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Garganta la Olla-Jaraíz-Cuacos de Yuste (Circular)

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Trail stats

Distance
20.45 mi
Elevation gain
2,841 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
2,841 ft
Max elevation
3,039 ft
TrailRank 
71 5
Min elevation
1,535 ft
Trail type
Loop
Time
3 hours 4 minutes
Coordinates
7989
Uploaded
September 25, 2022
Recorded
September 2022
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near Garganta la Olla, Extremadura (España)

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Itinerary description

CONSEJOS: Hay un aparcamiento de autocaravanas a la entrada del pueblo ideal para dejar el coche. La ruta no tiene apenas complicaciones técnicas. Se cicla en su totalidad aunque hay un par de tramos cortos que requieren de algo de habilidad. Aunque hay alguna fuente es recomendable llevar agua. Si alguien está cansado al llegar a Cuacos de Yuste, y no quiere acometer la última subida, desde el “Cementerio Alemán” puede seguir por la carretera hasta llegar a Garganta acortando la ruta y el desnivel total. Si estáis por la zona dos días, podéis combinar esta ruta con otra más corta que tengo marcada muy cerca https://es.wikiloc.com/rutas-bicicleta-electrica/circular-cuacos-aldeanueva-114627152. En dos días da tiempo de sobra a hacer las rutas y turismo.

DESCRIPCIÓN:
Partimos del aparcamiento para autocaravanas que hay a la entrada de Garganta la Olla, y después de cruzar el pueblo y un pequeño tramo de carretera, entramos en pista de tierra que no dejaremos hasta Jaraíz de la Vera. Al principio ascendente, el camino los lleva por cultivos propios de la zona (cerezo, castaño, higuera...). pasamos cerca del Embalse de Jaraíz, pero no llegamos a verlo, solamente su dique de contención. Una vez en en las proximidades de Jaraíz, sólo unos pocos metros de asfalto nos enlazan de nuevo con pistas que evitan que tengamos que entrar en esta localidad cacereña. Después de atravesar huertos y bosque de castaños y roble salimos de nuevo al asfalto, a la carretera que lleva a Cuacos de Yuste. Una nueva pista a la derecha nos lleva hasta a este bonito pueblo sin necesidad de tener que ir por carretera, eso sí, para llegar al “Cementerio Alemán” no queda otro remedio que volver al asfalto (trayecto corto). Visitamos el “Cementerio” y desde allí sale una pista ascendente que poco a poco los va enseñando el Valle de la Vera desde las alturas. Un precioso mirador nos muestra una panorámica de los pueblos de la zona y del conocido monasterio donde el emperador Carlos V pasó los últimos años de su vida. Un poco más adelante nos salimos de la pista y entramos en un camino estrecho y poco evidente (mejor seguir el track), con algún pequeño tramo trialero que nos lleva a las proximidades de Garganta. De nuevo por pistas, pasamos por unas antenas, salimos a la carretera y poco después cerramos el recorrido circular llegando a Garganta la Olla donde hemos dejado el coche.

En cualquier caso, como digo en otras rutas, teniendo el track en el teléfono o GPS, las descripciones están un poco de más.

La ruta aquí descrita, así como los tracks para GPS son orientativos. Queda bajo la responsabilidad de quien la realice, tomar las medidas de seguridad apropiadas para el itinerario, que dependerán tanto de las condiciones climatológicas, como de la preparación técnica y física de la persona que la lleve a cabo. Quede bien claro que todo lo indicado (track y comentarios) es a nivel informativo y sin ningún otro tipo de ánimo, eximiéndose el autor de responsabilidad alguna ante cualquier percance que pudiera sufrir quien por voluntad propia o inducida realice la actividad.


