Bácor - Freila - Iglesia Mayor de Baza - Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza - Zújar
near Bácor, Andalucía (España)
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Itinerary description
Indicar que esta actividad para bicicleta de mano he necesitado la ayuda de mis compañeros en algún punto en concreto de la ruta. Por lo que elevo a muy difícil la dificultad técnica y aconsejo no hacerla en solitario con bicicleta de mano.
Camino Espiritual del Sur.
Segunda etapa:
Partimos descansados y motivados. Pero en el primer kilómetro nos metemos en pura aventura; el track marca la ruta por una rambla, pero se encuentra con agua y embarrada. Me meto sin pensarlo, Dios proveerá me digo, pero la cosa se complica, al final con la ayuda de Dani conseguimos salir del lodazal. Dani es un campeón, corredor pasional, capaz de hacer más de 100 kilómetros y 6.000 metros de desnivel positivo. Cómo podéis comprobar, me acompañan los mejores ángeles de la guarda. Retomamos de nuevo nuestro camino. Freila es una atalaya con un casco urbano troglodita de una belleza fascinante, donde más del 80% de sus viviendas son casas-cuevas. Destacan el castillo árabe de época Nazarí y su iglesia encalada dedicada a Nuestra Señora de la Enunciación. Ante su puerta principal, bajo la torre blanca y esbelta mi amigo Valentín reza con fervor, es un hombre creyente, valiente y temeroso de Dios. De pronto aparece un vehículo, estaciona y nos pregunta si queremos ver la iglesia. Por supuesto afirmamos y nos ofrece una visita guiada, se trata del párroco. Hermosas casualidades del Camino. El cura llamado José Fernando, es un hombre afable y cordial, nos despedimos agradecidos y partimos en fuerte y sufrido ascenso hasta el paraje del Puntal del Santo. Superado el collado y en el cortijo del Túnel, tomamos las Vía Verde de Baza, estos caminos son antiguos trazados ferroviarios reconvertidos en itinerarios no motorizados. Lugares donde cambiar las medicinas, por endorfinas. Nos encontramos a Juan Bonilla, originario de Tabernas, ciclista setentañero que utiliza estos maravillosos caminos para su disfrute personal, jubilado hace 15 años y de la generación que tuvo que emigrar para poder vivir con cierta dignidad. Ahora vive a caballo entre Tarrasa y Zújar, pedaleamos juntos y nos deseamos un buen Camino en la despedida. Llegados a este punto tengo que indicar un punto negativo, pues en el kilómetro 18 la vía verde choca con la autovía y la solución que han brindado deja mucho que desear, pues para salvar este obstáculo se tiene que abandonar la antigua vía ferroviaria y bajar al barranco, luego de nuevo volver a recuperar el camino con unos desniveles brutales, imposible realizarlo con mi bicicleta de mano sin ayuda. Así que una de las cualidades más loables y de las que presumen las vías verdes es de ser recorridos adaptados y aquí no se cumple, algo que se podía haber solucionado fácilmente con poca inversión. Seguimos pedaleando y disfrutando de paisajes sublimes, la Hoya de Baza está a nuestro pies, un balcón soberbio de horizontes ilimitados. Llegamos a Baza entre amapolas y jaras y paramos en una ermita donde cristianos ortodoxos celebran la Pascual. Mi compañero Valentín entra a sellar nuestras credenciales y aparece con un vaso de pan mojado en vino, según sus costumbres y tradiciones debemos tomarlo en ayunas para curar nuestros pecados. Lo comemos, aunque ya hemos desayunado. Supongo pues, que nuestros pecados no serán perdonados.
La milenaria Baza es una ciudad monumental, su patrimonio histórico artístico viene a ser un relato en piedra de las distintas culturas que a lo largo del tiempo la han habitado: iberos, fundadores de la ciudad de Basti (actual Baza), que daba nombre a una región más amplia: La Bastetania.
El general cartaginés Amílcar, según relato de Tito Livio, murió en su huida hacia Basti al ser derrotado por el caudillo hispano Orisón en el año 230 A.C.
También fue Importante ciudad de la Hispania romana, jugó un papel destacado en el comercio e intercambio de bienes entre la costa levantina y las tierras del interior.
