GR5. Capileira-Buvión-Pampaneira-Trevélez-Bérchules-Mecina Bombarón-Yegen-Ugíjar-Válor

En esta extraordinaria segunda etapa alpujarreña con inicio en Capileira y final en Válor, atravesamos las poblaciones de Bubión, Pitres, Pórtugos, Trevélez, Juviles, Alcútar, Mecina-Bombarón, Yegen y Ugíjar.
Enclavados en el corazón de la Alpujarra, los municipios de Capileira, Bubión y Pampaneira cuelgan del barranco de Poqueira, que desciende desde el pico Veleta de Sierra Nevada. Los tres pueblos han sido declarados Conjunto Histórico Artístico.
Su arquitectura es la propia de los poblados bereberes, paisaje de calles empinadas y viviendas escalonadas con tejados planos de pizarra y adaptadas a los escarpados perfiles del terreno.
Su orientación hacia el mar Mediterráneo consigue que, incluso en invierno, sus temperaturas sean suaves. La arquitectura morisca, la tranquilidad y pureza de su ambiente y un agradable clima mediterráneo han hecho de estas poblaciones un refugio de quienes buscan una manera alternativa de vivir.
En Trevélez mientras degustábamos en una terraza un jamón exquisito, llegaron los participantes de La Marcha Cicloturista Internacional Sierras de la Alpujarra “La Indomable”.
Es una ruta cicloturista de gran fondo que nace con la idea de mostrar el magnífico entorno, pueblos, paisajes y carreteras de Las Alpujarras a los amantes del ciclismo y público en general.
Los ciclistas (más de 2000) que disfrutan de esta ruta, tienen el privilegio de rodar en un mismo día desde orillas del Mediterráneo hasta el pueblo más alto de España, con más de 4000 m de desnivel positivo.
La Indomable nació con dos opciones para dar cabida al máximo número posible de ciclistas, una de 197km y otra de 120km, ambas con una gran dureza y belleza únicas.
Los que hacían la corta terminaron en Trevélez, mientras que el resto volvía hacia Almería, con algunos de los cuales coincidimos a la vuelta. Iban bastante fundidos pero sin electrica claro.
Dejamos a los ciclistas en la bella localidad de Yegen, perteneciente al municipio de Alpujarra de la Sierra, que goza de unas vistas privilegiadas hacia la Sierra de la Contraviesa. Desde aquí pudimos divisar el Mar Mediterráneo.
Yegen es un lugar muy conocido porque en él se instaló (1920-1932) con 25 años y 2000 volúmenes, el hispanista inglés Gerald Brenan que escribió la obra “Al sur de Granada” y que luego se llevó al cine.
Hace unos años el Ayuntamiento adquirió y habilitó con mucho acierto la fonda donde se hospedó Brenan al principio, como museo dedicado a su memoria. También acoge una interesante exposición permanente de centenares de fotografías realizadas hace muchos años por Vagn Hansen conocido en el pueblo por 'Juan el Dinamarca'.
Este lugar se ha convertido en uno de los más importantes reclamos turísticos y culturales de la zona.
El pedalear y detenerme en estos pueblos de tanto encanto, colgados en la parte de la Alpujarra alta, me traían recuerdos de aquella travesía que un grupo de 15 personas durante 8 días hicimos con Julio Villar hace 18 años, por las alpujarras almerienses y granadinas, atravesando luego Sierra Nevada de sur a norte, viendo el nacedero del Genil y siguiendo su cauce hasta la apoteósica entrada por Sacromonte y Albaicín a la capital granadina.TAMBIÉN INOLVIDABLE!!!
A continuación bajamos a Ugíjar en busca de un cable conector para la carga del móvil que lo habíamos dejado en el hostal anterior. Y por qué en Ugíjar?
Pues muy sencillo, al ser un sábado por la tarde, un bazar chino era el único establecimiento abierto en todas las alpujarras (y único chino).
Los alpujarreños con cierto humor nos decían que no querían chinos, que ya tenían bastantes cochinos.
A nosotros, una vez más, nos resolvieron el no quedarnos incomunicados y poder seguir grabando las etapas en wikiloc.
Con el problema resuelto y tras tomarnos nuestras buenas cervezas, ascendemos de nuevo a la parte alta alpujarreña, hasta Válor, donde nos alojamos en “Las Perdices”, hostal muy agradable y de trato familiar.
Previamente cenamos en el restaurante Aben Humeya, de muy buena cocina alpujarreña, muy muy económica y atenciones y servicio exquisito por la dueña que después de tomarnos unas cervezas en la terraza, nos preparó una mesa para cenar viendo la final de la Champions.
A la mañana siguiente el desayuno con zumo de naranja natural en la terraza con una temperatura muy agradable. Muy recomendable el restaurante!!!