VARIOS:
GARGANTA LA OLLA: Garganta la Ollа (conocida en la Edad Media como Ad Fauces) es un municipio español de la provincia de Cáceres, Extremadura. Pertenece a la comarca de la Vera y al partido judicial de Plasencia.
El municipio tiene más de 1000 habitantes y se sitúa al oeste de su comarca, protegido por la sierra de Tormantos, una estribación de la Sierra de Gredos. Las localidades más cercanas por carretera son Jaraíz de la Vera y Cuacos de Yuste. Suele situarse en Garganta la Olla la leyenda de la Serrana de la Vera.
Edad Antigua
La zona ya estuvo poblada desde antiguo, como lo demuestra la presencia de varios castros vettones. En tiempos visigodos existían dos monasterios de cierta fama, en la actualidad lamentablemente derruidos, el de San Martín de Tours y el de San Salvador.
La primera población del término se conoció como Ad fauces (de faux, faucis) que significa junto a las gargantas. En la actualidad, la población, que es de fundación altomedieval, se conoce como Garganta la Olla debiendo este apelativo a la orografía del lugar. Se encuentra en la confluencia de dos gargantas, la Mayor y la de San Blas. Es muy probable, que el nombre original de la garganta Mayor, fuera el de la garganta de la Olla, y que el pueblo fundado, en origen se llamara, el pueblo de la garganta de la Olla. Lo cual indicaría además que en algún tiempo, la región se conoció como La Olla.
Edad Media[editar]
Aguas abajo de la garganta Mayor existen los restos de una población más antigua conocida como Carnaceas. Dado que el cambio de la población fue a una zona más elevada y segura, es posible que Carnaceas se tratara de alguna población ocupada por las tropas de Alfonso VI o fundada en la época, que posteriormente fue destruida por los almorávides. El término Carnaceas, se relaciona con el de carnicería, en relación con la matanza que tuvo lugar. Queda ahora la duda, si aquella población fue la original Ad fauces.
Entre Alfonso VI y Alfonso VIII, las tierras volvieron a pasar a manos cristianas, creándose en un feudo fronterizo bajo la titularidad de Fernán Rodríguez de Castro.
El municipio terminó siendo incorporado al reino de Castilla en algún momento de finales del siglo XII, por el rey de Castilla Alfonso VIII. Estas tierras fueron colonizadas por contingentes de colonos del Reino de Castilla, en su gran mayoría de las sierras de Ávila, localidad a la que en un principio perteneció. Se da el caso, que estos repobladores, ganaderos principalmente, tenían mayoritariamente un origen vasco-navarro, al igual que la mayor parte de las poblaciones repobladas en las sierras abulenses.
Respecto a la teoría del origen altomedieval de la población Garganteña, a partir de población de Caparra, hay que considerar dos detalles, por una parte que Caparra en esta época estaba casi desploblada, y por otra, que las tierras de Caparra pertenecían al reino de León.
La población formaba parte de lo que se conocía como el Sexmo de la Vera, asociación de pueblos para la administración común de bienes, que fue asignado a la Ciudad de Plasencia, bajo la forma del Sexmo de Plasencia. Dicha ciudad organizó la localidad, ejerciendo jurisdicción sobre ella. La presencia de algunos apellidos toponímicos castellanos, navarros y vascos (Curiel, Mayora, Lerga, Acedo, Carrondo, Redondo, Bolivar entre otros) parece apuntar que no se limitó a una mera organización de la población preexistente, sino que trajo pobladores de los reinos de Castilla y de Navarra.
En 1340, Alfonso IX, la cedió a los infantes de la Cerda, como agradecimiento por el reconocimiento que le hicieron como monarca en Almendral. La ciudad de Plasencia, se negó a perder su jurisdicción sobre la población imponiéndoles pagos por el aprovechamiento de los recursos de la localidad, con tal virulencia, que los naturales se quejaron a los infantes de la Cerda y amenazaron con la despoblación. Estos a su vez lo hicieron al rey de Castilla, que por entonces era Enrique II, el cual amonestó a la ciudad. Más tarde perteneció al Marqués de Villena. D. Diego López Pacheco marqués de Villena, perdió la posesión del término, que paso de nuevo a la corona, como motivo de haber apoyado a Juana la Beltraneja en la batalla de Toro. Quedando los marqueses como meros administradores de justicia civil y criminal a través de personas nombradas por ellos para el cargo. Esta situación se prolongó hasta el siglo XIX.
Edad Moderna
Plasencia, por su parte, intentó recuperar su jurisdicción sobre Garganta hasta finales de la edad media. Ocupó terrenos del término, que fueron recuperados por la población gracias a diversos pleitos ganados entre los años 1490 y 1493. La ciudad tuvo que repartir los terrenos que había ocupado entre los garganteños y pagar los gastos de los pleitos. Es de destacar que en 1492 se dio incluso un enfrentamiento armado entre los dos bandos; la ciudad por una parte y los que apoyaban el señorío por otra. Estos últimos organizados en lo que llamaron "Guerrilla de San Martín" y apoyados por tropas del conde de Oropesa, plantearon combate sirviéndose como protección de las murallas del antiguo monasterio de San Martín y resultaron vencedores. Hasta el año 1772 merced a una ejecutoria, consiguió el disfrute del aprovechamiento integral de tierras y pastos.
Siglo XIX
No parece que fuera especialmente dañada durante la Guerra de independencia, ni que se rebelara, como hicieron otros pueblos de la zona contra las tropas de Napoleón. Tampoco es de destacar que se viera afectada por las guerras carlistas.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad de constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura que desde 1834 quedó integrado en Partido judicial de Jarandillaque en el censo de 1842 contaba con 360 hogares y 1972 vecinos.
Siglo XX
Durante la guerra civil, la población cayó bajo el control del bando nacional, no registrándose confrontaciones armadas en la zona, si exceptuamos las posteriores relacionadas con la lucha del maquis.
A lo largo del siglo XX, fue perdiendo población por emigración en un proceso que aún no ha parado y que ha supuesto la reducción del número de habitantes a la tercera parte de los que eran en el siglo XIX. La mayoría de los emigrantes se trasladaron a las grandes ciudades (Madrid, Bilbao y Barcelona) y en el extranjero a Holanda, quedando una numerosa comunidad de garganteños y descendientes en Eindhoven.
En 1982 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico.

