Loras (Santa Maria de Mavé-Rebolledo-Peña Mesa-Fuenteodra-Mirador de Lorilla- Arroyo Fuentilloso-Paul-Castrecias)

Salimos de Santa Maria de Mavé por el monte del convento en dirección a Rebolledo de la Torre, parada inexcusable para visitar su iglesia (San Julián y Santa Basilisa) con una excelente galería románica de diez arcos de medio punto y portada abocinada, declarada Monumento Nacional el 3 de junio de 1931 y su castillo con una vistosa torre desmochada asentada en una gran plataforma rocosa que nos deja entrever el "material geológico" que nos vamos a encontrar a lo largo de toda la ruta. De ahí subimos por una pista, a momentos asfaltada, que nos deja en las faldas de Peña Mesa y en medio de un mar erosivo de valles y caliza y con vistas a la montaña palentina y a todas las Loras. Continuamos, tras asomarnos hacia algunos de los precipicios, por el Camino de Valdeverano dirección este, protegido por dos farrallones calizos a los lados, por un camino en fácil subida, que requiere alguna salida intuitiva para librar alguna tierra de labor. Acabamos en el punto mas alto entre piedras y praderías para bajar por una pista rota hasta la localidad de Valtierra de Albacastro. Desde este punto cogemos una solitaria y placida carretera inicialmente en subida que nos deja en una rápida bajada en Fuenteodra, localidad pintoresca donde las fuentes del Odra, en momentos de deshielo estacional, nos pueden dar un espectáculo excepcional, pero hay que pillarlo en su momento, nosotros no tuvimos suerte. Seguimos en ascenso trepidante probando nuestra habilidad entre las piedras siguiendo camino hacia otra meseta de las Loras, que tras enganchar un tramo de carretera nos pone rápidamente en el mirador de la Lorilla, un precioso oteadero de las tres grandes burgalesas: Peña Mesa, Peña Ulaña y Peña Amaya, además de las tuerces y muchos de los pliegues calizos palentino. De vuelta a nuestras bicis, tras un breve trozo de carretera en vertiginosa bajada, volvemos a otro de esos valles que enamoran, entre farallones, dejando Peña Lora a nuestra izquierda, en un cómodo y continuo ascenso por el arroyo fuensilloso (totalmente seco, con la vista en al menos dos ocasiones de los restos de chozas circulares que usaban los antiguos pobladores para guardar el cereal. Una vez llegamos al punto alto bajamos por otra pista rota que nos deja en la localidad de Paul, rodeando a nuestra derecha el relicto y peculiar hayedo de Paul, desde ahí, continuamos por otra de las placidas y solitarias carreteras para saborear los últimos kilómetros entre roca y flores amarillas de los campos sembrados de Colza, pasando antes por las localidades de Castrecias y Pozancos antes de llegar a nuestro destino e inicio, es decir las puertas del monasterio benedictino de Santa María, situado en el pueblo de Santa María de Mave, reconvertido en un establecimiento hostelero. Una deliciosa ruta que nos ha descubierto nuevos parajes con ganas de seguir explorando