Así como un importante núcleo de población en el período árabe-andalusí, que aquí se inicia en el año 713.
Se habla de que hasta Miguel de Cervantes estuvo por estas tierras en 1604 en sus funciones de recaudador. En fin...
Comemos y partimos entre olivos centenarios a enfrentarnos al último reto de la jornada: El cerro Jabalcón, que se eleva a modo de isla sobre el altiplano, una mole impresionante de caliza dolomítica con una composición geológica totalmente distinta a la de los terrenos que lo circundan. Subida brutal que vamos ganando con el máximo esfuerzo y que nos regala a vuelo de pájaro paisajes de arrebatadora belleza. Algunos planeos de grandes rapaces hacen más llevadero nuestro sufrimiento. Al fin llegamos a su punto más alto, donde se encuentra la ermita de la Virgen de la Cabeza, a la que acuden en romería los vecinos de la localidad de Zújar. Desde allí las vistas te dejan sin aliento y contemplamos sierra Nevada, sierra de Baza, la Sagra, Castril, Cazorla y todo el Altiplano de Granada.
Esta es mi segunda ascensión a esta atalaya, hace años subí caminando con Carmen y unos amigos por un sendero delicioso entre pinares, hoy lo he repetido, pero en bicicleta. He recordado que en aquella ocasión la bajada la realizamos por un sendero ancho con mucho desnivel y decidimos intentarlo. Mi bicicleta necesita cierto espacio y anchura, iniciamos el descenso, brutal, en el límite. No obstante, he disfrutado de esta senda montaraz, de verticalidad pavorosa.
Ahora por pista asfaltada nos dirigimos a Zújar, cuyo nombre proviene del árabe Sujayra, que significa “peña grande”. De la cual estamos descendiendo.
Disfruta esta población de sus famosas aguas y baños medicinales, que ya gozaban de prestigio en época romana y en la actualidad del Embalse del Negratín.
Llegados al hotel compartimos cena con dos ciclistas padre e hijo y entre risas y anécdotas, la vida exhala aromas de felicidad, camaradería y amistad. Que regalo de día. Gracias y Buenas noches.
Besoabrazos Amig@s. Que nunca perdáis las ganas de caminar y pedalear.
Camino Espiritual del Sur.
Segunda etapa:
Partimos descansados y motivados. Pero en el primer kilómetro nos metemos en pura aventura; el track marca la ruta por una rambla, pero se encuentra con agua y embarrada. Me meto sin pensarlo, Dios proveerá me digo, pero la cosa se complica, al final con la ayuda de Dani conseguimos salir del lodazal. Dani es un campeón, corredor pasional, capaz de hacer más de 100 kilómetros y 6.000 metros de desnivel positivo. Cómo podéis comprobar, me acompañan los mejores ángeles de la guarda. Retomamos de nuevo nuestro camino. Freila es una atalaya con un casco urbano troglodita de una belleza fascinante, donde más del 80% de sus viviendas son casas-cuevas. Destacan el castillo árabe de época Nazarí y su iglesia encalada dedicada a Nuestra Señora de la Enunciación. Ante su puerta principal, bajo la torre blanca y esbelta mi amigo Valentín reza con fervor, es un hombre creyente, valiente y temeroso de Dios. De pronto aparece un vehículo, estaciona y nos pregunta si queremos ver la iglesia. Por supuesto afirmamos y nos ofrece una visita guiada, se trata del párroco. Hermosas casualidades del Camino. El cura llamado José Fernando, es un hombre afable y cordial, nos despedimos agradecidos y partimos en fuerte y sufrido ascenso hasta el paraje del Puntal del Santo. Superado el collado y en el cortijo del Túnel, tomamos las Vía Verde de Baza, estos caminos son antiguos trazados ferroviarios reconvertidos en itinerarios no motorizados. Lugares donde cambiar las medicinas, por endorfinas. Nos encontramos a Juan Bonilla, originario de Tabernas, ciclista setentañero que utiliza estos maravillosos caminos para su disfrute personal, jubilado hace 15 años y de la generación que tuvo que emigrar para poder vivir con cierta dignidad. Ahora vive a caballo entre Tarrasa y Zújar, pedaleamos juntos y nos