11-9-2023 VALLE DEL SILENCIO PR-LE 14 (TEBAIDA BERCIANA)

Ruta circular desde San Juan del Tejo pasando por:
- Corrales de San Mateo
- Fuente del Rebecal
- PEÑALBA DE SANTIAGO
- Iglesia de Santiago de Peñalba
- Cueva de San Genadio
- Puente de madera sobre Arroyo del Silencio
- Chano Collado
- MONTES DE VALDUEZA
- Mirador Escultura Tipo Peine de los Vientos
- Monasterio de San Pedro de Montes
- Ermita de la Santa Cruz

La senda del Valle del Silencio o Tebaida Berciana es una preciosa ruta de senderismo que discurre por la comarca de El Bierzo, al sur de Ponferrada. Se trata de una senda circular, señalizada como sendero de pequeño recorrido PR-LE-14. Discurre íntegramente por el Valle del Silencio, uniendo dos de los pueblos más representativos de la comarca: Montes de Valdueza y Peñalba de Santiago, enclavados bajo las impresionantes cumbres de los Montes Aquilianos, cuyas cotas superan los 2.000 metros.
El Padre Flórez sugirió en el siglo XVIII que El Bierzo se podía comparar a una Tebaida por los muchos santuarios, monasterios y ermitaños que tuvo en la Edad Media

La ruta circular del Valle del Silencio representa el camino que realizaron los monjes de antaño durante la Alta Edad Media encabezados por Fructuoso y Genadio en su misión de encontrar el sitio perfecto para instalar en él sus ascéticos eremitorios y poder meditar.

CUEVA DE SAN GENADIO
El Valle del Silencio es el peculiar nombre proviene de una leyenda popular que sostiene que un monje llamado San Genadio no podía meditar debido al ruido que producía un río en el valle. Al enfadarse le gritó que se callase y el flujo del agua cesó su ruido, por ello decidió que el lugar se llamaría de esa manera.
Pero Genadio no solo callaba a la naturaleza para que hiciese honor al nombre del valle, sino que era siempre acompañado por un unicornio que se encontró en el bosque y cuyo cuerno sería una reliquia sagrada para los vecinos de Montes de Valdueza. Además, cuentan que el monje, que vivió entre finales del siglo IX y principios del siglo X, fue el primer poseedor de una biblioteca ambulante. Eran los libros que siempre le acompañaban en sus incursiones en el Valle del Silencio, la única compañía que se permitía en sus épocas más solitarias.

PEÑALBA DE SANTIAGO
Porque Genadio no solo vivió en una cueva, sino que tuvo tiempo de ser obispo de Astorga, tras los ruegos del rey Alfonso III, fundó varios monasterios en la zona y restauró otros muchos, entre los que destacan el monasterio de San Pedro de Montes y el de Santa Leocadia de Castañeda. Pero su obra cumbre fue un pequeño monasterio construido en Peñalba de Santiago, el pequeño pueblo donde se estableció y murió en torno al año 936 y donde dejó una huella indeleble.

Del monasterio hoy no quedan ni los restos. Tan sólo sobrevive la iglesia conocida como Santiago de Peñalba, obra de un abad conocido como Salomón, que la edificó entre los años 931 y 937 d.C. Esta iglesia es uno de los principales reclamos turísticos de Peñalba de Santiago, una construcción mozárabe considerada una auténtica joya en su estilo.

En esta iglesia, su puerta principal no está en el frente, si no en su lado sur, algo característico de la arquitectura mozárabe.
Es el elemento más impactante y hermoso del edificio, una portada formada por dos arcos de herradura sustentadas por tres columnas de mármol con capiteles corintios. Su interior sorprende en contraste con su discreto exterior: dentro se encontraron valiosas pinturas altomedievales y allí descansan los restos del citado San Genadio.

MONTES DE VALDUEZA
Es un diminuto y encantador jpueblo unto a las orillas del río Oza, en el que destaca su herrería tradicional y el monasterio de San Pedro de Montes. Declarado Monumento Nacional, de este templo visigótico del año 635 fundado por San Fructuoso, mezcla de distintos estilos, sólo queda en pie la iglesia. Fue reconstruido por San Genadio tras ser afectado por la invasión musulmana.

TEBAIDA BERCIANA
Valle del Silencio no es estrictamente una entidad geográfica, sino más bien un epíteto de una parte del Valle del Oza que se corresponde con la Tebaida Berciana. Pues justamente del origen de este territorio como retiro espiritual y la proliferación de pequeñas entidades monacales que llevó a los cronistas medievales a compararlo con la Tebaida egipcia y con los “Santos Desiertos de Palestina”: son las cuevas del silencio que surgen en las laderas de los montes aquilanos tras la iniciativa de San Fructuoso, el primer monje que se adentró en el valle del Oza buscando silencio.