Pedaleando por el pasado y futuro de la pequeña población de Ezkio
near Beasain, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Con Jesús Mari y Juanjo del CVCE, Francisco y JOS, me acerco en el tren de cercanías a Beasain, desde donde por bidegorri atravesamos Ormaiztegi para ascender a Gabiria (y llegar al puerto de BALÈS “hors categorie”, para celebrar el décimo aniversario del ascenso que realizaron en 2007, jeje, el bromista de Jesús Mari y Cia).
Descendiendo hacia Legazpi, JOS y yo recibimos junto a la ctra y de sopetón, el saludo de un simpático burro con un rebuzno sonorísimo «hi-aaa, hi-aaa», larguisimo y de muchísimos decibelios (qué pena el no haber podido grabarlo, pues nunca habíamos escuchado uno tan largo e intenso).
Ya en Legazpi tomamos el bidegorri que bordea la antigua fábrica de Patricio Echeverria (hoy Bellota), proyectado su difícil trazado en su día por nuestro acompañante Francisco.
Resulta sorprendente que en cualquier bidegorri de la Gipuzkoa profunda, el amigo Jos se detenga para saludar a algún caminante, y tengamos que esperarle, esta vez a un antiguo colega del curre, con foto incluida.
Antes de llegar a Ormaiztegi tomamos la ctra que asciende a la población de Ezkio (municipio separado de Itxaso en diciembre de 2016) pero antes hacemos una parada en el Caserío Igartubeiti, que fue adquirido por la Diputación Foral de Gipuzkoa en 1990.
Tras las correspondientes obras de restauración, desde el verano de 2001 funciona como Museo/Centro de Interpretación, representando uno de los mejores ejemplos de la arquitectura tradicional en madera de los siglos XVI y XVII, y fiel reflejo de la Edad de Oro del caserío vasco.
Su visita (muy recomendable) te acerca a la historia y evolución de los caseríos vascos y a los modos de vida de las gentes que los habitaban, retornando a los ambientes, la atmósfera, el mobiliario y las herramientas de un caserío de esa época, además de ver un lagar de viga completo del siglo XVI en funcionamiento.
En nuestro caso, esta vez la parada consistió simplemente en hacernos unas fotos en la bella fachada de madera del caserío.
Tras un rápido refrigerio en el Ostatu del pueblo, descendemos de nuevo a la ctra general hacia Ormaiztegi, desviándonos a la izda a los aledaños de la futura estación del Tren de Alta Velocidad (TAV), ”la Y vasca”, que unirá las tres capitales de Euskadi.
En el Ostatu había preguntado al barman (que resultó ser una persona muy abierta y agradable) sobre las famosas apariciones de la Virgen Maria en la campa de Anduaga en verano de 1931 (recién proclamada en Eibar en abril la 2nda República), por parte de varias personas del pueblo que convirtieron a Ezkio en un centro de peregrinación de muchísima gente durante varios años.
En esos meses de máximo entusiasmo popular, hasta finales de diciembre de 1931, cuando la Iglesia prohibió los actos, miles de personas acudían a la colina de las apariciones. Se estima que en ese año peregrinaron hasta Ezkio un millón de personas. Se consideró el lugar como el “Lourdes vasco”.
Rápidamente la prensa de la época se hizo eco de la noticia y empezaron a correr todo tipo de rumores sobre el caso.
Así el diario republicano El Liberal, el 20 de julio, comentaba: Unos dicen que han visto a la Virgen con el Estatuto de Estella debajo del brazo; otros afirman que lo que tiene la Virgen debajo del brazo son los fueros, sin espada.
Muy pronto, las autoridades civiles y religiosas de Ezkio acordaron conformar una comisión informal para recoger los testimonios de los visionarios y verificar su veracidad.
Se cuenta que uno de los más conocidos, Patxi de Ataun, pidió en noviembre de 1931, tener una cita con los entonces diputados vascos católicos Jesús María Leizaola, Marcelino Oreja y José Antonio Aguirre, para comunicarles un mensaje de la Virgen. Pero ninguno de ellos se lo tomó en serio. Este visionario precisamente acabaría en el sanatorio de Mondragón.
La negativa del obispado de Vitoria a reconocer las visiones hizo que el fenómeno se apagara. Finalmente la Iglesia católica se posicionó en contra de las apariciones.
Pero, a pesar de todo, algunos visionarios no desistieron en mantener viva la llama del fenómeno. De ahí que promovieran, en mayo de 1932, la construcción de un santuario.
Pio Baroja en 1932 escribió la novela Los Visionarios, que versaba sobre las apariciones de Ezquioga.
Manuel Gutiérrez Aragón en 2001 dirigió la película Visionarios, también sobre las apariciones, que no tuvo mucho eco, al parecer bastante sesgada y con errores importantes.
El barman me comenta que como consecuencia de las obras de la estación del TAV en Ezkio, el santuario tiene desde 2013 nueva ubicación, en un pequeño refugio en la parte trasera de lo que fue el Ayuntamiento de Ezkio-Itsaso
Y aunque los más devotos de los visionarios se han ido muriendo, se siguen celebrando convocatorias en el referido refugio, con asistencia de los más forofos seguidores de los visionarios.
Tras la narración de esta curiosa historia y volviendo a la ctra, abandonamos los alrededores de la estación del TAV, para coger en Ormaiztegi el tren de vuelta a Donosti.
En resumen, que este municipio del interior de Gipuzkoa (separado recientemente de Itxaso), de pocos cientos de habitantes, con un sorprendente pasado y un tanto inesperado futuro, pues con la nueva estación del TAV, conectará en menos de 20' con Bilbao, Vitoria y Donosti.