LA SERRANA DE LA VERA: Es un personaje de un mito español muy extendido por toda Extremadura, especialmente en la zona de los Riberos del Tajo, Garganta la Olla, el Valle del Jerte y La Vera, de donde se la supone originaria y donde pervive el personaje en toda su dimensión mítica, al igual que por otras zonas, donde es conocida por haberse extendido las versiones del romance de la Serrana por toda la península ibérica (incluyendo Portugal) y el Archipiélago Canario.
Se trataría de una hermosa mujer con apariencia de cazadora o de amazona de fuerza sobrehumana y ciertas características sobrenaturales que vivía en los montes y llevaba a los hombres con los que se cruzaba a su cueva para matarlos (a menudo después de emborracharlos y/o tener sexo con ellos) y guardar los huesos en la cueva.
Posee cierta relación con la tradición de las "serranillas" medievales, a lo que se añadirían otros componentes míticos para forjar el mito actual de la Serrana.
El personaje ha acabado derivando en diversas manifestaciones, pudiéndose distinguir entre la Serrana de la Vera como mito, la Serrana como personaje de los romances, la Serrana de las diversas interpretaciones de dicha tradición oral y la Serrana como personaje de la literatura (especialmente del Siglo de Oro).
En un ensayo de Julio Caro Baroja sobre la Serrana se planteaba la cuestión de no muy difícil solución sobre si la Serrana era una realidad histórica mitificada o un mito transformado en realidad historificada. Multitud de estudiosos han interpretado a la Serrana de forma histórica e incluso han tratado de buscarle una identidad histórica de carne y hueso. Algo que en algunos casos ha asumido el pueblo, que, en las zonas donde el mito se halla más arraigado, lo mismo otorga características sobrenaturales a la Serrana parecidas a las de otros seres mitológicos de otras culturas, que habla de conocer la identidad de la Serrana, en qué época vivió, en qué casa o cuál era su familia. En cambio, algunos estudiosos actuales señalan su probable origen mítico primitivo, como ya apuntó Caro Baroja.

