Las Dehesas Fuenfria Rio Moros accidentado

Una ruta muy interesante que hace tiempo que queríamos hacer y que hemos visto truncada a medio camino por una caída y reventón de rueda, una pena.

Salimos pronto de Las Dehesas de Cercedilla, punto habitual para las rutas que suben a esta parte de la Sierra, y con nuestra asistencia eléctrica nos hemos hecho el puerto de la Fuenfría sin despeinarnos, siempre controlando pulsaciones y estado físico, que ya vamos teniendo una edad, jeje. Por cierto, que las mediciones de altura están mal, supongo que la aplicación del teléfono no ha pillado bien las referencias.

La idea era cruzar el collado de Marichiva, ahora que todavía no está restringida la circulación por la pista del Río Moros, y bajar por todo el valle para luego subir el alto del León y volver a Cercedilla por la pista de los Lomitos. Una ruta de unos 45- 50 Km que tiene muy buenas vistas y es muy agradable de hacer con las bicis.

Y así hemos hecho, bajando por la trialera que hay tras cruzar Marichiva, una bajada vertiginosa muy empedrada, de poco más de un Km, para luego tomar la pista que rodea los embalses y baja bordeando el Río Moros. El percance ha sido una piedra traicionera que, poco después de pasar el embalse del Tejo, ha reventado la rueda delantera de la bici de Carmen, con el consiguiente costalazo en plena bajada. Una putada, que aunque afortunadamente no ha tenido grandes consecuencias, más allá de unos rasponazos y un golpe en las costillas, nos ha obligado a suspender la ruta y volver por nuestros pasos.

Porque el problema ha sido que, con las ruedas tubelizadas que llevamos, no hay muchas posibilidades de arreglar el pinchazo. Menos mal que el reventón de la cubierta ha sido en un flanco, y hemos podido taparlo con esparadrapo, vendando bien la cubierta (hay foto) y con la bomba de cartuchos de aire comprimido hemos conseguido volver a talonar la rueda y meter suficiente aire para subir a la Fuenfría (bendito motorcillo de asistencia a la pedalada). Con cuatro cartuchos, metiendo aire cada cuatro o cinco Km, hemos podido llegar al coche. Y es que la perspectiva de ir arrastrando la bici, con los 22 kilos que pesa, era un poco penosa.

En fin, que volveremos a completar ruta y nos acordaremos de la aventura con una sonrisa.