Losa del Obispo a Villar del Arzobispo. Sendas Tormé, Hoya del Puerco y Castelar.

Ruta completa, muy exigente en lo físico con alguna subida bastante dura, y también en lo técnico en algunos pasos por las sendas.
Hay una subida por senda imposible, ni eléctrica ni hostias, tendrá mas de 35% que ni a pié porteando las bicis podiamos. Son solo unos 60 m., pero suficientes para desfondarte vivo.
La ruta la hemos empezado hacia el sur buscando el paraje del rio Turia, pero en el Km 5,1 el barranco de Tarragón traía tanta agua que nos ha sido imposible cruzarlo por mucho que hemos buscado un paso y hemos tenido que volver sobre nuestro pasos y mirar una alternativa para enlazar al track original.
Encarados ya al norte hacia Casa de la Matraquera, cruzamos la carretera nacional y, enseguida a la derecha, cogemos un camino con el que vamos ganando altura pasando por el balneario de Verche. En un ascenso largo por el camino de Villar y que nos deja en el Km 19,8 a las puertas de la primera senda, cortita pero bastante traviesa por los regueros y, aunque no desmontamos, si sacamos algún que otro pié de los pedales. Tocamos brevemente el camino y ya estamos en una segunda senda, la conocida senda de Tormé, rápida, limpia y disfrutona.
De nuevo en la pista/camino volvemos al punto por donde subimos pero tomamos a derecha una chuche, una senda corta que al principio está muy cerrada por la vegetación y prácticamente no deja pasar, pero que luego se deja hacer con agrado.
Iniciamos otro ascenso y en el km 25,8 viene el tramo mas sinvergüenza del recorrido, es la conocidísima senda Hoya del Puerco, terrenos sueltos, escalones seguidos y dos o tres pasos con desniveles negativos serios sobre pedroleo, que a algún compañero lo ha hecho desmontar, son 20 m., no hay miedo, pié a tierra si hace falta que nosotros nos ganamos la vida de otra forma y no como especialistas de cine. Aún así para los endureros y quemados, es un tramo de verdadero disfrute.
En el Km 29,9 cogemos otra clásica, la senda Castelar. Tiene pasos complicados pero solo por las grandes roderas que la acompaña en casi todo su trazado. Tocamos de nuevo camino y enseguida llegamos a otra senda, pero ahí, desde el km 31,1 al 31,2 del track es donde hay que sufrir bien y pagar por todos los pecados porteando la bici hacia arriba donde no agarran ni las zapatillas. Eso si, coronas y con una sonrisa inconsciente, vuelves a bajar por senda, inclinada y rota rota por las roderas, pero divertida si te gusta este tipo de trazados.
Llegados nuevamente a la pista nos acercamos hasta la fuente de los Tres Caños de Villar del Arzobispo para reponer los bidones. Al lado, su enorme e interesante lavadero, visita obligada.
Volvemos a la pista y comenzamos un ascenso de 5 km que ya se va haciendo pesado por el acumulado y el esfuerzo. Tocamos techo y bajamos dirección a Losa de Obispo por un camino rápido con mucho material suelto donde cogemos buena velocidad. Pero aún nos queda una última travesura y, en el Km 41,2 a izquierda tomamos un ascenso (que gracias al botón eléctrico de la felicidad no mando la bici ya a tomar por saco) que nos deja al incicio de la llamada senda del Castillo, buen descenso, inclinada, rota y suelta, como perfecto postre final a un inolvidable día de MTB.
Terminamos con un homenaje a la ruta con una torrada de lujo en la terraza del restaurante Casa Anselmo, donde incluso nos han facilitado un local para guardar las bicis durante el ágape.