120512 Camino de Santiago. Via de Arlés. Lescar - La Commande

Las guías marcan como una etapa más Morlaas – Lescar. Ambas localidades están, en realidad, en las afueras de Pau y ambas tienen bus urbano que enlaza con el centro de Pau.

Pensando en que la etapa Morlaas – Lescar probablemente sea una etapa semi urbana, tomé por la mañana temprano el bus urbano a Pau e hice una visita turística de la ciudad de unas horas, en la que me fue imposible encontrar un sitio para dejar la mochila (no hay consigna en la estación de SNCF). Es bonito en Pau visitar el castillo de Enrique IV y el barrio de su entorno, con sus callejas peatonales.

Después tomé otro autobús urbano hasta Lescar y, tras sellar la credencial en la oficina de turismo y ver la catedral, comencé a caminar.

Desde Lescar hasta Artiguelove son unos 4,5 kms de carretera con tráfico, camino desagradable, y no ví que hubiera señales rojo/blancas del GR. Me dijeron en la oficina de turismo de Lescar que es el único camino posible, aunque al llegar a Artiguelove me pareció que el GR venía de otro sitio diferente de donde llegaba yo. En fin, si lo había, no lo supe encontrar.

En la carretera de Lescar hay que tomar el desvío a Artiguelove y luego el nuevo desvío a la izquierda que señala a LaComande y al Hotel Restaurant Kildara. Es precisamente a la altura de dicho hotel, en las afueras de Artiguelove, donde se abandona ya definitivamente la carretera y se toman sendas muy tranquilas por bosques y, a veces, pistas asfaltadas, pero sin apenas tráfico, también tranquilas.

Llego a LaComande, antigua iglesia y hospital de peregrinos, donde está la gite de etape. Esta gite es preciosa, justo al lado de la iglesia, en un prado, en fin, un gran lugar para escuchar sólo el canto de los pájaros. Un único problema, hay sólo 4 camas. El día que yo estuve éramos dos. Precio 8 euros. Tiene una sencilla pero completa cocina con microondas, la responsable de la gite me dijo que habian abierto una pequeña tienda de víveres, pero yo no compré nada porque los había comprado en Lescar, donde me dijeron que no encontraría nada hasta Olorón.

Junto a la iglesia hay también una tienda de vinos de las bodegas de la tierra, donde se puede hacer una cata. Buen sitio para comprar una botellita para la cena junto con el resto de peregrinos. En mi caso, entre los dos peregrinos que estábamos allí, nos terminamos la botella y, al día siguiente, mi amigo Phillipe y yo ya éramos buenos amigos. De hecho, hicimos juntos al día siguiente la visita a Olorón y él, allí, en Olorón terminó su peregrinación y volvió a su casa.

Tiempo en movimiento: 2h 51min