MONASTERIO DE YUSTE:
Es un monasterio y casa palacio en el que se alojó y murió Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico tras su abdicación. Se encuentra cerca de la población española de Cuacos de Yuste, en la comarca de La Vera, al noreste de la provincia de Cáceres. El convento actual se reconstruyó sobre las ruinas del viejo monasterio que sirvió de residencia al emperador en los dos últimos años de su vida (1556-1558). Fue declarado en 2007 como Patrimonio Europeo.
El monasterio de Yuste data de 1402, cuando se construyó, según cédula existente, un cenobio que posteriormente dio paso al actual edificio, el cual fue erigido a iniciativa de varios vecinos de la Vera, con el objeto de continuar allí la vida contemplativa de los «ermitaños de la pobre vida», acogidos con posterioridad a la Orden de San Jerónimo.
En el año 1556 Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico decidió retirarse a algún convento para hacer en él vida monástica, eligiendo para ello el Monasterio de Yuste. Por esta razón tuvieron que realizarse numerosas obras para ampliar las escasas dependencias con las que el monasterio contaba en ese momento y que eran insuficientes para albergar al emperador y a las 60 o 70 personas con las que contaba su séquito personal.
La Casa-Palacio constaba de dos plantas con cuatro estancias cada una, alrededor de un patio interior. Las habitaciones del emperador estaban ubicadas junto al coro de la iglesia, de modo que le permitían asistir a los oficios religiosos desde su propio dormitorio, sentado en su litera, donde permanecía postrado debido a la grave afección de gota que le aquejaba. Durante la estancia del emperador en Yuste, numerosos personajes de la corte pasaron por allí para visitarle, entre ellos su propio hijo, el rey Felipe II.
El 21 de septiembre de 1558, murió Carlos V en la que fue su última morada. Fue enterrado en la iglesia para, con posterioridad, ser trasladados sus restos al panteón real del Monasterio de El Escorial, por expreso deseo de su hijo Felipe II.
En 1809, durante la Guerra de la Independencia Española, las dependencias del convento fueron incendiadas por las tropas francesas2 y quedaron prácticamente destruidas. Afortunadamente varias obras de arte del emperador Carlos, como La Gloria pintada por Tiziano, se habían restituido a la Colección Real tras el fallecimiento del monarca, por lo cual se salvaron. Los jerónimos fueron expulsados de Yuste y posteriormente, con la desamortización de Mendizábal, el monasterio fue puesto en pública subasta, iniciándose una época de abandono y deterioro del edificio.
En 1949, la Dirección General de Bellas Artes inició la reconstrucción del monasterio, procurando respetar al máximo el diseño y los proyectos originales. En 1958 los jerónimos volverían a repoblar el monasterio.
En 2004 por medio del Real Decreto 1867/2004 el monasterio fue integrado en el Patrimonio Nacional. En diciembre de 2009 abandonaban el Monasterio los monjes jerónimos. En marzo de 2013 volvió a ser habitado por dos monjes de la Orden de San Pablo Primer Eremita, procedentes de Polonia.
El monasterio de Yuste presenta un conjunto arquitectónico que se compone de dos partes claramente diferenciadas: por un lado, el convento y, por otro, la residencia del emperador. El convento, a su vez, lo forman la iglesia, ubicada en el centro y dos claustros, uno gótico y el llamado claustro nuevo. La iglesia y el claustro gótico pertenecen al siglo XV, mientras que las demás construcciones son del siglo XVI.
La planta de la iglesia es de una sola nave y de cabecera poligonal. El templo se comunica con el claustro gótico, el cual se dispone sobre planta rectangular, con un alzado de dos plantas, cubriéndose las galerías del claustro con techumbre plana de madera. La organización del claustro nuevo, de estilo renacentista, es similar al gótico.
Por lo que respecta a la vivienda de Carlos I de España, se trata de una edificación sencilla, en la que predomina el ladrillo, la mampostería y la sillería como materiales más utilizados, sin apenas elementos decorativos.
La planta principal de la que fuera residencia del emperador es sencilla, estructurándose en un pasillo central con dos estancias a cada lado. En el ala de la izquierda se encuentran la antecámara y la alcoba de Carlos I, estancia que se comunica con la iglesia. A la derecha se sitúan dos estancias más, con sendos miradores que dan a la huerta que completa el conjunto. Una de dichas habitaciones fue comedor y sala de audiencias.
Entre el escaso mobiliario de la residencia regia, destaca la silla construida especialmente para el monarca, que sufría de gota. También cabe mencionarse el reloj de bronce y plata, realizado por Jeremías Metzger y que está datado en 1562.

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Waypoints

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Comienzo

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Embalse de Jaraiz

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Jaraiz

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Puente

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Cuacos

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Cementerio Alemán

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Pantano

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Salida Sendero Estrecho

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Antena

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Final

Comments  (1)

  • Photo of Prodissopsalis jimenezi
    Prodissopsalis jimenezi Nov 18, 2022

     

    I have followed this trail  View more

    Siempre apoyando los proyectos de mis hijos. Gracias por llevarme a tu lado.

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