nuestro camino continúa descendiendo hasta el fondo de un vallejo orientado al norte en el que notaremos más frescura y que los árboles son de mayor tamaño. Esta zona está llena de rastros de jabalí, pinos silvestres, quejigos así como gayubas, de uso medicinal. Llegamos al fondo del Cañón, junto al río Lobos, y visitar la iglesia de San Bartolomé.

La ermita cisterciense de estilo románico, data del siglo XII. Destaca por su colección de canecillos con enigmáticas figuras labradas en la piedra, y su notable rosetón con estrella de cinco puntas, hoy adoptado como logotipo del parque natural.

Junto a la Ermita podemos acercarnos a observar el Balconcillo, una ventana natural en la roca donde se contemplan unas vistas panorámicas de esta zona del Cañón y la Cueva Grande, que alberga en su interior muestras de arte rupestre
No continuamos el cañón que nos llevaría a Hontoria del Pinar donde un puente romano marca el final del recorrido, sino que retornamos por el fondo del cañón siguiendo la senda del Río PRSOBU65, en dirección a Ucero. Este segundo tramo del sendero va todo el rato paralelo al río Lobos, pasando por puntos emblemáticos como Valdecea, Cuevafría y Fuenteengómez. Tanto en Valdecea como en Fuenteengómez podremos coger agua en sus fuentes (agua no tratada). En sus transparentes y puras aguas abundan las grandes hojas flotantes de los nenúfares. En algunas zonas, el río desaparece tragado por profundos sumideros, apareciendo de nuevo a los pocos kilómetros. Una vez en Fuenteengómez nos dirigimos al nacedero del Río Ucero.

El río Ucero nace en el Manadero de la Galiana, también llamado Manantial de la Galiana, Fuente de la Galiana y Nacedeero del río Ucero, que se encuentra situado a la salida del Cañón del Rio Lobos. La recarga del acuífero del Ucero se lleva a cabo a partir de la infiltración directa del agua de las lluvias y nieves que caen sobre el terreno, así como de las filtraciones de los que se pierden en él. Las calizas se comportan como trampas para el agua de lluvia; estas aguas terminarán surgiendo a la superficie en forma de fuentes, manantiales y veneros.

La disgregación de la roca caliza ha dado lugar a los relieves típicos de este paisaje kárstico. En el interior de la masa caliza se han originado un laberinto de cuevas a distintos niveles, algunas de ellas comunicadas por profundas simas.
Entre ellas la Cueva de la Galiana Baja. Se encuentra en la base del cerro El Santo y al comienzo de la cuesta de la Galiana. Antiguamente se la conocía como cueva de la Fuente, por estar debajo de ella la surgencia o nacedero del río Ucero. La boca de entrada a la cueva tiene unos 7 m. de ancho y 3 m. de alto, con una longitud de 1.330 m. lineales. En todo el recorrido nos encontramos con diferentes formas: columnas, estalagmitas, estalactitas, etc labrado por las aguas subterráneas.

Acompañamos al Río Chico durante un rato para dirigirnos al Castillo de Ucero, uno de los más emblemático de la provincia de Soria, no sólo por el edificio sino por el paisaje que lo rodea. Se encuentra situado en un escapado cerro, quedando a sus pies la villa de Ucero y su río, vislumbrándose el Cañón del Río Lobos. Su historia se remonta al siglo XIII cuando era propiedad de Doña Maria de Meneses; en el siglo XIV la adquiere el Obispo de Osma. Posteriormente se reedifica y fortalece. Conserva de esta época gran parte de sus lienzos, baluartes y algunas habitaciones derruidas y destaca sobre la esbelta Torre del Homenaje con bóvida ojival en su interior.

Para terminar, retornamos a Ucero por el Canal Romano, a través de su túnel, que formaba parte de la obra hidráulica que abastecía a la ciudad romana de Uxama, desde las fuentes del Río Ucero en el nacedero de la Galiana. Recorre 18 kms. y a su paso abastece pequeñas presas de riego en las múltiples villas que se sitúan en su trazado. El canal circula a cielo abierto en la mayor parte del trayecto, debiendo salvar algunos obstáculos por medio de túneles, represas, acueductos y sifones.

En concreto este túnel atraviesa el cerro de lado a lado con una longitud de 133 metros y está divido en tres tramos por dos pozos de ataque as ascienden hasta la superficie. Su misión, una vez realizada la obra, era permitir el paso al canal para su mantenimiento y proporcionar cierta iluminación. Su excavación se realizó desde los extremos y desde los pozos de ataque simultáneamente.