Al inicio del reportaje se han añadido 6 impresionantes fotos históricas de Ezkio de la época de sus visionarios habitantes y devotos seguidores.
Descendiendo hacia Legazpi, JOS y yo recibimos junto a la ctra y de sopetón, el saludo de un simpático burro con un rebuzno sonorísimo «hi-aaa, hi-aaa», larguisimo y de muchísimos decibelios (qué pena el no haber podido grabarlo, pues nunca habíamos escuchado uno tan largo e intenso).
Ya en Legazpi tomamos el bidegorri que bordea la antigua fábrica de Patricio Echeverria (hoy Bellota), proyectado su difícil trazado en su día por nuestro acompañante Francisco.
Resulta sorprendente que en cualquier bidegorri de la Gipuzkoa profunda, el amigo Jos se detenga para saludar a algún caminante, y tengamos que esperarle, esta vez a un antiguo colega del curre, con foto incluida.
Antes de llegar a Ormaiztegi tomamos la ctra que asciende a la población de Ezkio (municipio separado de Itxaso en diciembre de 2016) pero antes hacemos una parada en el Caserío Igartubeiti, que fue adquirido por la Diputación Foral de Gipuzkoa en 1990.
Tras las correspondientes obras de restauración, desde el verano de 2001 funciona como Museo/Centro de Interpretación, representando uno de los mejores ejemplos de la arquitectura tradicional en madera de los siglos XVI y XVII, y fiel reflejo de la Edad de Oro del caserío vasco.
Su visita (muy recomendable) te acerca a la historia y evolución de los caseríos vascos y a los modos de vida de las gentes que los habitaban, retornando a los ambientes, la atmósfera, el mobiliario y las herramientas de un caserío de esa época, además de ver un lagar de viga completo del siglo XVI en funcionamiento.
En nuestro caso, esta vez la parada consistió simplemente en hacernos unas fotos en la bella fachada de madera del caserío.
Tras un rápido refrigerio en el Ostatu del pueblo, descendemos de nuevo a la ctra general hacia Ormaiztegi, desviándonos a la izda a los aledaños de la futura estación del Tren de Alta Velocidad (TAV), ”la Y vasca”, que unirá las tres capitales de Euskadi.
En el Ostatu había preguntado al barman (que resultó ser una persona muy abierta y agradable) sobre las famosas apariciones de la Virgen Maria en la campa de Anduaga en verano de 1931 (recién proclamada en Eibar en abril la 2nda República), por parte de varias personas del pueblo que convirtieron a Ezkio en un centro de peregrinación de muchísima gente durante varios años.
En esos meses de máximo entusiasmo popular, hasta finales de diciembre de 1931, cuando la Iglesia prohibió los actos, miles de personas acudían a la colina de las apariciones. Se estima que en ese año peregrinaron hasta Ezkio un millón de personas. Se consideró el lugar como el “Lourdes vasco”.
Rápidamente la prensa de la época se hizo eco de la noticia y empezaron a correr todo tipo de rumores sobre el caso.
Así el diario republicano El Liberal, el 20 de julio, comentaba: Unos dicen que han visto a la Virgen con el Estatuto de Estella debajo del brazo; otros afirman que lo que tiene la Virgen debajo del brazo son los fueros, sin espada.
Muy pronto, las autoridades civiles y religiosas de Ezkio acordaron conformar una comisión informal para recoger los testimonios de los visionarios y verificar su veracidad.
Se cuenta que uno de los más conocidos, Patxi de Ataun, pidió en noviembre de 1931, tener una cita con los entonces diputados vascos católicos Jesús María Leizaola, Marcelino Oreja y José Antonio Aguirre, para comunicarles un mensaje de la Virgen. Pero ninguno de ellos se lo tomó en serio. Este visionario precisamente acabaría en el sanatorio de Mondragón.
La negativa del obispado de Vitoria a reconocer las visiones hizo que el fenómeno se apagara. Finalmente la Iglesia católica se posicionó en contra de las apariciones.
Pero, a pesar de todo, algunos visionarios no desistieron en mantener viva la llama del fenómeno. De ahí que promovieran, en mayo de 1932, la construcción de un santuario.
Pio Baroja en 1932 escribió la novela Los Visionarios, que versaba sobre las apariciones de Ezquioga.
Manuel Gutiérrez Aragón en 2001 dirigió la película Visionarios, también sobre las apariciones, que no tuvo mucho eco, al parecer bastante sesgada y con errores importantes.
El barman me comenta que como consecuencia de las obras de la estación del TAV en Ezkio, el santuario tiene desde 2013 nueva ubicación, en un pequeño refugio en la parte trasera de lo que fue el Ayuntamiento de Ezkio-Itsaso
Y aunque los más devotos de los visionarios se han ido muriendo, se siguen celebrando convocatorias en el referido refugio, con asistencia de los más forofos seguidores de los visionarios.
Tras la narración de esta curiosa historia y volviendo a la ctra, abandonamos los alrededores de la estación del TAV, para coger en Ormaiztegi el tren de vuelta a Donosti.
En resumen, que este municipio del interior de Gipuzkoa (separado recientemente de Itxaso), de pocos cientos de habitantes, con un sorprendente pasado y un tanto inesperado futuro, pues con la nueva estación del TAV, conectará en menos de 20' con Bilbao, Vitoria y Donosti.
Al inicio del reportaje se han añadido 6 impresionantes fotos históricas de Ezkio de la época de sus visionarios habitantes y devotos seguidores.
Waypoints
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1,373 ft
En la cima el equipo al completo celebrando el décimo aniversario de la hazaña de Jesús Mari y Juanjo
Cxv
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