La Vallée Blanche.

Tras haber hecho la Alta Ruta entre Chamonix y Zermatt, había que completar con este bajadón, que no quisimos hacer antes, por el miedo a sufrir una lesión.
Esta ruta es un win win y hay que hacerla sí o sí.
Aunque dudábamos, al final la hicimos sin guía.
Nos dirigimos a la estación del telesférico del Aguile du midi, y pedimos solo subida y vuelta en tren. Hay veces que se puede bajar hasta Chamonix sin tren, pero no había nada de nieve de 2000m para abajo en esta ocasión. También pedimos seguro, ya que ese día no lo teníamos cubierto, creo que solo nos costó 3 euros. En total fueron 75.
Subimos hasta el Aguile, que es impresionante; todo, tanto la subida, como la posición arriba, al lado del Mont Blanc, el lugar es una atracción en si mismo.
Para bajar, colocamos crampones, hay una cresta que no es nada difícil (tienes cuerda fija a los dos lados), aunque veréis la gente baja encordada a los guías.
En la parte baja calzamos los esquís y nos dispusimos a bajar. Al principio iba más envalentonado, pero cuando vi que me iba a desviar de la ruta, decidimos tomar más referencia de los demás grupos, nada intrusivo. Como había tantos, simplemente cada poco ibamos mirando que llevábamos la mejor trazada. Aunque padado un tiempo, ya vimos que todo se hacía evidente, era imposible perderse.
Eso si, empezamos a toparnos con unas bañeras de más de un metro, nunca había visto algo así, cada poco se sucedía una sección de bañeras que te obligaba a luchar contra la gravedad. Esquiar, esquiar, más bien poco.
Ya finalizados estos tramos, la nieve se ponía primavera, y nos esperaban largas bajadas casi llanas donde sí volvimos a disfrutar.
Finalizamos en unas famosas cuevas que hay excavadas en el glaciar, otra atracción más. No en vano la gente hace el trayecto de chamonix solo para verlas.
Tras hacer algo de turisteo en el interior de las cuevas, subimos los inumerables escalones hasta llegar a un telecabina y de ahí al tren, super antiguo y bonito.
Era la última atracción que visitabamos en el día, y que nos llevaba hasta Chamonix de nuevo.
Somos afortunados de poder hacer todo eso en un solo trayecto circular, la gente normalmente sube y baja al Aguile y luego va al Glaciar y vuelve. Nosotros hacemos todo combinado con la bajada impresionante y además nos sale más barato.
Es recomendable llevar unas zapatillas para cuando acabéis, ya que la subida es muy larga.
Esta subida es larga porque el glaciar está desapareciendo aceleradamente, conforme subes, hay carteles que indican el estado del glaciar años atrás. Es muy triste, tras subir 15 o 20 metros de escalera, encontrarte con un cartel que dice, que en el año 2000, el glaciar, estaba ahí.