deseamos un buen Camino en la despedida. Llegados a este punto tengo que indicar un punto negativo, pues en el kilómetro 18 la vía verde choca con la autovía y la solución que han brindado deja mucho que desear, pues para salvar este obstáculo se tiene que abandonar la antigua vía ferroviaria y bajar al barranco, luego de nuevo volver a recuperar el camino con unos desniveles brutales, imposible realizarlo con mi bicicleta de mano sin ayuda. Así que una de las cualidades más loables y de las que presumen las vías verdes es de ser recorridos adaptados y aquí no se cumple, algo que se podía haber solucionado fácilmente con poca inversión. Seguimos pedaleando y disfrutando de paisajes sublimes, la Hoya de Baza está a nuestro pies, un balcón soberbio de horizontes ilimitados. Llegamos a Baza entre amapolas y jaras y paramos en una ermita donde cristianos ortodoxos celebran la Pascual. Mi compañero Valentín entra a sellar nuestras credenciales y aparece con un vaso de pan mojado en vino, según sus costumbres y tradiciones debemos tomarlo en ayunas para curar nuestros pecados. Lo comemos, aunque ya hemos desayunado. Supongo pues, que nuestros pecados no serán perdonados.
La milenaria Baza es una ciudad monumental, su patrimonio histórico artístico viene a ser un relato en piedra de las distintas culturas que a lo largo del tiempo la han habitado: iberos, fundadores de la ciudad de Basti (actual Baza), que daba nombre a una región más amplia: La Bastetania.
El general cartaginés Amílcar, según relato de Tito Livio, murió en su huida hacia Basti al ser derrotado por el caudillo hispano Orisón en el año 230 A.C.
También fue Importante ciudad de la Hispania romana, jugó un papel destacado en el comercio e intercambio de bienes entre la costa levantina y las tierras del interior.
Así como un importante núcleo de población en el período árabe-andalusí, que aquí se inicia en el año 713.
Se habla de que hasta Miguel de Cervantes estuvo por estas tierras en 1604 en sus funciones de recaudador. En fin...
Comemos y partimos entre olivos centenarios a enfrentarnos al último reto de la jornada: El cerro Jabalcón, que se eleva a modo de isla sobre el altiplano, una mole impresionante de caliza dolomítica con una composición geológica totalmente distinta a la de los terrenos que lo circundan. Subida brutal que vamos ganando con el máximo esfuerzo y que nos regala a vuelo de pájaro paisajes de arrebatadora belleza. Algunos planeos de grandes rapaces hacen más llevadero nuestro sufrimiento. Al fin llegamos a su punto más alto, donde se encuentra la ermita de la Virgen de la Cabeza, a la que acuden en romería los vecinos de la localidad de Zújar. Desde allí las vistas te dejan sin aliento y contemplamos sierra Nevada, sierra de Baza, la Sagra, Castril, Cazorla y todo el Altiplano de Granada.
Esta es mi segunda ascensión a esta atalaya, hace años subí caminando con Carmen y unos amigos por un sendero delicioso entre pinares, hoy lo he repetido, pero en bicicleta. He recordado que en aquella ocasión la bajada la realizamos por un sendero ancho con mucho desnivel y decidimos intentarlo. Mi bicicleta necesita cierto espacio y anchura, iniciamos el descenso, brutal, en el límite. No obstante, he disfrutado de esta senda montaraz, de verticalidad pavorosa.
Ahora por pista asfaltada nos dirigimos a Zújar, cuyo nombre proviene del árabe Sujayra, que significa “peña grande”. De la cual estamos descendiendo.
Disfruta esta población de sus famosas aguas y baños medicinales, que ya gozaban de prestigio en época romana y en la actualidad del Embalse del Negratín.
Llegados al hotel compartimos cena con dos ciclistas padre e hijo y entre risas y anécdotas, la vida exhala aromas de felicidad, camaradería y amistad. Que regalo de día. Gracias y Buenas noches.
Besoabrazos Amig@s. Que nunca perdáis las ganas de caminar y pedalear.
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